Parte sin título 72

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Mis ojos comenzaron a mirarla con pena, ni siquiera me molestaba en hacer fuerza en sostenerla. Después de todo, había estado movida tras una venganza que la cegaba, seguramente guiada por la mala conciencia de su padre. Nadie debe pagar por los errores de otro, y a pesar de todo; ella tampoco. Estaba sola, lo había perdido todo. Ya no tenía razones por las que seguir luchando, ni batallando. Aparté mi vista de ella por un momento para ver como los coches de la Organización se encontraban aparcados en forma de un pequeño círculo, dándome a entender que habían acabado con todos.

¿Qué podía hacer yo con Gina? ¿Qué era lo correcto? Mantuve mi mirada puesta en dirección en los coches, hasta que entre ellos salió Harry que me buscaba con la mirada. Al ver mi situación, se recompuso y, con una actitud seria se me quedó mirando.

No pensaba mancharme las manos de sangre. Ni ahora, ni nuca.

No me sentía nadie para arrebatarle la vida a una persona.

Volví a mirarle, ella se encontraba con los ojos cerrados, mientras que lloraba desconsoladamente.

— Hazlo — me susurró — Has ganado, mátame — le solté las manos, pero seguí colocada encima suya. Me quedé por unos segundos en aquella posición, completamente agotada mientras la observaba. Había ganado, todo había acabado. Ella abrió los ojos con miedo, y al momento pasó a mirarme extrañada al comprobar que no hacía nada. Puse mis ojos serios sobre ella, y en un rápido movimiento coloque mi brazo sobre su cuello, apretándolo con fuerza; a lo que ella reaccionó de un rebote por el susto y colocó sus frías manos sobre mi brazo, intentando apartarlo.

— Escúchame atentamente — le susurré, mientras acercaba mi cara hacia la de ella — Tú misma lo has dicho, he ganado. Y he decidido no matarte, a pesar de todo — Gina me miraba sorprendida, notaba como hacia el intento de tragar y como, poco a poco, comenzaba a jadear al no poder respirar — Con la condición de que desaparezcas, coge el dinero que tengas y no vuelvas a aparecer por aquí. Cómo te vuelva a ver rondando por esta ciudad, incluso por esta provincia; no me lo volveré a pensar antes de matarte. ¿Entendido? — ella agitó como pudo su cabeza y fue entonces cuando aparté bruscamente mi brazo y me levanté. Gina llevó las manos a su cuello mientras tomaba un profundo respiro.

Me di la vuelta y miré al Harry, él cual me contemplaba con media sonrisa; supuse que hice lo que él esperaba que hiciera. Sin más demora, me encaminé hacia él y él anduvo hacia mi dirección, tiró su arma al suelo.

Todo había acabado, lo que hace unos minutos me parecía algo inalcanzable, había llegado.

— Mia — Gina me llamó en un tono vacilante. Me giré para verla, extrañada. Me quedé paralizada al verla sonriendo y empuñando una pistola.

Entonces se interrumpió aquel silencio de paz con el sonido sordo de un disparo; que provocó que todos los componentes de la Organización se asomasen corriendo para ver qué había ocurrido. Pude notar como mi pecho se oprimía y mis latidos comenzaron a acelerarse de una manera descontrolada. Con todo el pavor que jamás había sentido, me di la vuelta.

La mirada vacía y fría de Harry estaba puesta sobre mí, se había quedado paralizado mirándome. Sólo podía oír un pitido sordo y sentir como la sangre de todo mi cuerpo se helaba, provocando un temblor en todo mi cuerpo.

Y entonces, Harry cayó al suelo, sin fuerzas. 

Ahora todo pasó a cámara lenta. De mi garganta salió un grito desgarrador que decía su nombre. Corrí hacia él, y vi como Charlie corría hacia Gina; y prácticamente me tiré de rodillas al suelo a su lado. Le tomé de la cabeza y lo apreté contra mí, él no me apartó la mirada mientras que intentaba vocalizar alguna palabra. Sentía como si me estuviese muriendo, tenerlo entre mis brazos sin poder hacer nada; no podría soportar perderlo.

Sus ojos comenzaban a cerrarse, y de los míos ya caían lágrimas sin ni siquiera darme cuenta. Mis pupilas se movieron con rapidez buscando la herida, y al ver donde estaba su herida creí que me quedaba sin respiración. En el abdomen.

— No, por favor — rápidamente pasé mis manos a su herida, intentando parar la hemorragia.

Los demás se acercaron, a nosotros y nos miraban atónitos, sin moverse. Completamente paralizados.

— ¡Encender un maldito coche! — grité.

Alguien corrió acatando mi orden, mientras que otra persona se inclinaba a mi lado y me extendía un trozo de camiseta, miré dos segundos para confirmar que era Ben.

— Corre, rodéale el abdomen con esto y apriétaselo fuerte — Ben lo levantó con mucho cuidado, colocando sus manos en su espalda a la altura de su pecho.

Con un pulso tembloroso, fui a rodearle con lo que me había dado, pero al quitar la mano de la herida comenzó a salir más sangre y entré en pánico.

— Trae, no le quites la mano.

Ben se encargó de vendárselo mientras que yo, con la mirada perdida y completamente descompuesta, mantenía puesta mi mano en su herida. Una vez que lo había apretado con fuerza, las aparté y las miré con un nudo en la garganta, se habían vuelto rojas. Me costaba mantenerme consciente, me era tremendamente difícil no querer desplomarme y, al despertar, darme cuenta de que todo esto fuese una pesadilla.

Mis ojos se dirigieron al chico, me acerqué a su oído.

— No te vayas — le susurré, Harry tenía los ojos completamente perdidos y puestos en el oscuro cielo — Me lo prometiste, siempre juntos.

Entonces, apareció mi tío, el cual le había colocado unas esposas a Gina y la dirigía hacia uno de los coches. Yo le había perdonado la vida, y ese error lo iba a pagar con la vida de Harry. Un calor interno floreció en mí, lo que hizo que de un salto me levantase y corriese en su dirección.

— ¡Gina! — grité. Esta, al verme, sonrió de una forma cínica, y en cuanto menos se lo esperaba estaba sobre ella — ¡Estás muerta! — la golpeé en la cara con todas mis fuerzas, una y otra vez. Y ella no quitaba esa sonrisa de su rostro a pesar de los duros golpes que recibía.

Estaba completamente loca, no me había dado cuanta de hasta qué límite había perdido su cordura hasta ese momento. Los brazos de mi tío me rodearon y me elevaron, apartándome de ella.

— ¡Cómo le pase algo a Harry iré a por ti! — le grité, mientras que intentaba soltarme del agarre de Charlie — ¡Te juro que te mataré!

— Se reencontrará con tu padre, ¿no Mia? Un bonito reencuentro — abrí mis ojos al escuchar su respuesta. Levantó su espalda del suelo, y escupió. Me miró, totalmente ida de sí. Escuché el claxon de uno de los coches, y al mirar pude ver a Ben haciendo unas señas en nuestra dirección.

— Mia, Harry te necesita — la voz calmada de mi tío hizo que mis músculos se relajasen — Puede que no tenga mucho tiempo más.

Después de observar por unos segundos más a Gina, con una mezcla de sentimientos inexplicables, corrí hacia el coche de Ben, que había colocado ya a Harry extendido en los asientos traseros.

Me subí rápidamente detrás, y coloqué su cabeza sobre mis piernas. Al ver Ben que estaba ya sentada, dio marcha atrás y pisó el acelerador.

— Estoy aquí — le susurré, acariciándole el pelo — Y no me voy a ir a ningún lado, no sin ti.

Siete ® H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora