She's Broken. | h.s

24. "Promesa."

HARRY

Creo que, después del cuarto vaso de vodka, perdí la cuenta. Esa noche planeaba emborracharme, probablemente drogarme, y follar. Si, lo que cualquier adolescente con mi vida y mis problemas haría en un momento como este. Quiero decir, ¡es la fiesta de fin de curso! Esas simples y pequeñas cinco palabras insignificantes para algunos; implican solo dos cosas: descontrol y diversión. Ambas cosas que, definitivamente, en este momento no estoy disfrutando. Sólo estoy borracho, dando vueltas alrededor de una piscina llena de gente y vasos de plástico rojo. Nada más. No drogas, no sexo; solo alcohol para acompañar mi sensible y estúpida alma en pena.  Y lo peor de todo es que sé lo que me pasa; este problema crónico de no puedo follar con nadie se debe a una pequeña persona de contextura pequeña, baja y delgada, de cabellos dorados y ojos celestes como el cielo, gritona, malhumorada y que me odia con todo su pequeño ser: Lola Simons.

Zayn y Niall han desaparecido, por lo que mi única compañía es el vaso de vodka (número desconocido) que sostengo con mi mano derecha. Bajo de un salto de la banqueta que se encuentra frente a la barra cuando veo a Trevor acercarse.

–¿La estás pasando bien? –pregunto sintiendo como arrastro las palabras.

Me acerco para chocar mi puño con su hombro de forma amistosa, pero mis pies se enredan y me tropiezo con mi mismo. Trevor extiende los brazos y me sostiene, empujándome para que me ponga de pie de nuevo.

–Harry, ¿estás bien?

–Sí, sí. Todo en orden. –digo moviendo la mano y apoyando mi trasero en la banqueta de nuevo.

–¿Cuánto tomaste?

Me río de su pregunta, una risa distorsionada por el alcohol. Le doy un trago al contenido transparente del vaso terminándomelo y lo tiro hacia atrás. –No sé, la verdad. Pero ¿sabes? Esto es tu culpa.

–¿Mi culpa?

–¡Mira lo que me haces hacer! –digo una octava más arriba de lo normal.

–No te sigo. –dice entrecerrando los ojos.

–No, Trevor. Tú nunca lo harás.

Sus ojos se mantienen entrecerrados; no entiende ni una puta palabra de lo que le estoy diciendo. –Esto es por Lola, ¿verdad?

«O tal vez sí.»

Hago una mueca y cierro la boca. Repentinamente me he quedado sin palabras.

–Me parecía.

Se da vuelta para pedirle algo al barman que Drew contrató, pero solo abre la boca y frunce el ceño. Se da vuelta y me mira.

–Sólo déjala vivir, ¿vale? Ella te amo y estoy bastante seguro de que lo sigue haciendo, pero ya la perdiste. Sólo la usaste y humillaste, y ahora... ahora quieres recuperarla. Yo no te entiendo Harry.

–Me estoy volviendo loco. –gruño.

Y, ¿por qué le estoy diciendo esto a su novio?

El sonríe con comprensión. – Lola es una persona maravillosa que puede volverte loco y hacer que cometas estupideces, o llegues a ponerte de rodillas frente a ella; sé el efecto que puede tener en cualquier persona, así que no necesitas recalcarlo. No sé que sientes ahora, aunque estoy seguro de que es mucha confusión y odio a ti mismo por haber dejado ir a semejante mujer. Y si sientes lo que yo pienso que sientes, sólo puedo decirte una cosa; si la amas, déjala ir.