Capítulo N°52

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De apoco comencé a despertar al sentir mi boca seca, tenía mucha sed por lo que decidí levantarme a buscar un poco de agua. Miré a Donghae a mi lado y sonreí al verlo dormir tan profundamente, su mano seguía en mi cintura puesto que nos habíamos quedado dormidos abrazados ya que él quería apegarse a mí pero al no poder mover su pierna, tenía que quedarse en una sola posición, así que fui yo la que se ganó sobre su pecho y dejé que me rodeara y acariciara.

La noche había sido muy linda ya que después de la visita de mi madre, Ricky y Katherine, Donghae había comenzado a hablar sobre todas las travesuras que haría con nuestro bebé mientras acariciaba mi vientre, escenas como esas me causaban tanta ternura y me hacían comprender mejor por qué amaba tanto a este hombre.

Miré la hora en el reloj de la cocina y maldije al ver que recién eran las seis de la mañana, tomando de un solo sorbo el agua, me serví otro y volví a la habitación, dejé el vaso sobre la mesita de noche y sentándome con mis piernas dobladas, miré por la ventana, recién estaba comenzando a amanecer y me quedé observando lo hermoso que se veía, de pronto sentí como unas grandes manos me rodeaban por la cintura y acariciaban mi vientre, sonriendo tomé sus manos para entrelazarlas con la mía.

-¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? –Preguntó su ronca voz y negué para soltar sus manos y girarme a verlo.

-Tenía sed y fui a buscar agua –Señalé el vaso y asintió- ¿Cómo amaneciste?

-Mejor gracias a ti –Sonrió de lado y reí- Ven aquí, hermosa.

Acercándome me volví a acostar a su lado entrelazando mis piernas con la de él pero teniendo cuidado de no tocar la otra, mis manos se fueron a su pecho y mi cabeza quedó en la almohada muy cerca de él, girando su rostro ambos nos quedamos mirando mientras que su mano acariciaba mi cintura.

-Ángel...

-Dime –Susurré cerca de sus labios.

-Hazme el amor –Murmuró y quedé hipnotizada por su penetrante mirada.

-Hae...

-Por favor, ángel, no puedo soportar ni un minuto más sin tocarte, sin hacerte mía –Me miró con súplica y mordí mi labio.

-No sé cómo hacerlo para no hacerte daño –Confesé ya que me encontraba igual de ansiosa que él, puesto que hace tiempo no lo hacíamos.

-Ponte encima de mí –Abrí mis ojos alarmada- Tranquila, confía en mí –Capturó mis labios en un hambriento beso y gemí cuando se alejó un poco- Desnúdate, ángel, y házmelo-Susurró con voz ronca.

Dejándome llevar por la pasión, me senté en frente de él y tiré de mi camiseta quedando con mi torso desnudo puesto que no llevaba sujetador. Noté su mirada en mis senos y lamió sus labios para ahora ver como quitaba mis bragas. Sonriendo de lado me acerqué a él y tirando de las sabanas sobre sus piernas, bajé su bóxer con cuidado hasta quitarlos por completo. Ambos quedamos desnudos y estaba por subirme a su regazo, pero mi mirada se fue a su pierna herida.

-Ángel –Gimió y mordiendo mi labio, notó la duda en mí- Ven aquí –Estirando su mano la tomé para ser guiada hacia su regazo-Mira, la herida está casi cerca de la rodilla, pero si te sientes mejor y para que no la toques, puedes no cargarte en ella.

Asentí y subiéndome sobre él, volvimos a besarnos de manera desesperada, las manos de Donghae se fueron a mi trasero acariciándolo y apretándolo para subirlas por todo mi cuerpo hasta llegar a mis senos, tiré de mi cabeza hacia atrás cuando sentí que llevaba un pezón a su boca y lo succionaba para ahora darle la misma atención al otro.

-Dios, ángel, te han crecido un poco más –Gimió para volver a besarlas y jadee.

Volviendo a tomar mi trasero, me alzo un poco para ahora tomar su duro miembro y llevarlo a mi entrada, poco a poco se fue introduciendo pero evité sentarme por completo para no hacerle daño, por lo que sujetándome de sus hombros, comencé a moverme de manera lenta mientras ambos jadeábamos.

"simplemente tú"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora