¿Algún día te tuve? - CAMREN

56 |Cuenta regresiva|

"The end is coming"    parte 2/6

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Había cometido un error. No podía pensar más. Golpeó fuertemente la puerta y recostó su frente en aquella fría madera. ¡Maldición! Había cometido un grave error al no hablar sobre lo que estaba sintiendo, sobre cómo su mirada le causaba revoluciones, sobre cómo aquellas sonrisas hacían de su día mejor. No podía admitir algo que a simple vista se podía entender, pero sabía que para Camila no solo bastaba aquello, la castaña quería confirmar todo, quería oírlo de sus propias palabras, algo que no podía hacer.

Lauren estuvo toda la noche debatiéndose, sentía que su cabeza iba a explotar, no sabía que decisión tomar, caminó por todo el departamento mientras trataba de buscar alguna solución, se dio un ducha tratando de que su cuerpo se relajara tomó su móvil, quería llamarla y escuchar su voz, pedirle que la disculpe por no poder decirle todo lo que sentía. Sonrió mientras veía las fotos que los mismos fans se habían encargado de sacarles.

Amaneció, aquel no solo era un nuevo día, para Lauren era un día decisivo, era importante para ella, no quería que las cosas terminaran mal. Caminó rápidamente después de vestirse.

—Alto ahí, verdes. —Lauren miró Nathan agitada, el moreno sonrió y le pasó una taza de café. Le agradeció internamente, gesto que fue notado por su mejor amigo.

—¿Cómo sabías que lo necesitaba?

—Cariño, sé distinguir muy bien las ojeras. —Le dijo sonriendo.

Lauren estuvo platicándole sobre lo que pasó la noche anterior, Nathan la escuchaba atentamente, sabía que Lauren estaba muy confundida y cualquier decisión que tomara iba a afectarle de alguna manera, estaba un poco decepcionado de la relación que no logró formalizarse con Bright ya que él mismo se había encargado de unirlas pero Camila también le caía bien y era especial para su mejor amiga después de una gran charla y brindarle un gran abrazo, Lauren salió no sin antes también, recibir consejos de su mejor amigo.

Antes de todo paso un momento hasta la casa de sus padres, no había momento en la vida en que los consejos de estos no le ayudaran, los abrazó e hizo lo mismo con sus hermanos.

—Le dije que estaba confundida pero mi corazón no dictaba aquello. —Confesó después de una pequeña introducción de lo que había pasado en su vida todos aquellos días.

—¿Qué es lo que dicta tu corazón?

—Que la quiera, cuando la veo, papá... siento que mi corazón se acelera como nunca antes, incluso aún más fuerte.

Mike sonrió tristemente ante la confesión de su hija y no tuvo más remedio que ayudarle, porque a felicidad de su hija era lo más importante, lo que le importaba e iba a ser así hasta sus últimos días, todo pos sus hijos.

—Dile que la quieres, Lauren.

La ojiverde la miró, aquella facilidad con la que había hablado hizo que sonriera, quizás para él era fácil decirlo.

—No quiero que por mi confusión ella salga lastimada.

— ¿Por qué piensas en eso? Lauren... si piensas solo en lo negativo no podrás avanzar en dada con ella si es lo que realmente quieres. No estás confundida simplemente tienes miedo de lo que sientes, esto es nuevo hija. Estás enamorada, la estás amando incluso aún más fuerte y aquello te asusta. Ahora ve y dile que la amas. —Lauren asintió rápidamente.

Condujo lo más rápido posible hasta el departamento de la castaña, le quedaba mucho más cerca que el estudio, llegó en diez minutos y suspiró mientras salía del coche, estaba nerviosa, sabía que la noche anterior había arruinado todo y quería solucionarlo. Toco dos veces la puerta y se debatió en pensar que quizás sea muy temprano, no se percató de la hora cuando salió desde su casa. Abrió Dinah y le sonrió para después abrazarla.