04. "Superar."

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Las ganas de no ir al colegio me superan. Pero no puedo demostrarle a Harry que soy débil, que me había lastimado. No puedo dejarle ganar, no esta vez. Todos mis pensamientos están enfocados en superar el día.

Me levanto de la cama y me meto al baño. Me doy una ducha, y cuando salgo, me visto con lo más abrigado que tengo, ya que es una gélida mañana. Escojo unos jeans color azul oscuro, un suéter ceñido color verde militar y mis vans negras. Suspiro mientras ato mi cabello en un desacomodado rodete arriba de mi cabeza. La verdad, eso hoy no tiene importancia.

Todas las mañanas Harry solía venir a recogerme, pero hoy (evidentemente) nadie lo hará, así que opto por tomar el bus, que me deja casi en la puerta del instituto y en sólo quince minutos.

Bajo rápidamente las escaleras y salgo de mi casa. Si quiero llegar temprano, hoy no hay desayuno para mí. Comienzo a caminar en dirección a la parada del bus, con mis auriculares puestos y Rihanna a todo volumen. El aleatorio ha escogido Stay. «Que oportuno» pienso. Cuando ya me he hartado de sufrir por la letra y las lágrimas comienzan a caer, decido que es momento de pasar la canción. No tengo la necesidad de comenzar a llorar en medio de la vía pública.

Una bocina detiene mis pasos, me seco rápidamente las pocas lágrimas que han caído y me doy vuelta con una sonrisa fingida. Es... ¿Zayn?

En la parte de adelante, al lado suyo, Niall me mira con algo que es compasión mezclada con pena. Siento que se me revuelve el estómago cada vez que me miran así, es horrible.

–Hey, Lola. ¿Te llevo? –pregunta el moreno.

Mi sonrisa sigue ahí, mientras me debato entre ir con ellos dos o tomar el bus. Después de todo, éramos amigos antes de todo esto, y supongo que lo seguimos siendo, así que me acerco.

Escucho a Niall decir: –Vámonos Zayn, no seas sádico.

Frunzo el ceño y miro hacia el interior del coche. Justo cuando inclino la cabeza veo una espesa cabellera rizada.

Me muerdo el labio con fuerza, esfumando todo el rastro de la anterior sonrisa, y me doy vuelta con rapidez. Comienzo a caminar velozmente queriendo salir de ahí. Necesito alejarme.

–Lola, ¡vamos! –grita Zayn desde su posición.

Completamente furiosa (porque sé que lo ha hecho a propósito), me doy vuelta y, como estamos a una distancia prudencial, grito: –Jódete Zayn.

Definitivamente prefiero a Niall.

-...-

Esto es más difícil de lo que pensé. Todos hablan de mí y de lo estúpida que fui. Y la gran noticia ya ha llegado a oídos de todos. "Harry está soltero." Es lo único que escuchado en todo el día, seguido de miradas acusadoras y penetrantes y luego más murmullos adicionales. Algunos dicen "Pobre chica." Otros dicen, "Sabía a lo que se enfrentaba." Aunque la mayoría concordaba: "Nunca va a superar que Harry sólo la quería para follársela."

A la hora del almuerzo todo se ha tornado más difícil. Todos mis amigos se sientan en la mesa de los populares, a la que no me atrevo a ir porque sé que si lo veo por más de cinco minutos terminaré llorando de nuevo y no quiero eso. Tampoco iré a sentarme con Camille y Jay, porque de seguro ya me aborrecen. Y no obligaré a Julie a que se aísle conmigo, por lo que me siento sola, y alejada lo más posible de la "élite", como muchos le llamaban. Esto es más que deprimente.

Y, cuando el día no puede ir peor, Harry entra con una pelirroja colgada de su pecho. Su camisa blanca está desabotonada en la parte de arriba y sus rizos oscuros están despeinados, cayendo sobre su frente. Se detiene a acomodárselos y sigue el trayecto. Miro a la pelirroja, lleva el corto vestido (antirreglamentario) desacomodado, casi como si se lo hubiera puesto a los apurones. No me cuesta mucho deducir que se la ha follado en el cuarto del conserje.

La chica me mira y sonríe con burla.

Le devuelvo la sonrisa, sólo que la mía detona odio. –Zorra... –murmuro.

Suelto un suspiro y vuelvo mi atención al sándwich deseando que esto acabe rápido.

–¿Qué demonios sucede contigo? –espeta una voz masculina.– En serio, esta no eres tú.

Levanto la cabeza, esperando que sea Jay. Sólo el me hablaba así, tan despreocupadamente. Me encuentro con un par de cristalinos y sinceros ojos celestes. –Hola Trevor. –sonrío débilmente.

–¿Qué haces tan sola?

–Creo que entre ayer y hoy desarrolle un antisocialismo. –ironizo.

–¿Así que te convertiste en una antisocial de un día para el otro? –pregunta con burla.

–Así es. ¿Y tú qué haces aquí? 

–Me diste pena.

Levanto la cabeza y lo miro mal. Quiero decir, no me encuentro en mi mejor momento y él me tira más abajo todavía. –En serio, debes escoger mejor tus palabras. –digo bajando la vista de nuevo.

Él ríe sonoramente. –Era una broma, Lola. –dice despreocupadamente. Levanto la mirada. –Sólo quería ver cómo te encontrabas.

–¿Cómo se supone que esté?

–Mal. –dice con sinceridad.

–Peor que eso.

–Ya sabes lo que dicen, "no puedes tener un arcoíris sin un poco de lluvia".

–En Lolalandia está nevando, Trevor.

–No puedo ser positivo si no me ayudas. –dice y suelta una risita, que me hace sonreír.

–Deja de intentar subirme el ánimo. –murmuro cabizbaja. –Créeme que lo aprecio, pero no servirá.

Está por decir algo, pero el timbre suena, callándolo. Cuando el pitido cesa, pregunta: –¿Qué tienes?

–Entrenamiento con las porristas.

–Eso es genial, yo también entreno. ¿Vamos?

–O no, no iré hoy a practicar.

–Vamos, Lola. Demuéstrale que eres más que eso. –dice señalando a la pelirroja que abandona la cafetería abrazada a Harry.

Asiento levemente y me levanto rápidamente. –Tienes razón.


She's Broken. | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora