09. "Indiferencia."

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La semana ha pasado más rápido de lo que esperaba. Ha sido larga, pero, al llegar el tan esperado viernes, mis nervios se han calmado y esperan con ansias la fiesta de esta noche. Porque, ¿quién no quiere divertirse? Alejaré el tema Harry por hoy (y espero que sea definitivo) y tengo pensado divertirme, tanto estén él y Courtney, como no. Y sé perfectamente que ellos sí estarán ahí.

Creo que esta semana fue la peor del año. O quizás de la historia. Probablemente de mi vida. Pero, como mujer digna, superé todos sus obstáculos, aunque con algunas caídas.

Levantarme de la cama este día es más fácil de lo que fue el resto de la semana. Tengo expectativas para este día, y por más que sepa que Harry y su novia las arruinarán con un simple beso, sigo adelante.

«Dios, suenas tan patética.»

Me meto en el baño y me doy una ducha rápida. En quince minutos ya estoy afuera, eligiendo mi ropa. Opto por unos leggins negros con cruces blancas, una blusa mangas largas de gasa blanca y mis vans negras. Arriba, me pongo mi campera de cuero negra. Tomo mi mochila y bajo las escaleras tarareando Radio de Lana del Rey. Mi mama me espera abajo con unas tostadas y un tazón de café caliente.

–Te has lucido esta mañana mamá.

–¿Qué quieres decir?

–Todas las mañanas me espera solo esa jarra de café. –digo señalando la jarra, ahora vacía.

–Esta mañana me han pedido que vaya más temprano al trabajo.

–Ah. –asiento lentamente.

Mi mamá es enfermera de la sala de urgencias de un hospital, por lo que sus horarios son fijos y es bastante raro que la llamen más temprano de lo normal. Decido tomarlo como algo bueno, y no como un despido.

–¿Sales esta noche? –pregunta.

Asiento mordiendo una tostada. –Un amigo vendrá por mí.

–¿Jay?

­–No, él no.

Mi mama sonríe lanzándome una mirada cómplice. –Lo has hecho.

–¿El qué?

–Has seguido adelante.

Me encojo de hombros. –No cantes victoria antes de la gloria.

Me termino el café de un trago largo, quemándome la garganta. Creo que eso es lo que más me gusta del café: que esté caliente. Alargo la mano para tomar otra tostada cuando escucho el sonido de una bocina afuera. Bajo la mano y tomo mi mochila, me paro y me la cuelgo al hombro. Rodeo la mesa y le doy un beso en la mejilla a mi mama.

–Nos vemos, cariño.

–Adiós, suerte en el trabajo.

Salgo de la casa y me subo al auto de Jay, en el asiento del copiloto.

–¿Cam no viene?

–No. Hoy solo somos tú y yo, Blondie.

–¿Qué tiene?

Se encoge de hombros. –No lo sé. Solo me ha dicho que no pase por ella.

Frunzo el ceño y decido que luego la llamaré para ver cómo está.

–¿Esta noche tengo que pasar por ti?

–Te he dicho un millón de veces que iré con Trevor.

She's Broken. | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora