Capítulo 63 - Serpiente Azul

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- Karma te amo tanto, perdóname todo el daño que te cause, pero tengo tanto miedo que no tenga la fortaleza para detenerte en alguna ocasión - su rostro se veía angustiado.

-Nagisa no importa lo que suceda, lo superaremos si estamos juntos.  Yo te amo como a nada en esté mundo y fue mi decisión estar contigo por toda la eternidad.  Te lo dije no importa si te transformas en el mismo diablo, yo estaré a tu lado mi amado peliceleste, mi adorado Nagisa - busque sus labios para deleitarme con su sabor, acariciar su lengua con la mía, eso fue suficiente para que mi erección volviera a alzarse nuevamente y empezó a punzar por atención nuevamente.

-Ya te voy a ayudar Karma - beso mis labios y deslizó su lengua por mi cuello, mi pecho hasta llegar a mi vientre.

Colocó mis tobillos en sus hombros, atrajo mi cuerpo hacia él, mis glúteos no se apoyaban en la mesa y su miembro rozó mi entrada, corrientes de placer recorrieron mi cuerpo. 

No solo mi glande punzaba, mi entrada también y nos miramos intensamente, las palabras no eran necesarias entre nosotros.>>

Capítulo 63 - Serpiente Azul
Karma POV
Nagisa me miraba intensamente, mi cuerpo se estremeció, traté de hacer fuerza para quitarme esas esposas, pero todo intento fue en vano.

Mi cuerpo estaba tan caliente, la punta de mi glande seguía punzando dolorosamente, no podía controlar los espasmos de mi cuerpo y el fuerte deseo que sentía por unirme con Nagisa.

Estaba desesperado, mi necesidad no era calmada.

Un jadeo se escapó de mis labios, cuando nuevamente sentí su miembro húmedo rozar mi entrada, me sujetó con fuerza y se deslizó en mi interior.

- ¡¡Ahhhhh.......Ahhhhhh .....Ngh...... Nagisaaaaa!! - los gemidos salían de mi boca, sin poder detenerlos.

El orgasmo me recorrió haciendo vibrar mi cuerpo, mi esencia manchaba mi vientre.  Un placer distinto, algo que nunca había sentido hasta ahora, era completamente único, me sentía satisfecho en cada embestida que recibía.

Solo se escuchaban nuestros jadeos y nuestros cuerpos uniéndose con mayor fuerza, con rapidez.  La lujuria y la pasión estaban en el ambiente.

Me incorporé para devorar esos labios que me llamaban. Observaba cómo se escapan jadeos de ellos, cada vez que su miembro entraba y salía de mi interior con fuerza.

Los uni con los míos, pase ambas manos apresadas por las esposas detrás de su cuello, para poder tener más acceso a esa boca, saboreaba sus labios, su lengua y el me correspondía de la misma forma devorando los míos.

Por la fuerza empleada la mesa se inclinó un poco y fuimos a dar al piso. 

Ambos nos sonreímos, acomodé mis piernas a ambos lados de su cadera, me senté sobre su vientre y volvió a deslizarse en mi interior.  Me movía con fuerza con desesperación, buscando aquello que me llevaría a la locura.

Mis labios volvieron a unirse con los de el, explorábamos cada espacio de nuestra cavidad, las embestidas continuaban rápidas y fuertes.  Su boca se tragaba cada gemido de satisfacción que salía de mis labios, cada vez que golpeaba mi próstata.

Nos abrazamos con fuerza, rozando más nuestros cuerpos, tratando de fundirnos el uno al otro. Podía sentirlo, saborearlo en mi cuerpo, deje de abrazarlo, para llevar mis manos esposadas con desesperación a mi miembro, lo frotaba con fuerza, gracias al líquido que salía de la punta de mi glande, esté estaba resbaladizo aumentando mi fricción y mi placer.

Sed por tu SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora