La semana paso sin pena ni gloria. Nada relativamente interesante sucedió, además de salidas con Harry y mis amigos y la constante pesadez que cargaba en el alma por estar enfadada con Camille, mi mejor amiga de la infancia. Realmente no entendía qué demonios sucedía con ella. No esperaba que tirara margaritas al aire, pero sin dudas no esperaba esa reacción. Entiendo su preocupación (porque yo también la tendría en su caso), incluso entiendo su odio prematuro a Harry (porque a ella nunca le cayó bien el aludido). Pero no entiendo por qué se rehúsa a hablarme o a siquiera verme. Se supone que la que "va a sufrir" soy yo, no ella. Sin embargo, no puedo evitar sentirme mal. ¿Y si ella tiene razón? ¿Y si todo esto a lo único que lleva es a un corazón roto y a un nuevo distanciamiento de mis mejor amigos? Realmente no soportaría volver a perderlos por Harry.
Quizás estaba viviendo en déjà vu, en el que la historia se repetía una y otra vez, en donde perdía a mis mejores amigos por poner a mi novio primero. Y eso es justo lo que hacía; ponía primero a Harry y a Camille la dejaba para después, para cuando ella decidiera disculparse conmigo por todo lo que me había dicho. ¿Y si era yo la que tenía que disculparme? Pero, ¿por qué? ¿Qué había hecho yo de malo? ¿Enamorarme?
Un manotazo el despertador y este ya se encuentra en el suelo cuando apenas ha empezado a sonar. Las ocho de la mañana. Realmente no entiendo por qué estoy satisfaciendo el capricho de Harry de llevarme a pasar todo el día en una cabaña junto a él. Y, aunque la idea sonaba realmente tentadora tres días atrás, lo único que deseaba ahora era dormir. Y mucho.
Un suspiro largo sale de mis labios en el momento en el que me siento en la cama y revuelvo mi cabello rubio. Es mi cumpleaños número dieciocho. Cualquier otra persona hubiera hecho una especie de fiesta en la que todos los vicios habidos y por haber se involucrarían, pero yo no. Nada de fiesta. Nada de vicios. Nada de nada. La situación no está como para festejar y mi ánimo está por el subsuelo desde la pelea con Camille y desde que la solicitud de aplicación para la universidad no llega. Y así como mis ánimos disminuyen, mis miedos y nervios aumentan en demasía y con rapidez.
Así que solo sería un día bastante relajado con Harry, lo suficientemente alejados de la ciudad como para no tener que pensar demasiado. Y a la noche, una simple cena con mi familia (Blair incluida, agh).
–¡Buenos días, cumpleañera! –canturrea mi madre abriendo la puerta de la habitación con una bandeja en la mano.
Una sonrisa tira de mis labios y mis ojos adormilados se abren aún más al ver a Harry parado detrás de ella, guiñándome el ojo.
–Oh, mama. –murmuro. –No tenías que hacer esto.
La bandeja con el desayuno se deposita en mis piernas. Mi mamá se inclina sobre mí apretándome contra su pecho y dejando sucesivos besos en mi coronilla.
–¡Estas tan grande! Te amo tanto, estoy orgullosa de ti.
Me rio de sus palabras y la rodeo con mis brazos. –Gracias, ma. Yo también te amo.
Me mantiene en sus brazos un rato más, hasta que se separa de mí secándose los ojos. –Bueno, tengo cosas que hacer. Los dejaré solos. No hagan nada raro, estaré abajo escuchando.
–¡Mamá! –chillo, riéndome, mientras siento que mis mejillas se tornan de un fuerte color rojo.
Cuando mamá se va, Harry se acerca y se sienta a mi lado, rodeándome los hombros con un brazo. Se acerca peligrosamente a mi oído y susurra, con la más irresistible de las voces:
–Feliz cumpleaños, amor.
Su gélido aliento choca contra el lóbulo de mi oreja y sus labios descienden hasta un poco más abajo, para dejar un casto beso en la piel sensible de mi cuello. Mis manos viajan hasta su nuca y lo atraen a mi anatomía para besarlo con dulzura.
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She's Broken. | h.s
Fanfiction❝Él no me ama. Nunca lo hizo.❞ ADVERTENCIA: Este fanfic puede presentar consumo de alcohol y drogas, escenas de violencia física, lenguaje fuerte y contenido sexual explícito. bemyhalfheart