Capítulo 12

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08:25 am

Me encontraba caminando por los pasillos opacos del instituto, con un ojo medio cerrado debido a lo poco que había dormido estos días. Había tenido constantes pesadillas con el accidente, y por supuesto con Siete.

Un gran grupo de adolescentes estaban alrededor de alguien, que no tarde en averiguar quién era. Travis Ronald se encontraba con el brazo izquierdo escayolado, tenía una cicatriz cogida con puntos sobre su frente. El muy arrogante estaba contando alguna historia inventada, ya que no podía contar lo que había sucedido realmente.

— Éramos cuatro contra uno, dejé a dos inconscientes, pero los otros dos pudieron golpearme un par de veces — ¿enserio? Desde luego era un gran embustero, pero hay que admitir que sabía cómo contar mentiras, y hacer que todo el mundo las admirase casi tanto como a él.

Entonces la imagen de Travis saliendo del coche y saludando a los espectadores se cruzó por mi mente, cerré los ojos y visualicé aquella escena. Él había mirado a Siete de manera competitiva, con rabia, mientras arrancaba el coche. ¿Sabría algo de él? Me introduje entre toda aquella gente y miré a Travis.

— Tengo que hablar contigo — le dije cruzada de brazos y mirándolo completamente seria.

— Que pena, yo no tengo nada que decirte a ti — sonrió victorioso, como si la conversación hubiese acabado; algo muy típico en él.

— Enserio — le dije. Tomé de su brazo derecho y lo arrastré fuera de la multitud — Prométeme que me dirás la verdad.

— Eres muy molesta Mia Mayer — rodó los ojos.

— A mí me disgusta tanto como a ti tener que hablar, así que terminemos de una vez.

— De acuerdo, adelante — me contestó, poniendo sus ojos sobre algún punto del pasillo.

— ¿Conocías de algo a Siete? — su rostro se tensó notablemente, apretó su mandíbula y me miró con descaro.

— ¿Lo conoces tú de algo?

— Estuve el sábado en las carreras Travis, te vi compitiendo. Le miraste muy mal.

— Así miro a mis enemigos.

— ¿Siete es tu enemigo?

— Sí, desde luego que lo es. Es muy reconocido en todas partes y no sé cómo es que tiene tantos admiradores. Su vida consta completamente de actividades ilegales, así es como se la gana realmente — sus palabras cortaban como un cuchillo, había mucha tensión entre ambos. Se veía a simple vista como no le gustaba para nada hablar de Siete.

— ¿Entonces no lo conocías?

— Mia, lo único que sé es que es un capullo que intentó matarme la otra noche — se acercó hacia mí en una postura muy recta, de forma imponente, yo me eché levemente hacía atrás. Me consideraba una persona a la cual podían intimidar con facilidad, pero no quería que Travis se sintiese superior por eso — y que ahora tiene su merecido, está muerto ¿vale? Ahora, me voy — y sin más, se dio media vuelta y desapareció por los pasillos.

Travis me había dejado algo claro, él ocultaba algo y yo estaba deseosa por descubrirlo.

La mañana se presentaba movida, pero increíblemente yo estaba tranquila. Aunque me duró poco, una ola de nervios me inundó por completo al ver a Gina. La imagen de ella junto a Ben me causaba escalofríos. Ella al verme se quedó quieta por unos segundos, seguramente debatiendo que debía de hacer, se acercó a mí y en un juego nervioso con sus manos me saludó.

Siete ® H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora