Capítulo 22 - Leyes Infringidas

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Capítulo 22 - Leyes Infringidas

Nagisa POV
Había salido por la ventana, las cobras iban enredadas en mis brazos y mi cuello. Me dirigía a la casa de Silver Sama, en el camino iba pensando un nombre para mis niñas. Tome la que estaba enredada en mi brazo izquierdo y le dije tú serás Kouki, la de mi brazo derecho tú serás Isis y la de mi cuello tú serás Zen.

Mientras caminaba por las calles de Egipto, en una casa abandonada escuche el sonido de los roedores, mis niñas se alteraron, me detuve para que comieran, es como si estuviera conectado con ellas. Su sangre me hablaba, podía sentir lo que necesitaban. Tal vez la razón sea porque Thiago mordió a estas serpientes, por su cuerpo corre la ponzoña de los vampiros.

Cuando volvieron a subir satisfechas por mi cuerpo, seguí mi camino. Creo que estoy loco por lo que voy a hacer, mis niñas escuchen bien, no pueden lastimar a Karma, es el hombre que vivirá con nosotros, no importa si lo ven alterado o si tenemos una discusión, está prohibido hacerle daño. Todas sacaron sus lenguas, haciendo ese sonido de cuando van a atacar, espero que eso signifique que me entendieron.

No fue necesario tocar la puerta, ya Saito me esperaba con la puerta abierta.

-Bienvenido Nagisa, ¿cómo te sientes?

-No estoy totalmente recuperado pero estoy mejor. Gracias por todo Saito.

-Mi campeón. Ya tienes mejor semblante Nagisa.

-Si ya me encuentro mejor Silver Sama. Necesito su ayuda, regresare a Japón y pues quiero llevarlas conmigo a las cobras, pero no puedo correr hasta Japón con Karma a mi lado.

-Saito firma un permiso para que las pueda transportar, tendrán que ir en una jaula con los demás equipajes. Los del aeropuerto permitirán su paso cuando vean tu permiso con mi firma. En ese caso en la semana mandare a Saito a entregarte tu pago por ganar las peleas y hacerme más rico Nagisa. No queremos exceder de la buena amabilidad de la aduana del aeropuerto entrando dinero sin reportar.

Saito me trajo el permiso, además de un vaso y una jarra llena de sangre. Me serví inmediatamente para empezar a beber.

-Nagisa, en esta ocasión haré el siguiente torneo entre seis a ocho meses, ya que este fue muy intenso. Y tal vez en ese tiempo tenga un nuevo competidor y me miro sonriendo. Karma Akabane, a él le gustan las peleas, es fuerte y tiene una fuerte sed de sangre.

-Aún no sé si esté listo para ese tiempo Silver Sama, lamentablemente tengo que transformarlo aunque ese no sea mi deseo. No quería que fuera como yo, pero creo que no me queda otra opción. Aunque tratare de atrasarlo todo lo que pueda, le respondí sincero.

-El se enojo con Saito, incluso lo enfrento siendo humano. Tú sabes cómo es Saito Nagisa. Akabane no le gusto, que probara su sangre para saber qué era AB y se retiró muy molesto, contigo en brazos.

-Ya se me hacía raro que estuviera en el Hotel en vez de aquí. Karma es muy posesivo y creo que a veces por su orgullo no recuerda que él es humano. Por cierto Saito, no vuelvas a beber su sangre, es mía y gruñí.

-Jajajaja son tal para cual, me dijo Silver.

-Ten mucho cuidado Nagisa, muchos vampiros están celosos de él. Nunca permitiste que nadie te tocará en ese burdel, mantuviste a todos a raya. Inclusive la vez que el instinto depredador te gano la partida y te masturbaste en el sillón, muchos pensaron que por fin te acostarías con ellos, pero usaste tu sed de sangre para alejar a todos.

Sed por tu SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora