— ¡Mia! — el grito de Ben hizo que desviase la mirada y me diese real cuenta de cuán cerca se encuentra el vehículo, él seguía acelerando.
Entonces, pasó la línea de meta y la gente se apartó entre gritos despavoridos. Sentí como mi oído comenzaba a escuchar en forma de eco, y todo se ralentiza. El coche chocó contra la valla llevándose a algunas personas por delante; a la sazón el caos inundó el lugar y yo no era capaz de mover ni un solo músculo, sentí como Ben tiraba de mi brazo pero seguía petrificada. La escena del atropello la vivía una y otra vez en mi cabeza, oyendo los gritos rebotando en mi mente.
Entonces el coche giró y frenó, aunque el motor prosiguió prendido.
A pesar de no moverme, miré el coche que ocasionó tremendo caos; entonces lo supe con certeza, Siete me estaba observando.
— ¡Maldita sea Mia, reacciona! — el coche comenzó a dirigirse a nosotros y fue entonces cuando agarré a Ben y tiré de él sin ninguna dirección fija.
Oía en mis oídos los latidos de mi corazón palpitar de manera descontrolada y mis pies temblaban tanto que iba tropezando mientras corría. Se podía escuchar a la perfección cómo cada vez el coche corría a más velocidad, se encontraba a escasos metros de nosotros y podría jurar que parecía que podía verle mientras aquel loco disfrutaba de ello. No tenía tiempo de pensar, solo sabía que sin no corría acabaría sobre nosotros. Miraba al frente, la pared. Aun sintiendo como el corazón salía de mi propio pecho, una idea alocada vino a mi mente y sin pensarlo ni un segundo más corrí de la mano de Ben hacia una pared. Una vez allí me paré en seco.
— ¡Vamos Mia, muévete! — me habló Ben alterado.
Sin hacer caso a las palabras atemorizadas de mi amigo, miré fijamente el automóvil y esperé a que estuviese lo más cerca posible de mí para que no se esperase el gran final. Cuando vi sus manos apretándose al volante y como las ruedas rechinaban al intentar frenar, empujé con fuerza a Ben ala izquierda y yo salí corriendo a la derecha.
Miré a la zona donde había sucedido aquello, Siete había salido disparado de su asiento y su cabeza había impactado contra el parabrisas. La gran parte de su torso estaba sobre el capó, el cual estaba algo metido hacia dentro debido al fuerte impacto. Sentí unas manos sobre mis hombros pero hice caso omiso, me levanté de donde me situaba dispuesta a levantarle la máscara, pero nuevamente unas manos me cogieron de la cintura y me elevaron levemente.
— Mia tenemos que irnos, ya.
— ¡Déjame verle! — me quejaba mientras daba patadas al aire e intentaba zafarme de su agarre.
— Han llamado a ambulancias y policías, vendrán a ver el cuerpo. Tendremos noticias, te lo prometo. Pero hay que salir de aquí, recuerda que todo esto es ilegal. ¿Quieres problemas Mia? — Sabía a qué se refería, mis brazos y piernas cayeron al oírle. Negué con la cabeza aun mirando el cuerpo de aquel hombre — Vayámonos de aquí.
Aquella noche al llegar a mi casa fui flechada a mi habitación, sin rodeos ni explicaciones.
Una parte de mí aún seguía en trance por todo lo ocurrido, había visto a Siete y había tratado de asesinarme en una misma noche. Pero por otro lado me sentía inquieta y arrepentida, al fin y al cabo una persona había muerto por mi culpa. Era un sentimiento algo estúpido, pero para mí era racional en aquel momento.
Siete había muerto, el único enlace con mi mal estar, con mis pesadillas; había desaparecido. Y no sé por qué, pero sentía como una parte de mí desaparecía también.
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Siete ® H.S
FanfictionMia Mayer aún no es consciente de que deberá de enfrentarse a Siete, ella ahora está centrada en ayudar a su madre a superar su caída en una fuerte depresión por la trágica muerte de su marido, James Mayer. Pero Mia tiene planes, planes que serán...