03/08/2000
Parados en la cima de aquella colina, Félix y Julia vieron como el coche en el que habían conducido hasta aquel desértico lugar rodaba por el acantilado cuesta abajo sin control, dejando tras su paso restos de metal y del color azulado que cubría la carrocería del automóvil.
Ambos, manteniéndose al filo de la caída, observaron como restos de sangre se pegaban sobre la rocosa superficie de la ladera, pero ningún grito se escuchó mientras los cuerpos se precipitaban al vacío, y a la muerte, que les esperaba al final de la caída. La pareja de adultos, acompañada de aquel pequeño infante, estaban moribundos una vez habían sido depositados en el interior del coche. Casi había sido un regalo que no vieran el final de sus destinos presentado frente a sus ojos y materializado en salientes rocosos y largos metros de separación hasta su último aliento.
-Ahora sí,- habló Félix una vez el estridente sonido del coche impactando finalmente contra el suelo cortaba el ambiente silencioso de la colina con un estruendo metálico y seco. Una bandada de pájaros salió volando desde la copa de un árbol para huir lejos de aquel lugar y de aquella terrible escena- ya somos libres para empezar desde cero, Julia; sin nada que nos ate ni nos controle- susurró con alivio el hombre mientras abrazaba el cuerpo de la mujer entre sus brazos y besaba la coronilla de su cabeza. El polvo que se había levantado debido a la caída del coche aún flotaba en el aire una vez ambos se separaron.
El aura de Félix rezumaba felicidad, alegría y despreocupación, sintiendo en su interior como después de años de esclavitud por fin podría vivir su propia vida.
El aura de Julia, a diferencia de la del hombre a su lado, estaba inundada por la culpabilidad y el arrepentimiento. Girándose una vez más para ver el manojo de metal en el que se había convertido su coche, solo pudo ver en aquel amasijo de destrucción y muerte las consecuencias que habían traído sus actos. Pintado entre las nubes que surcaban el claro cielo de la mañana supo que ella y Félix jamás iban a ser capaces de encontrar la paz y la tranquilidad, porque no lo merecían.
No por ser quiénes eran, sino por todo lo que habían hecho.
-Vamos,- la llamó Félix mientras le tendía la mano y una cálida sonrisa que parecía haber olvidado la sangre que habían derramado por toda la bajante de caída de aquel acantilado- debemos irnos antes de que alguien nos vea aquí- apremió mientras tiraba de ella y se dirigía hacia el coche que habían escondido días atrás entre el frondoso bosque a unos metros de aquel lugar que había quedado manchado y perturbado tras su paso.
Y ambos cogidos de la mano y con el pecho lleno de emociones completamente diferentes entre ellas se dirigieron a su nueva vida.
Pero el pasado siempre vuelve para cazarnos, y en algunas ocasiones, también para buscar venganza.
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El juego.
أدب المراهقينEl lugar equivocado en una fría y solitaria noche de invierno. Una chica perdida entre las desoladas calles. Una banda. Unos hipnóticos ojos verdes. "-...pese a que tú no lo creas estoy seguro de que este mundo del que huyes te pertenece mucho más d...