She's Broken. | h.s

43. "Superhéroes."

Mis ojos se abren de a poco, tratando de acostumbrarse a la hiriente luz solar que ingresa por la ventana que se encuentra a los pies de la cama. Me restriego la cara con el dorso de la mano y respiro hondo, quedándome quieta por unos minutos, asimilando todo lo que había pasado la noche anterior. Le había dado una nueva oportunidad a Harry. Lo había hecho, y no me arrepentía. Todavía. Un suspiro se dejó caer de mis labios cuando me senté en la cama, dispuesta a levantarme, ir a darme una ducha y comenzar el ajetreado día de hoy. Un día que sin dudas, no pasaría desapercibido para nadie, ni mucho menos para mí.

La puerta se abre lentamente, siendo empujada por un pie desnudo tatuado. Me río cuando lo veo aparecer con los rizos despeinados y el torso al descubierto, vestido solo con sus bóxers de lycra negros y llevando una bandeja con nuestro desayuno. Me hago a un lado, dejándolo sentarse a mi lado y ponerse la bandeja sobre el regazo.

–Buenas. –dice mirándome con una sonrisa que hace notar sus hoyuelos.

Me inclino hacia él, sonriéndole ampliamente. –Hola Harry. –digo bajito, acercándome a sus labios para darle un casto y rápido beso.

–¿Cómo has dormido?

Me encojo de hombros. –Bien, creo. –miento.

–No has dejado de moverte en toda la noche.

–Sí... –rasco mi nuca. Abro la boca para hablar, pero de ella sale solo aire cuando nada se me ocurre para decir.

–Lola, ¿estás segura de que estás bien?

–Sí, Harry, estoy bien. No tienes de qué preocuparte.

–Por cualquier cosa puedes contar conmigo. Lo sabes, ¿verdad?

–Claro que lo sé. –digo, dejando caer mi cabeza en su hombro. –Ha sido demasiado para mí... eso es todo.

–Él estará bien. Verás que se recuperará en un abrir y cerrar de ojos.

–¿Y si no lo hace?

Se calla por unos segundos. Harry Styles de verdad no tiene palabras para todo.

–Lo hará.

–¿Y si no lo hace? –repito.

Levanto la cabeza de su hombro para mirarlo. Puedo ver un destello de tristeza en sus ojos, que están súbitamente aguados. Él había perdido a su padre en un accidente automovilístico y sé que todavía no lo ha superado. Me muerdo el interior de la mejilla deseando no haber dicho nada.

Al cabo de unos segundos, me responde: –Entonces tendrás que vivir con ello.

Cierro los ojos apoyando la frente en su brazo desnudo, en el que dejo un beso. Mis manos se elevan por su espalda hasta los rizos de su nuca y los acaricio con lentitud.

–Lo siento. –murmuro con los labios aún contra la piel fría de su brazo. –Está bien.

–Nunca tuve la oportunidad de despedirme de él, ¿sabes?

Trago saliva con dureza. –Él sabía que lo querías. Lo sabe.

A diferencia de mí, él no estaba peleado con su padre. 

Lo oigo respirar hondo. –Él era mi superhéroe, mi modelo a seguir. Fue... tan duro perderlo.

Elevo mi mirada y veo que las lágrimas surcan sus mejillas. Paso mi mano por ellas, secándolas de todo rastro de agua salada. –Seguro que él debe estar cuidándote como el superhéroe que es.

Sonríe a través de las lágrimas. La sonrisa más sincera que había visto en él, o en cualquiera. Sorbe su nariz y se limpia los ojos con el dorso de la mano.