11:00 a.m.
La luz penetró por los pequeños puntos que dejaba la persiana sin cubrir, haciéndome apretar mis ojos con fuerza por el malestar. Estaba completamente relajada, notaba una tranquilidad por todo mi cuerpo que hacía ya mucho tiempo que no sentía.
Me incorporé en el momento que fui consciente de que no estaba en mi habitación, me encontraba en una cama de matrimonio, la ventana que mencioné antes se encontraba justo a mi derecha, y únicamente había una cómoda justo enfrente mía y un armario empotrado a mi izquierda. Las paredes estaban pintadas de color blanco, y en ella resaltaba un gran cuadro lleno de colores pintados al azar.
Fue entonces cuando las imágenes de la noche anterior pasaron por mi cabeza. Lo último que escuché es que Harry llamó a su padre, ¿a caso estaba en su casa?.
No me lo pensé mucho más, me levanté de la cama y me coloqué los zapatos para abrir la puerta y darme la gran sorpresa. En vez de encontrarme un un acogedor salón, en su lugar había un largo y extenso pasillo, con muchas puertas más, recordándome a una residencia de estudiantes. No tenía muchas más opciones, por lo que me dejé guiar por mi instinto y comencé a caminar hacia delante. Después de caminar no más de un minuto, aquel pasillo me condujo hasta lo que parecía ser una cafetería, había al menos diez mesas redondas de madera, y justo a mi lado había un bufete con su respectiva barra.
En una de esas mesas se encontraba Harry hablando con un hombre de unos 40 años, tenía el pelo negro y largo, aunque los mechones delanteros los tenía colocados detrás de las orejas para que no resultasen molestos. Vestía con unos pantalones repletos de bolsillos, que se notaba a la perfección que ya tenían sus años, una simple camiseta de manga corta y unas botas de campo. Al notar mi presencia, ambos se giraron a verme y no me cupo la menor duda de que aquel hombre era su padre; tenían los mismos ojos verdes y extraños, y esa mirada que te atraviesa por completo.
— Buenos días — sonrió aquel hombre y se acercó a mí. Posicionó su mano sobre mi hombro — Eres igualita que tu padre.
— ¿Conocías a mi padre? — le pregunté intrigada.
— Era más que un amigo para mí. Siento mucho lo que le ocurrió; tengo muchas cosas que contarte, Mia — me quedé sorprendida por la ansia que sentía por hablar conmigo, ¿pero de qué exactamente? Por un momento miré con cierta confusión a Harry, quien mordía su labio inquieto.
— Perdona, pero creo que no nos conocemos de nada aún — le sonreí amablemente — Empecemos por cómo se llama.
— Rayan, me llamo Rayan Styles. Pero suelen llamarme Ray — me extendió su mano y, a pesar de que se la estreché me quedé sin expresión ninguna en el rostro.
Ray era el padre de Harry.
Me lo había estado ocultando durante todo este tiempo, sabiendo que lo había estado buscando por todos lados y lo importante que era para mí encontrarle, debido a lo cercano que era mi padre y toda la información que podía aportarme.
— Papá, ¿puedes dejarme unos minutos hablar con Mia? — él echó la mirada hacia atrás, alzando su ceja con confusión — a solas.
— Oh claro, yo...
— No — interrumpí. Harry elevó su cabeza hacia arriba angustiado — Me gustaría hablar contigo Ray, llevo mucho tiempo buscándote. — me agarré a su brazo — ¿Por qué no empieza diciéndome qué es este sitio?
— Me encantaría — me sonrió amable.
Mi visión de Ray siempre había sido buena, pero nunca tanto. Es decir, jamás me lo había podido imaginar con esa amabilidad, transmitía mucha paz, casi tanto como su hijo. Eché la vista atrás para ver como, a unos diez pasos detrás, nos seguía Harry cabizbajo y pensativo. No me paré mucho tiempo a pensar en él, ya que en aquel momento lo único que quería era concentrarme en Ray y en todo aquello que me tuviese que explicar.
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Siete ® H.S
FanfictionMia Mayer aún no es consciente de que deberá de enfrentarse a Siete, ella ahora está centrada en ayudar a su madre a superar su caída en una fuerte depresión por la trágica muerte de su marido, James Mayer. Pero Mia tiene planes, planes que serán...