Una noche, hace tres años, un chico intentó ofrecerme cocaína al descubrirme mirándolo mientras consumía un poco. Me sonrió al mismo tiempo que se encargaba de preparar una línea para que yo la inhalara. Estaba tan absorta en lo que hacía que no me importó cuando jaló de mi brazo para que yo me sentara a su lado. Recuerdo que mi corazón latió como loco cuando terminó y me miró de forma expectante. Iba a decir que no. Juro que esa fue mi intención desde un principio. Solo me acerqué por curiosidad. No quería consumir esa sustancia, mucho menos a la edad de catorce años.
¿No es cierto?
No lo sé. Sobre todo porque Andrew llegó antes de que yo pudiera decir algo. Golpeó al chico en el rostro, le soltó una amenaza, me tomó del brazo y me sacó de la casa en la que nos encontrábamos. Estaba furioso. Recuerdo que en ese momento me sentí avergonzada y culpable.
-Jamás te metas ese tipo de porquería al cuerpo- me ordenó –La gente cree que consumir cocaína es un estúpido juego.
-¿Tú lo has hecho?- pregunté.
-No.
La rapidez y seguridad con la que respondió me molestó un poco ya que yo no tuve la misma confianza para responderle a ese chico.
-¿No lo harías nunca?- lo miré, escéptica -¿En serio?
Andrew me miró con el ceño fruncido.
-No- volvió a responder –Ni aunque estuviera tan desesperado.
Y era cierto. Lo peor que podía hacer en ese entonces era terminarse una cajetilla de cigarrillos en un día o emborracharse hasta perder el conocimiento. Y por eso fue que cuando me dijo que la razón por la cual entró a rehabilitación fue por una sobredosis de cocaína, yo realmente había pensado que lo más seguro era que había escuchado mal.
Entonces lo miré y lo supe. Lo supe por su expresión cargada de tristeza y vergüenza. Lo supe por como sus ojos evitaban a toda costa los míos. Lo supe por el dolor que sentí sobre mi pecho cuando me respondió.
Con ambas manos temblando, saqueé mi cajetilla de cigarrillos y después tomé uno. Saqueé mi encendedor e intenté inútilmente crear un poco de llamas para encender mi cigarrillo. Fue una tarea tan ridículamente difícil. Mis manos seguían temblando, lo cual no ayudaba en nada.
-________...
Logreé que salieran algunas chispas.
-________, por favor.
El maldito encendedor seguía sin servir. Intenté ahuecar el encendedor y el cigarrillo con mi mano libre, de esa manera no habría brisa que lograra extinguir la llama.
-¿Podrías parar por un segundo?
Lo intenté de nuevo pero no sirvió.
-________, basta...
Andrew intentó quitarme el encendedor. Me alejé con brusquedad de él. Me sentí como una estúpida cuando me miró como si yo lo hubiera herido.
-Lo siento- dijimos al unísono.
Por alguna razón, mi respiración se había vuelto un poco agitada. Le di la espalda mientras me encargaba de inhalar y exhalar con tranquilidad. Otra cosa que resultó ridículamente difícil.
-¿Cuándo sucedió?- pregunté.
No respondió, lo cual causó que me girara para verlo. Su rostro era la viva imagen del temor. Me pregunté porque le importaba tanto lo que yo podría pensar de él. Después de todo, él fue el que me engañó con otra. Yo dejé de importarle mucho antes de que termináramos.
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Just Friends [Zayn Malik & Tu]
FanfictionLa vida de _______(TN) Walle ya estaba planeada. Y lo primero que ella haría seria largarse de esa ciudad que le trae tan malos como buenos recuerdos, e iniciar de nuevo con el mayor éxito en su futuro, el cual aun es algo dudoso. Tenia amigas, muc...