42 (Parte 3)

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Camila empezó a caminar de tal manera que Lauren quedara sentada en un sillón, aun besándose sin importarles nada. Sus cabellos alborotados y sus labios hinchados, el tiempo estaba detenido, no marcaba la hora. Nada. Para ellas era una gravedad totalmente diferente, el ambiente metafóricamente creado por ellas. Lauren acariciaba las piernas de Camila de arriba hacía abajo conteniéndose de no apretarlas ya que Camila parecía tener el control de la situación, era una beso totalmente tranquilo pero lleno de pasión, una pasión contenida saliendo a flote en aquel tan anhelado beso. Lo necesitaba,

La conciencia.

Ojos color miel.

Cabellera rubia.

Lauren abrió los ojos dejando de besar a Camila, se alejó un poco para poder mirarla, no. ¿Qué demonios estaba haciendo? La castaña estaba sentada en sus piernas mirándola fijamente. Esta sabía perfectamente lo que estaba pasando, pegó su frente con la de la ojiverde cerrando los ojos sintiendo la caliente respiración de Lauren sobre sus labios. La había besado y se había sentido realmente bien. 

Se quedaron ahí, simplemente con la compañía de la otra mientras su mente divagaba sobre lo que acaba de pasar, ¿Hubiera pasado algo más?

—Quieres...Dinah dijo que había una pequeña habitación aquí...¿quieres descansar un poco? —Susurró y Lauren asintió.

Camila se levantó mientras entrelazaba sus manos con las de Lauren y caminaban hasta aquella pequeñas habitación, era acogedora, aquella cama era para dos personas, siguió a Lauren y cada una tomo su lado, Lauren tenía la mirada perdida en algún lugar de las paredes, no había dicho nada, Camila se estaba volviendo completamente loca, necesitaba escuchar su voz pero incluso ella, no podía hablar.

— ¿Qué sientes cuando compones? —Camila sintió que moriría en ese instante, había hablado, y a ella.

—Me siento libre. Siento que es una terapia para mí misma, sobre mis sentimientos, sobre mi vida. —Dijo tratando de ocultar su emoción.

¿Qué proseguía ahora?

—¿Te sientes cómoda siendo reconocida?

—Aún no creo que esto forme parte de mi vida. —Lauren volteo a verla un segundo.

Camila suspiró, estaba muy nerviosa y no dejaba de mover sus manos impaciente. 

—Lo siento...—Dejó salir la castaña después de unos segundos intentando que su voz no se entrecorte.

—¿Por qué?

Camila se levantó rápidamente, Lauren frunció el ceño e hizo lo mismo.

—Por todo esto. —Dijo sintiendo sus mejillas mojadas a causa de las lágrimas.

—¿Qué es todo esto?

— ¡Maldición, Lauren! Todo esto. Nosotras. ¡Toda esta maldita situación! — Gritó afectada mientras intentaba secar su rostro. —Lo lamento tanto, no hay día en que no me arrepienta, me siento mal. ¡Se que soy una maldita estúpida! —Confesó con la voz entre cortada. —Me arrepiento de todo eso y si, sé que soy una idiota, una idiota que daño toda la vida que teníamos juntas y jamás me lo perdonaré. No puedo soportar mirarte y mirar en tus ojos todo el daño que cause.

Lauren miraba cómo Camila lloraba, aun así, con el maquillaje empezando a deformase se veía hermosa, la castaña estaba siendo sincera con ella, estaba hablando de sus sentimientos. Pero, ¿eso de que vale ahora? Ambas están rotas, destruidas por completo tratando de enfrentar a la vida de esa maneta, incompletas.

—Quizás no debí irme....—Susurró dejando de mirarla. Camila negó suavemente.

—No, era lo que querías, no iba a permitir que te quedaras solo por mí. Yo sabía que no querías estancarte aquí... Que querías algo mejor. —Dijo un poco más calmada. —Jamás estuvimos tanto tiempo separadas, cada parte de mi te extrañaba, extrañaba tus abrazos, tus besos y tus palabras reconfortantes, necesitaba que me dijeras que me veía hermosa y que me tomaras de la mano. Llegué a pensar que estaba loca por cómo te necesitaba, llegué a pensar que no podía vivir sin ti y no sabía qué hacer. Me estaba volviendo realmente loca. —Lauren sintió cómo su pecho dolía y no era necesario reprimir las lágrimas, ya estaban saliendo. —Tan solo la idea de que me olvidaras, de que hayas encontrado algo mejor, Lauren yo... Aquello me descompuso por completo, creí cosas, no confié en ti. Fui una idiota...Una completa estúpida.—Se sentó derrotada en el filo de la cama mientras lloraba.

Lauren sintió que sus manos empezaban a temblar y no sabía qué hacer ni que decir.

Su mirada estaba en el piso desconcertada.

—Aquellos meses fueron los peores.... —Dejó salir la ojiverde. —Hubiera preferido estar en rehabilitación al pasar tantos días sin saber de ti. Llegué a pensar cosas horribles, mi alma se partía en dos al pensar en cosas como si te hubiera ocurrido algo malo y yo tan lejos, sin poder hacer nada, al otro lado del mundo. Metafóricamente pensé que la distancia no importaba porque el amor que sentíamos era mucho más fuerte.

—No lo imaginé. —Susurró Camila cerrando sus ojos. —No imaginé lo mucho que.... Lo muy indispensable que eres para mí, Lauren. —Se levantó y camino hasta Lauren mirándola fijamente. —...Y cuando volviste....cuando te vi después de varios meses y aunque sabía que había roto tu corazón yo no deje de sentir aquella sensación, como la primera vez, cuando chocamos, fue inclusive más fuerte, por qué cuando componía solo podía imaginar tus hermosos ojos verdes, jamás imagine estar con otra persona que no fuera tú, y lo lamento tanto. —Dijo suavemente tomando las mejillas de Lauen mientras las secaba. —No sé ni quiera como pude hacerte esto, te hice daño cuando eres tan perfecta. —Pegó su frente a la de Lauren, no dejaba de verla. —Jamás había creído en el amor y lo fuerte que podía llegar a ser y a pesar de todas estas tormentas, a pesar del daño que te causé...Yo...—Abrió sus ojos, se perdió en aquel mar verde. —Yo Te Amo, Lauren..

Había pensado en tantas formas de volver a decírselo. No, no solo lo decía por conveniencia, lo decía porque lo sentía, sentía como su corazón latía ferozmente con solo obtener una mirada de ella, Camila sabía exactamente como Lauren la hacía sentir. Con un solo contacto estaba en el cielo, era la responsable de que el aire le falte que su mente bloquee su funcionamiento, todo todas aquellas sensaciones que solo Lauren podía lograr.

—Y yo a ti. —Dijo Lauren llevando sus manos hasta sus propias mejillas y entrelazando sus manos con las de la castaña. —Yo te amo a ti, por este amor, es por esa misma razón...Por la cual debemos dejarnos ir. 


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Si enloquecieron, no me maten. 

Hasta un nuevo aviso. :) Espero que hayan disfrutado, también los amo.

¿Algún día te tuve? - CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora