Lo reconocí al instante con un cosquilleo recorriendo mi cuerpo de pies a cabeza.
Víctor estaba frente a mí con el ceño fruncido y los labios juntos formando una línea. No lo había escuchado llegar, pero su repentina aparición fue tan rápida como la manera en la que se fue después de que me echara un último vistazo.
Estaba segura de que mis ojos brillaron ante su presencia y de que mis mejillas estaban rojas al captar su esencia fresca entrar en mis fosas nasales, ya que notaba el calor subir de mi cuerpo hasta mi rostro. Pero no tuve ni tiempo de decirle un simple "hola" o de darle una explicación, ya que personalmente consideraba que el único de la banda que la merecía era él, cuando ya se había ido con paso firme. Un vacío profundo llenó mi interior mientras veía su espalda trajeada recorrer un pasillo hasta quedarse parado frente a una gran puerta de madera oscura sobre la cual se postraba un cartel que anunciaba "CLUB VIP". Entre Víctor y yo había otra gran puerta cerrada de madera negra frente a la cual se encontraba Marcos con aspecto serio y duro que apenas dirigió una mirada a Víctor acompañada con un leve asentimiento de cabeza, siguiendo así ambos con su trabajo de guardas de seguridad como si nada hubiese pasado.
Era la primera vez que lo veía desde el día en el que me fui de viaje a Londres.
Era la primera vez que lo veía enfundado en un entallado traje.
Y era la primera vez que notaba mi cuerpo estremecerse frente a la presencia de un chico. Víctor era realmente atractivo, y eso era algo que tanto mi cabeza como mi corazón sabían.
Di una profunda bocanada de aire antes de que con paso decidido y cabeza alta dirigiera mis pasos de nuevo hacia la barra, donde aún se encontraba Adrián hablando alegremente y de manera distraída con el chico que se encontraba detrás de la barra, el cual nada más vio mis pasos dirigirse hacia el lugar le dijo algo al rubio haciendo que este se girase sonriente en mi dirección.
-Ya estás de vuelta, bonita. Empezaba a extrañar esos llamativos ojos azules.- "son falsos" quise burlarme y reírme de su actitud, pero aguantando mis impulsos solamente atiné a sonreír abiertamente y dejar caer una de mis manos sobre su antebrazo apoyándome levemente en él mientras aún nos encontrábamos de pie. Sentía como cada uno de los integrantes de la banda tenía su atención puesta sobre mis palabras a través de los pinganillos, ya que todos estaban conectados entre ellos para tener control absoluto en todos los movimientos de la misión y evitar posibles contratiempos.
-Eres un hombre encantador, ¿puedo saber tu nombre?- pregunté fijando mis ojos en los suyos dejándome caer en el cristalino de su mirada.
-Mi nombre es Adrián, Adrián Romero- se presentó con el orgullo pintado en sus palabras y dejando que su cabeza se levantara con seguridad ante cada letra pronunciada, mientras ambos nos sentábamos de nuevo en los taburetes cubiertos con terciopelo de color burdeos frente a la barra.
-Romero...- susurré bajo su atenta mirada- ¿De qué me suena ese apellido?- cuestioné con inocencia y fingido desconocimiento mientras agarraba una servilleta del servilletero que tenía al lado y me secaba las comisuras de los labios pintados con carmín mate con la cara que ponía "Casino Romero".
-Eres una chica realmente preciosa- halagó con una gran sonrisa mientras inclinaba su cuerpo más cerca del mío, haciendo que su anatomía se encontrará casi fuera del taburete en el que estaba sentado a mi lado.- ¿Puedo saber tu nombre?
-¿Puedes?- jugué con una leve mirada y una sonrisa ladeada, haciendo que él mirara mis facciones detenidamente y se mordiera su labio inferior, atrapando este entre sus dientes.
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El juego.
Fiksi RemajaEl lugar equivocado en una fría y solitaria noche de invierno. Una chica perdida entre las desoladas calles. Una banda. Unos hipnóticos ojos verdes. "-...pese a que tú no lo creas estoy seguro de que este mundo del que huyes te pertenece mucho más d...