50. "Angustia."

86.8K 4.2K 441
                                    

Mi cuerpo colisiona contra la puerta de la habitación cuando la abro con fuerza, golpeándome el hombro por accidente. Maldigo en voz baja, sosteniéndome la parte golpeada con la mano y frotándola para que el dolor se pase.

–Nena, tranquilízate. –Harry pide llegando hasta mí. –Te vas a lastimar.

–Y una mierda. Déjame Harry. –gruño sacudiéndome para soltarme de su firme agarre, pero me es imposible. –¡Te dije que me soltaras!

Harry toma mi otro hombro con la mano y me sacude colocándome frente a él. Pone sus labios sobre los míos en un intento de calmar mi furia y los mueve, intentando besarme. Se le escapa un jadeo de frustración cuando no respondo, aunque termino haciéndolo. Harry siempre termina convenciéndome hasta en las más pequeñas cosas, como un beso.

–¿Qué te ocurre? –pregunta alarmado ante mi notorio cambio de humor.

–¿Qué qué me ocurre? ¿Es en serio? –levanto la voz. Harry me mira atentamente sin soltarme y me arrepiento de estar descargándome con él. Él no tiene la culpa de todo esto. –Me quiero ir.

–¿Qué? No, no, no. No nos iremos, eso es absurdo.

–Me quiero ir. –repito. –Si quieres quédate, pero yo me marcho.

Al instante me arrepiento. No dejaré a Harry solo con aquella perra merodeando por aquí, pero necesito irme. No puedo estar en el mismo lugar que ella, respirando el mismo oxígeno, oyendo su chillona voz. No puedo.

Me suelto del agarre de Harry y me paro junto a la ventana para ver hacia el exterior. Es un día precioso y el mar está calmo, perfecto para estos momentos.


–Esto es por Courtney, ¿verdad? Estás dejando que ella te afecte mucho.

–Sí, me afecta. No es ella quien me molesta, es su sola presencia, ¡el hecho de que esté aquí estorbando! Lo único que causará es problemas.

–Eso no lo sabes, quizás ahora es distinto.

–Sigue siendo la misma zorra a la que odio, eso lo sé por experiencia. Y no, no lo sé, pero lo siento.

–¿Qué sientes? –él no comprende.

–Siento que esto no va a salir bien. –enfatizo mis palabras haciendo gestos con mis manos. –Esta especie de acuerdo de convivencia no terminará bien. Cuando hay personas como Courtney alrededor las cosas no salen como se espera.

–No seas tan negativa.

Levanto las manos, en señal de inocencia. –No me creas. Pero cuando terminemos peleando por ella no vengas a pedirme perdón.

Cruzo la habitación y tomo mis maletas.

–¿Te vas?

–Sí. –contesto sin mirarlo.

Antes de que pueda abrir la puerta, su mano ya está rodeando mi muñeca y tirando de mí. –No te vayas nena, no me dejes.

Lo miro, sintiendo ganas de abrazarlo y no soltarlo nunca. –No te estoy dejando. No quiero problemas, eso es todo.

–Entonces no los crees. –replica con convicción. Toma mis dos manos haciéndome soltar mi equipaje y las coloca sobre su pecho, sosteniendo ambas de mis muñecas. –No crees problemas en donde no los hay. No armes conflictos inexistentes. No pasará nada.

Niego con la cabeza desviando la mirada, armando puños con mis manos y agarrando su camisa entre ellas. –Si pasará. Sólo temo que nuestra ya inestable relación se complique más por... por... por Courtney. –replico con las palabras entrecortadas por la frustración y el odio que corroe mis venas. –No quiero pelearme contigo por ella.

She's Broken. | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora