Capítulo 69

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Mis pasos eran apresurados, me dirigía a la Sala Oficial de una manera sofocada, y cojeando; queriendo ver a Ray lo antes posible. Me sentía infinitamente culpable, sabía que lo había hecho para provocarme, incitarme para que así pudiese hacer lo que fuese conmigo. Y de hecho, esa era la manera de conseguirlo, porque pidiese lo que pidiese ahora, se lo daría.

Carol me llamaba, intentando frenarme.

— Mia creo que deberías...

Abrí de un fuerte empujón las grandes puertas de madera y me encontré con Ray, colocado de forma intranquila de pie frente a la mesa, con todo su equipo junto al de la policía, sentados alrededor de dicha mesa. Al segundo, todas las miradas se posaron en mí y la boca se me quedó seca por lo nerviosa que me puse al notar que, una vez más, era el centro de atención de todas las iradas. Anduve hacia ellos intentando disimular mi cojera, y me senté en una de las sillas libres.

— Cuál es el plan — exigí, pero es que me salió de dentro. Ray unió sus labios y volvió a dirigir la palabra a todos los presentes.

— Tenemos que esperar a que Siete nos envíe una señal de que realmente tiene a Harry, mientras tanto no podemos hacer nada — mi mandíbula se cayó al suelo, su respuesta incluso me resultó insultante.

— No, ni hablar.

— Mia, aquí la voz dominante no eres tú — me habló déspota, cómo si no le importase. Su actitud era serena y tranquila, como si de nuevo, lo tuviese todo bajo control.

— Actúa como padre, no como líder — hablé firme, no me dedicó una mirada fulminante, porque ni siquiera me miró. Mantuvo sus ojos puestos en el fondo de la habitación — Yo sé lo que es estar allí dentro — me señalé a mí misma, para remarcarlo. Volví a notar todos los ojos puestos en mí, pero esta vez no me importó, estaba más centrada en Ray que en cualquier otra persona — y cada minuto en manos de Siete es una tortura.

— No podemos entrar así como si nada, necesitamos un plan — habló un hombre perteneciente al cuerpo de la policía.

— Ya tenemos un plan — no me dio tiempo a responder cuando la voz de Charlie se alzó por encima del murmullo que se había creado en apenas segundos al final de la sala — Lo que nos explicó Mayer en la comisaría, es lo mejor que tenemos — declaró. La gente lo miraba dudoso.

— Ray, necesitamos sacar a Harry de ahí ya — más que exigirle, le supliqué. No quería ni pensar qué podría estar haciendo Gina con él, porque me volvería prácticamente loca al no poder hacer nada.

Esta vez sí me miró, clavó sus pupilas en mí por unos segundos mientras que yo pretendía mantenerme fuerte hasta que lo dijese; que dijese que estaba aterrorizado por su hijo. Porque él estaba igual de asustado que yo, aunque no lo quisiera demostrar.

— Es demasiado arriesgado — volvió a exponer — No sabemos cuantos son, qué armamento tienen...

— Simples armas de fuego — Marcus le interrumpió — Guardan todas sus armas en el sótano, lo más peligroso que obtienen son metralletas.

— Con ir directamente a por Harry y, aprovechando el factor sorpresa, podemos conseguirlo — la positiva frase de Carol hizo que se levantase un nuevo murmullo, pero esta vez a favor del plan.

— Sigue pareciéndome una monomanía — colocó sus manos tras su espalda, sin apartar la mirada a nadie — Ha ido a por mi hijo sabiendo que iremos a rescatarle, ya se espera que vayamos.

— Pero no sabe cuando, seremos discretos y veloces. Será algo directo.

— Siete estará preparada, te conoce y sabrá que no le dejarás ahí — su tono era apacible, mantenía su compostura de líder a la perfección, incluso su respiración era normal. Los nervios no se le notaban en nada.

— Ya sé que lo sabe, y es que no pienso permitir que pase ni un minuto más allí — hablé alto y claro, le di la espalda y me dirigí a los demás, los cuales contemplaban la escena expectantes a una orden fija — Yo voy a ir a por él, porque nadie debería de pasar por el martirio que es estar en las manos de Siete — me levanté de la silla apoyándome en el filo de la mesa, quedándome un poco arqueada. Las vendas me apretaban un poco, y aquella sensación mezclada con mi ímpetu... — No pienso obligar a nadie a que venga conmigo, esto tiene que ser voluntario y...

— ¡Mia he dicho que no! — el fuerte golpe que dio Ray con su puño sobre la mesa hizo que rebotase por toda la sala, provocando que todos nos quedáramos mirándole impactados. Jamás había visto a Ray tan enfadado, una vena resaltaba sobre su cuello y tenía la mandíbula completamente tensa — Yo miro por todos — se dio con su dedo índice en el pecho, de una manera brusca — ¿Creéis que no quiero sacar a mi propio hijo de ahí?

— Pues hagámoslo — Charlie le interrumpió — No vuelvas a poner mas inconvenientes, cállate y deja que cada uno decida si quiere introducirse en el plan o no. Yo, voy — le miré con una sonrisa, le cogí la mano y se la apreté fuertemente contra la mía; al mirarme le susurré un "gracias".

Nadie dijo nada, las palabras de Ray les confundían. Mientras que este se sentaba en su silla, todos los componentes de su Organización le seguían con la mirada a cada movimiento que hacía. Entonces se levantó Marcus, y le miré con ojos brillosos y él me asintió con una sonrisa. Luego Carol, y algunos miembros de la policía se unieron a ella. Y así, hasta que prácticamente toda la sala estaba en pie. Los miraba con admiración, pero sobre todo con gratitud. Me pareció que, en un segundo, pude comprobar el mayor acto de humanidad que recordaré por siempre. Como todos los presentes estaban dispuestos a jugarse la vida por un chico que apenas conocían.

Dirigí mi mirada a Ray, el cual nos observaba de alguna manera que me era imposible describir, porque no lograda descifrar que era lo que ese hombre sentía en aquel momento. Fue entonces, cuando se puso en pie y asintió.

— Os agradezco a todos, desde el fondo de mi corazón, el acto que acabáis de hacer — se llevó la mano al pecho — Pero, es parte de mi obligación decir, que puede que no todos volvamos después de adentrarnos en dicho lugar. Porque ellos, al igual que nosotros, están formados y armados.

— No podremos entrar todos, necesitamos refuerzos fuera por si nos quedamos cortos de personal — esta vez fue Louis quien opinó.

— Iremos a tiro hecho, la prioridad es sacar a Bar de allí. Luego, si no hay muchas bajas y todo va bien, iremos a por Siete — Ray se levantó de su asiento, se dirigió a la pizarra y le dio la vuelta, dejándonos a la vista el mapa de aquel refugio. Me removí en mi silla, sintiendo la misma sensación de hace unos días atrás. Esa de, planear algo con tanta precisión y cuidado, para que luego nada saliese como lo previsto. Se dio la vuelta y nos miró, con la yema de sus dedos juntas y una sonrisa ladeada en su rostro — Este es el plan.

Siete ® H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora