Capítulo 35

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-... Mundo de los vivos llamando a Alia- me voceó un tono dulce despertándome y sacándome de entre las profundidades de mis pensamientos. Habían pasado varias horas desde la declaración de Víctor con sus palabras cargadas de incertidumbre y confusión y seguía tan perdida como si lo acabara de escuchar todo otra vez.

    -Estás embobada, como en otro planeta- se burló una voz frente a mí logrando captar mi mirada en la gran y resplandeciente sonrisa cargada de sorna de Mel.

    -¿Qué pasa?- pregunté con fingido interés queriendo distraer mi cabeza de todo lo que se arremolinaba en su interior y conseguía congelarme la circulación de la sangre.

    -"¿Qué pasa?"- repitió Gabbie mirándome a los ojos con poder y decisión- Mejor dicho, ¿qué es lo que te pasa a ti?

    -¿Qué se supone que me pasa, Gabbie?

    No quería hablar del tema. Quería pensar tranquila y poder ordenar todo lo que daba vueltas en mi cabeza.

    -Pues definitivamente tú eres la única que lo sabe.

    -Llevas ausente todo el día, ni siquiera has prestado atención durante la clase de historia del arte.- agregó Zoe sumándose a la conversación con mirada preocupada y cargada de vacilación, como si creyera intuir la causa de mi desazón.

    -Eso la verdad es que es algo normal.- se mofó de nuevo Mel logrando que la pelinegra bajase la mirada en silencio con un leve destello de furia contenida tras sus pupilas.

    -No seáis exageradas, no me pasa nada. Simplemente estoy agotada porque ayer dormí muy poco y muy mal.- mentí a medias queriendo contener las inquietudes encerradas en mi interior y así evitar afrontarlas en la realidad.

    Por un lado quería destaparlo todo, quería saber qué era lo que se escondía realmente detrás de la banda y su misterioso o misteriosa líder que había querido atraparme y controlarme a cualquier precio; sin embargo, una pequeña parte de mí apagaba mis impulsos llenándome con la sensación de que las respuestas a aquella gran incertidumbre solo me traerían dolor y sufrimiento. Y no estaba preparada para volver a afrontar esas emociones. Quería coger el reloj de mi destino y atrasar las manijas de este hasta el momento en el que mis ojos se habían encontrado con las profundidades verdes de Víctor para poder congelar mi existencia en aquel único y embriagador sentimiento y olvidar todo lo que había llegado después.

    La noche anterior apenas había tenido energía para bajarme del coche y encerrarme aislándome de todo en mi habitación sumida en las penumbras. No había querido hablar, ni tampoco pensar y mucho menos que Víctor me viese descompuesta ante la noticia que él mismo me había dado. Porque en aquel instante, cuando la soledad me envolvió, el asombro y la confusión habían sido tan fuertes latiendo en mi organismo que no había podido ni ser capaz de contenerlos. Me había sentido asustada y perdida, y no quería que nadie me viese en aquel estado. Ni el rizado la noche anterior, antes de que se hubiese ido a gran velocidad dejando un halo de gasolina quemada y de dudas a su marcha, ni mis amigas que me miraban ansiosas en aquel mismo instante; algunas con la mirada cargada de genuina preocupación y otras simplemente queriendo alguna novedad que les quitase el aburrimiento constante de la vida cotidiana.

    -Bueno, pues ahora que ya está todo solucionado podemos continuar con lo que nos reunía en un principio aquí- agregó indiferente Mel con una sonrisa que en aquel momento se me antojó falsa y vacía, como la que pones cuando estás rodeado de desconocidos y solo intentas encajar a toda costa para evitar la marginalidad.- Esta noche dan una fiesta para celebrar la vuelta a clase en casa de Jorge, y como es obvio no podemos faltar.- aseguró con un entusiasmo que consiguió hacer rodar en blanco los ojos de Zoe- Bueno, tú no hace falta que nos hagas esperar para decir a pocas horas de la fiesta que no vas a ir. Tampoco es como que se note mucho tu presencia igualmente.

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