Capítulo N°37

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No sé cuánto abre dormido, pero en cuanto desperté ya era de noche, la habitación estaba oscura pero yo me encontraba en la cama, a tientas di con una lámpara y encendiéndola, noté que había una nota en la mesita de noche.

"Princesa, me siento muy molesto contigo, se supone que pasaríamos el día juntos, pero en cuanto llegué noté que no habías comido nada y que estabas dormida, por lo que decidí dejarte dormir tranquilamente, supongo que estarás muy cansada y yo tenía que volver a mi casa, Sally quería que pasara la noche con ella ya que mañana temprano viaja a Londres, por lo que mañana será nuestro día. Descansa y prepárate mi dulce princesa, te amo mucho"

Arrugando la nota la tiré lejos de mí, llevé mis manos a mi cabello tirando de los extremos desesperada por poder salir de esa maldita habitación. Tirando las sabanas aún lado, me levanté caminando nuevamente hacia la ventana, una suave luz iluminaba la entrada en donde seguían los hombres vigilando. Inspeccioné toda la habitación buscando algo con que romper esos fierros, pero me di por vencida al no encontrar nada, solo me quedaba esperar a que alguien entrara y así aprovechar de escapar.

Caminé de un lado a otro desesperada por poder salir de este lugar, las horas pasaban y resignada me senté a los pies de la cama sintiendo nuevamente mis lágrimas correr de frustración, hasta que la puerta fue abierta.

-Buenas noches, jovencita –Saludó la misma señora que había venido a dejarme el desayuno en la mañana- Te he traído la cena.

-No comeré, así que pierde su tiempo –Miré hacia otro lado.

-Cariño, tienes que comer algo o te enfermarás –Dejó la bandeja sobre la cama y se acercó.

-Prefiero enfermarme y ver si con eso salgo de aquí –Mis lágrimas volvieron a correr y sentí sus cálidas manos tomar mi rostro.

-Te ayudaré –Susurró despacio y la miré-Pero tenemos esperar hasta la madrugada- Asentí- Yo prepararé algo para comer que tenga un sedante y se los daré a los guardias, esperaremos un momento y en cuanto se queden dormidos, te sacaré –Tragué saliva- Son solo tres hombres los que el joven Siwon tiene aquí, dos en la puerta principal y uno aquí fuera, sabía que no había forma en que tú escaparas de esta habitación, por eso mismo no contrato más hombres –Se encogió de hombros limpiando mis lágrimas- Uno de ellos, el que está cuidando tú puerta, es un viejo amigo de mi hijo, Siwon no lo sabe, así que sé que contaremos con él para que escapes.

-Muchas gracias... de verdad –La abracé rompiendo en llantos y acaricio mi cabello.

-Tranquila mi niña, todo saldrá bien.

-Pero y ¿usted? ¿Qué pasará con usted? ¿No la meteré en problemas? –Pregunté con temor y sonrió.

-He servido para la familia del joven Siwon por años, pero hace unos días su esposa, la señora Sally, me despidió diciendo que necesitaba personal nuevo –Rodo los ojos- El joven Siwon me ha llamado para que la cuidara a usted, al principio me negué, pero comenzó a sacar en cara todo lo que había hecho por mí y por mis hijos, por lo que sin pensarlo decidí aceptar. Te pido disculpas –Exclamó arrepentida- Te aseguro que te ayudaré si quieres denunciarlo.

-Nuevamente, muchas gracias-Sonreí con lágrimas en mis ojos.

-¿Qué tanto están hablando? –Exclamo un hombre adentrándose a la habitación y noté el nerviosismo de la señora.

-Nada, solo le traje la comida –Se encogió de hombros giñándome un ojo.

-Nana, será mejor que se vaya –Habló otro hombre mirándola con cariño.

-Buenas noches mi niña, duerme bien –Se despidió sonriéndome y asentí.

-Oye, el señor Siwon te dejó esto, dijo que te lo pusieras para mañana –Habló el hombre lanzándome una bolsa- Espero que esta noche no hagas escándalos –Sin decir más se marchó cerrando nuevamente la puerta con llaves.

"simplemente tú"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora