Capitulo 25

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18:50 pm

Las inevitables quejas por parte de Ben para evitar que fuésemos a las carreras que se concebían como cualquier otro sábado, no podían faltar; tampoco su larga lista de razones por lo que era una mala idea. Pero por supuesto no me hizo cambiar de opinión, y menos esa vez. Después de mis pequeños tropezones con Travis estaba deseosa de volver a ir a una, aunque no entendía muy bien el por qué. Quizás, simplemente, lo único que quería era ver que viese que a pesar de sus inconcurrentes advertencias y desdichas, había ido. Que no le temía, en cierta parte, a Siete.

Realmente una parte de mí también ambicionaba un reencuentro con Siente, por muy psicótico que sonase era cierto; llevaba un par de semanas sin dar señales de vida y estaba comenzando a pensar que, en realidad, todo había sido un producto de mi imaginación. Si no me daba una señal, acabaría por creer que estoy loca, lunática.

Aunque era consciente de que Ben estaba de testigo de lo ocurrido la primera vez que fui a las carreras y de que hay mucha gente que sabe de su existencia, había veces en las que dudaba de ello. Lo que me estaba ocurriendo me resultaba tan irracional que, en ocasiones, me costaba asimilarlo.

Mi teléfono comenzó a vibrar sobre mi mesa de noche haciendo que dichos pensamientos se esfumasen, giré mi cabeza hacia su dirección y de manera perezosa, lo tomé sin quisiera ver el nombre de quien hacía la llamada.

— ¿Si?

— ¡Hola Mia! Soy Gina — me recompuse en la cama de la impresión, me esperaba una llamada de cualquier otra persona, menos de ella.

— ¿Qué ocurre? — soné muy borde y distante, en realidad era mi intención. Durante esas semanas no le había tenido un buen roce y aún seguía un poco molesta. Me daba a pensar que únicamente había querido ser mi amiga por "juntarse" mejor con Ben. Noté como tomaba un pequeño suspiro.

— Quería saber si ibas a ir hoy a las carreras...— su voz sonó encogida, como si realmente le preocupase mi respuesta.

— Sí.

— Es que... yo también tenía pensado ir con Ben, y quería hablar contigo hoy — aguanté la carcajada irónica que iba a salir disparada de mi garganta. Era lo único que me faltaba por oír en aquel momento, me había sonado tan conveniente por su parte que me resultaba incluso irreal.

— No creo que haya nada de qué hablar — le contesté con simpleza, porque era lo que pensaba, era la verdad.

— Sí que hay Mia, y lo sabes. No estamos...

— Bien — la interrumpí completando su frase por ella — lo sé.

— Ben me advirtió de lo cortante que podías resultar ser — suspiró de forma pesada; eso se clavó en mi de manera inmediata, el coraje aumentó aún más — Solo quiero que volvamos a ser amigas, creo que no he hecho nada malo para molestarte o, al menos eso pienso yo.

No supe que contestar, me quedé con la mente en blanco aún con el teléfono colocado sobre la oreja. ¿Tenía razón? Quizás fuese solo yo, de nuevo. No era la primera vez que me ocurría; enfadarme sin un por qué, hacer de un grano de arena una montaña y que, gracias a mi cabezonería y orgullo, no me diese cuenta. Hasta estos momentos, en los que una simple oración me hacía pensar si realmente había una razón lógica para todo.

Me tomó unos segundos contestarle, aunque ni siquiera sabía que decirle en concreto después de la pequeña duda estacional que había tenido.

— Nos vemos allí, Gina — y sin esperar una respuesta de su parte, colgué el teléfono.

Siete ® H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora