Capítulo 13

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Víctor abrió los ojos de par en par dejando claro su asombro ante mi pregunta inesperada, pero al cabo de unos segundos reaccionó y soltó una gran carcajada que me hizo saltar por la sorpresa y preguntarme si habrían sido capaz de escucharlo mi hermano y Gabbie desde la planta inferior. Mi ceño se frunció al ver la boca de Víctor abierta dejando salir la risa con ganas y como su pecho temblaba por el esfuerzo que esta le producía.

    Aparté sus extremidades del agarre que tenía alrededor de mi cuerpo y crucé los brazos sobre mi pecho mientras lo miraba con dureza, haciendo que él se calmara.

    -Si no querías quedarte con un simple "no" habría sido más que suficiente, idiota. Ahora salta por la ventana y vete.- le ordené con brusquedad mientras mi ceño se acentuaba más y la brusquedad en mis ojos aumentaba a la misma vez que clavaba mi mirada en su profundidad verde; sus ojos me observaban con diversión.

    -Eres tan inocente, Alia- pronunció mientras avanzaba con paso lento y sutil en mi dirección causando que yo retrocediera en respuesta, queriendo mantener la distancia entre nuestras anatomías- ¿Cómo me voy a negar a quedarme contigo si me lo pides tú cuando prácticamente me paso el día entero siguiéndote?- planteó con burla mientras seguía caminando causando que mi boca se entreabriera levemente ante sus palabras- Claro que me quedaré contigo, y si algún día te digo que no a alguna propuesta así, confía en mí que no seré yo completamente. Por cierto,- dijo dando un último paso y quedando frente a mí cuando mi espalda chocó con la puerta de mi habitación cerrándose esta con un golpe sordo. Las palabras estaban atascadas en mi garganta ante su semblante atractivo y poderosos. Su cuerpo se cernía sobre mí a escasos centímetros de distancia, pero sin llegar a tocarme- pensaba que ya habíamos aclarado todo el tema de los insultos.- gruñó mientras apretaba su cuerpo con dureza contra el mío. Piernas juntas. Mi cadera contra la parte alta de sus muslos. Su cintura pegada a la parte inferior de mi vientre. Torsos pegados chocando tela contra tela. Caras a milímetros de distancia notando ambos la respiración del otro.

    -No recuerdo que me dijiste sobre los insultos- fingí con burla haciéndome la distraída mientras ponía mis manos sobre sus hombros y recorría la distancia entre estos y su nuca. Tocar a Víctor era una adicción que no siempre podía controlar o reprimir de mis instintos. Víctor aprovechó mi distracción para enterrar su cabeza en mi cuello y dar pequeños mordiscos y besos en la suave piel de la zona. Noté una carcajada ligera caer sobre la piel sensible de mi cuello cuando se rio. Apartó su cara de mi cuello durante unos segundos y después se irguió para mirarme fijamente a los ojos con una sonrisa cargada de orgullo postrada en los labios.

    -Parece que ayer alguien ganó la apuesta...- anunció sonriente- Tienes un bonito y reluciente chupetón en el cuello, y no creo que lo hiciera el estúpido gótico que te mordió.

    -Así que gané- me regodeé mientras miraba su cuello descubierto y libre de marcas o rojeces.

    -Dependiendo de como lo mires- susurró provocativo sobre mis labios, a milímetros de rozar su rosada piel contra la mía- gané yo.

    -No es justo,- me quejé mirando su cuello y dejando caer mi dedo de arriba a abajo sobre la curvatura de este- ¡yo ni siquiera dejé una simple rojez!- acabé gruñendo con frustración haciendo un puchero frente a los ojos del rizado, aunque realmente yo en la fiesta no había pretendido realmente dejarle ninguna marca.

    -Si sigues haciendo eso con tus bonitos labios- pronunció Víctor con pesadez mientras miraba hipnotizado mi boca y relamía la suya propia- no voy a poder evitar besarte.

    -No puedes besarme si yo no te dejo hacerlo.- me burlé mientras me mordía el labio queriendo avivar las chispas que se habían prendido en el interior del rizado y crear un fuego ardiente y descontrolado.

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