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Flashback

Las drogas no solo perjudican a la persona que las toma. A su alrededor muchas otras personas padecen sus consecuencias. 

Sintió como aquella sustancia se introducía en su cuerpo y empezaba a hacer de las suyas. Mágico. Loco. Increíble. Las drogas solo pueden lograr eso. Pero tienen sus consecuencias. Cosas malas. 

—Eres un caso perdido, Lauren.— Escuchó a su padre. Lauren solo lo miró sin poder entender ni una sola palabra. — ¿Qué haremos contigo? —Escuchaba como su madre lloraba y salió corriendo de casa.  No quería eso. 

Corrió varios kilómetros, aún se preguntaba como había podido correr tanto. Malditas drogas. Sus piernas dolían y miró a su alrededor, había llegado al centro de la ciudad, miró su bolsillo, tenía unos cien dolares en efectivo. Sonrió para si misma y entro a aquel club. Lauren apenas tenía dieciséis años no sabía si la iban a dejar entrar, eran las dos de la mañana. Cualquier cosa podía pasar. 

 —No puedes pasar. — Dijo el guardia mirándola fijamente. 

—Me importa un carajo. Tengo dinero y quiero gastarlo aquí.— Dijo sosteniéndole la mirada.  

El hombre simplemente rió.

—¿Cuantos tienes? ¿Quince? 

Lauren lo miró molesta. 

—Tengo dieseis. —El hombre soltó una carcajada. 

—No puedes entrar. Sera tu perdición niña.—Dijo serio. —Es mejor que te vayas, es muy tarde. Mejor, el dinero que tiene ahí utilízalo en motel que esta enfrente, no podrás caminar. 

Lauren lo miró y se dio cuenta de la situación siguió el consejo de aquel hombre y durmió en aquel motel. 

Despertó sintiendo un gran dolor en la cabeza y en las piernas. Frunció el ceño al ver en donde estaba, casi muere de un infarto al ver a Verónica sentada enfrente de ella.

—¿Acaso quieres matarme? —Dijo molesta. —Me diste un susto como la mierda.—Dijo mientras se recostaba en la cabecera de aquella cama.  

—Tienes suerte de que mi padre tenga contactos en la policía.  Pude encontrarte. 

—No quería que lo hicieran. 

—Lauren, entiende algo. Esto no es ciudades de papel, no puedes jugarte a la chica misteriosa que desaparece ¡joder! tus hermanos lloraron toda la noche, tus padres están preocupados, no sabían nada de ti.   

—Deja de el sermón para otro momento ahora no.—Dijo tomando su cabeza entre la manos. Intentando no sentirse culpable. 

—Es por ella ¿verdad? Es por tu abuela. —Lauren la miró y mordió su labio inferior. —No tienes que hacer esto.—Tomó asiento a su lado y le acarició las manos. —Tenemos que salir de aquí, Lauren. De este hoyo en el que estas metida. Lo lograras.

—No tengo motivos para hacerlo. 

—Lo encontraras. Ya veras que si.  

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Camila corrió y ayudó a Lucy a ponerse de pie. Lauren sintió su corazón romper, nuevamente. La castaña estaba sorprendida por la fuerza que había tenido Lauren a empujar a su novia. Pero no podía decir nada, al fin y al cabo no sabía lo que estaba pasando.

Lauren simplemente bajó la cabeza sintiendo que todo daba vueltas a su alrededor.

—Está bien, verdes. No le hace bien a tu organismo. —Camila se sintió preocupada al ver como el chico abrazaba a Lauren, ¿Ella estará enferma? La morena la observó tratando de buscar alguna respuesta pero nada. 

¿Algún día te tuve? - CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora