25. "Déjame ser feliz." (primera parte)

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*Holi, me gustaría que escuchen la canción que les dejé abajo al leer el capítulo. La van a conocer.



–¿Quieres soltarme? –gruño corriendo mis caderas.

Su mano cae con desgana y el suelta una risa ronca. Una oleada de viento frío azota mi cuerpo, calando mis huesos, y es cuando me doy cuenta de que pequeñas gotas de lluvia comienzan a mojar mi piel blanquecina.

–Toma. –digo dejando caer la chaqueta desde mis hombros a mis manos.

Niega con la cabeza y mete las manos en los bolsillos de su traje de baño (¿qué traje de baño tiene bolsillos?). –Está bien.

–Estás desnudo. –digo mirándolo aún sosteniendo la chaqueta cerca suyo. –Y te vas a mojar.

–No actúes como si nunca me hubieras visto desnudo. –él dice, aunque sé que hay un doble sentido en aquella frase.

–Bueno, pero ahora mismo no quiero que estés así. ¡Acepta la jodida chaqueta!

Suspira y se detiene, quitándomela con brusquedad de las manos. Su ceño está fruncido, pero aún así no puedo evitar reconocer que... es demasiado atractivo. Bajo la mirada a su abdomen desnudo, y oh, Dios. No, nunca tendría que haberlo hecho. Por segunda vez en la noche, quedo embelesada por su jodido y perfecto cuerpo. Abdominales perfectamente marcados, pectorales firmes (que en este mismo momento deseo golpear con fuerza), y (de más está decir) que siempre amé cada uno de los tatuajes que decoran esta parte de su cuerpo. Es... sexy.

Estira uno de mis brazos y desliza una de las mangas de la chaqueta, para después repetir la acción con el otro brazo. Tengo que ayudarlo con la acción porque uno de mis brazos se queda trabado y reprimo una risa ante el forcejeo que ambos estamos haciendo entre mi brazo izquierdo y la chaqueta, sin embargo el no lo hace; él se ríe.

Me alejo un poco más de él y reanudo la marcha. Estar cerca de Harry provoca sentimientos no deseados en mí que me hacen sentir una verdadera mierda.

–Imbécil. –gruño por lo bajo. ¡¿Por qué no acepta la jodida chaqueta?!

Rápidamente llegamos a su coche, el clásico Mustang 2012 rojo, que ya tantas veces he visto. Agradezco internamente a los cielos que no ha venido en su moto, porque si no eso sería una auténtica catástrofe. Me subo al asiento de copiloto sin esperar que él me abra la puerta (curiosamente, siempre odie esta acción). Él se sube a mi lado y pone a andar el coche, para después hacerlo deslizar con rapidez por la acera.

Enciende la calefacción, al punto en el que el ambiente es tan cálido que tengo que sacarme la chaqueta porque me está faltando el aire. Afuera, la lluvia ha aumentado hasta convertirse en una torrencial cascada de agua, que sólo me hace estremecer aunque no sienta frío.

Desbloqueo mi celular y me pongo a revisar mi Facebook, o mi Twitter o cualquier otra cosa que me mantenga abstraída de la vergonzosa escena que se está reproduciendo en este coche. Justo en este momento desearía poder desconectar mi cuerpo astral de mi cuerpo físico. Sí, lo deseo fuertemente.

Curiosamente me encuentro algo enfadada con Trevor por haberme dejado sola tanto tiempo. Sé que él no sabía que eso iba a pasar, sé que tampoco le dijo a Drew que hiciera lo que hizo, sé que nada de esto es su culpa, pero me da un no se qué en el interior que me hace sentir enojada porque estaba sola. Quizás por eso dejé que Harry me llevara, y sé que es incorrecto que deje que mi ex novio me lleve (siendo que mi novio estaba conmigo). Por lo tanto, no puedo evitar sentirme culpable en la situación.

She's Broken. | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora