Capítulo 44

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Ahogué una exclamación sorprendida y asustada ante los ojos claros de Azul que entre la oscuridad me escaneaban en silencio. Mi ceño confuso se pronunció cuando vi que su cuerpo se encontraba tapado y arropado bajo las mantas de mi cama y que mi amiga se encontraba abrazada y acurrucada contra su cuerpo, escondiendo su rostro en el cuello de la peliazul.

    -¿Qué se supone que es esto?- increpé en tono bajo con incredulidad y leve enfado al ver la escena frente a mis ojos. Cerré la puerta con cuidado a mi espalda a la misma vez en que accionaba el interruptor de la luz llenando toda la estancia bajo su blanquecina iluminación. Zoe se removió incómoda, pero aun así se mantuvo pegada al cuerpo de Azul.

    -A tu amiga le gusta hacerse la difícil en su plena consciencia, sin embargo cuando se duerme desata sus deseos más internos, o mejor dicho, su atracción por mí- aseguró Azul con petulante superioridad, picando con uno de sus dedos la nariz de la pelinegra de manera fugaz. Zoe tenía el ceño levemente fruncido y una vez abrió los ojos de par en par llena de confusión su rostro se llenó de rabia al ver la peligrosa cercanía que mantenía pegados ambos cuerpos bajo las sabanas.

    -¿Qué dices?- gruñó peleándose por salir de debajo del abrazo caliente de las mantas sobre ella y de la otra chica- ¿Qué hacías tan cerca y abrazándome?- inquirió con furia mientras conseguía abrirse paso por la ropa y salir a trompicones a la libertad- ¡Irrespetuosa!

    -¿Irrespetuosa yo?- se burló Azul destapándose con calma y saliendo de la cama con una parsimonia hasta molesta- Te recuerdo que has sido tú la que cuando la madre de esta se ha ido te has mantenido bien abrazadita a mí.

    -Bueno... ¿Y qué?- se molestó Zoe encarando a la otra chica que le sacaba unos cuantos centímetros de altura- Mi abrazo no ha sido nada contra el hecho de que tú casi me besas.

    -Sí, casi lo hago, de hecho podría haberlo hecho antes e incluso ahora- tentó acercando su rostro al de Zoe y logrando que mis ojos se abrieran en demasía mientras intentaba procesar toda la información que ambas estaba recriminándose la una frente a la otra. La tensión que había visto entre ellas y que había pensado que era desagrado o quizá repulsión estaba totalmente mal encaminada. Lo que ambas sentían y por lo cual discutían era porque se sentían atraídas la una a la otra, mas siendo amabas tan cabezotas no eran capaces de admitir su mutua atracción de manera sincera- Eres una chica realmente atractiva, claro que te besaría- o tal vez la única demasiado asustada como para asumirlo y aceptarlo era Zoe.

    -Vale, antes de que yo misma no quiera seguir presenciando esto, ¿alguna de las dos me puede explicar que es lo que está pasando?

    -Esta chica tan ofendida fue la que empezó el que estuviéramos ambas abrazadas en tu cama porque...- empezó a relatar Azul antes de ser interrumpida por los agitados movimientos de una sonrojada Zoe.

    -¡No, no!- se quejó destellando furia a través de sus ojos una vez estos se enfocaron en la pálida chica de pelo azul- Deja que lo expliqué yo que si no todo suena fatal fuera de contexto. Yo estaba aquí, esperando a que volvieras y de la nada esta tipa me envió un mensaje diciéndome que tu madre estaba llegando. Primero me asusté porque no sabía como había conseguido mi número de teléfono esta ratera, aunque luego me acordé de que Víctor había hecho lo mismo contigo y como si fuese un acto cotidiano pues me relajé, pero entonces...

    -Una historia cargada de emoción y de giros inesperados la estás convirtiendo en un monólogo demasiado aburrido incluso para el gusto de tu amiga- se quejó Azul dejándose caer sobre la cama con un gesto rendido, y yo no iba a mentir, Zoe solía ser de pocas palabras y aquel arrebato lingüístico solo me hacía pensar que tal vez estaba demasiado nerviosa por tener que llegar al punto de explicar cómo había llegado a tan comprometedora posición con la otra chica en mi cama.

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