Capítulo 47

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19:15 p.m.

Andaba de un lado hacia otro de la habitación, cada vez con más prendas de ropa en la mano. No sabía que ponerme, es más no tenía ni una cierta idea ya que nunca había asistido a una cita, y menos una doble. Estaba harta de llamar a Gina para que no me cogiese el teléfono, sabía que tenía que haber quedado con ella y arreglarnos juntas. Pero es que eso me sonaba demasiado "cliché" y, por supuesto yo no me consideraba una chica de esas. Lo que si era cierto es que estaba muy nerviosa, y realmente no sabía el por qué, ya que Ben ya me había aclarado que no se llevaba bien con Harry y no tenía pensamiento de hacerlo. Sabía que, en cambio, Gina si se llevaría bien con él porque ella es así, es muy abierta y no suele criticar a nadie; al menos delante de mí no lo ha hecho. Bueno y Harry... no sabía como iba a reaccionar. Me resultaba una caja de sorpresas.

No tenía nada muy claro, pero no me iba a parar a pensar en más en ello, porque en 45 minutos llegaría Harry a la puerta y yo aún tenía que terminar de elegir vestimenta, ducharme y maquillarme.

Decidí, justo en aquel momento en el que veía que le tiempo se me echaba literalmente encima, coger lo primero que encontrase. Pantalones negros, tacones negros y una blusa cualquiera, más una chaqueta. Y corriendo que fui a la ducha.

* * *

Acababa de sonar el timbre, y me encontraba con medio pintalabios echado. Me froté un poco un labio contra el otro y corrí a abrir la puerta, menos mal que la casa era de una sola planta...si llegara a ser en la mía no creía que hubiese podido sobrevivir a las escaleras.

Al abrir la puerta y encontrarme con Harry, vestido con camisa y vaqueros bien ajustados, acompañados de un par de zapatos arreglados; me quedé completamente sorprendida. Jamás me lo hubiese imaginado vestido de aquella manera.

— Veo que también te has peinado — le sonreí ampliamente — No paras de sorprenderme.

— Tú también estás muy guapa, Mayer — se acercó a mí, para después de agarrarme con firmeza de la cintura, besar mis labios.

No pude evitar que mis manos se colocaran detrás de su nuca y atraerlo más hacia mí, toda distancia entre él y yo me parecía mucha.

— Bueno, nos vamos ¿no? — le asentí a su afirmación, me di la vuelta para cerrar la puerta de la casa y andar, casi corriendo, hacia su coche — ¿No traes bolso?

— ¿Para qué?

— No sé, tu maquillaje, cartera...

— Sólo me falta echarme un poco de pintalabios, y cartera para qué, si pagáis los hombres — una vez montado en su asiento de piloto, me miró de reojo para proseguidamente arrancar el auto — que es broma tonto, llevo dinero en la funda del móvil. No soy muy aficionada a los bolsos.

— Ya decía yo que eso no era muy típico en ti — contestó con una media sonrisa.

— ¿A qué te refieres?

— Nada, yo me entiendo.

Decidí no seguir con la tonta conversación por lo que me quedé mirando hacia la ventanilla imaginándome a dónde podría parar esto. No notaba a Harrymuy nervioso, él no solía ser así por lo que no me sorprendió en absoluto; pero si que me dejaba la duda de cómo se sentía realmente en este momento. No me corté mucho en preguntarle.

— ¿No estás nervioso?

— ¿Por qué debería estarlo?

— No sé, sólo era una pregunta.

— Nos hemos enfrentado situaciones peores que esta, ¿me vas a comparar ser perseguidos por dos locos a una doble cita? — rió. Me quedé mirándole de manera incrédula.

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