De pronto, un gran revuelo se elevó en la ciudadela. Ahmed se asomó fuera de la tienda. Los orcos y goblins miraban arriba.
El ojo rojo había desaparecido de la cima de la Torre Oscura.
No era tan extraño. No era la primera vez que sucedía. Sauron solía ausentarse de la cima de la torre cada vez que tenía que atender algún asunto importante. Pero normalmente, solía avisar antes de abandonar la Torre Oscura.
Además, entre la partida de los Nueve y la ausencia de Sauron, un justificado temor se apoderó de los corazones de los habitantes de la ciudadela. Ya no contaban con la protección sobrenatural de esas diez entidades. Durante un periodo de tiempo indefinido, eran vulnerables a los ataques del exterior.
El Cazador pudo oler el miedo en el ambiente, lo que le dio mayor confianza a la hora de asaltar la tienda. Se escabulló al nivel del suelo, siempre invisible a los ojos enemigos. Con sumo sigilo, rajó una de las paredes de la tienda. Entró dentro sin apenas hacer ruido. Se acercó de espaldas a Karin y la agarró, tapándole la boca.
Sin embargo, la chica no se esperaba semejante sorpresa. Reaccionó con miedo, pataleando y tirando abajo el exótico artilugio del sur para fumar pipa. Ese repentino estrépito llamó la atención de los tres hombres. Los guardaespaldas desenfundaron sus cimitarras al ver que la chica estaba siendo secuestrada por ese espectro invisible. Por su parte, Ahmed enmudeció por culpa del asombro, limitándose a observar lo que pasó a continuación.
Al saberse descubierto, el Cazador se interpuso entre Karin y los hombres negros al tiempo que se volvía visible. Lejos de asustarse por la imponente presencia física del monstruo, los dos hombres emitieron un grito de guerra, dispuestos a atacar con sus cimitarras.
–¡No! ¡Alto! ¡No luchéis con él!
Pero las súplicas de Karin llegaron demasiado tarde. Los dos guardaespaldas atacaron. El Cazador desplegó las cuchillas del antebrazo. La confrontación fue tan fugaz como mortal. Aunque uno de ellos consiguió herir al cazador en un hombro, los dos hombres cayeron destripados bajo las mortales habilidades marciales del monstruo.
Una vez muertos, los dos guardianes que vigilaban el umbral de la tienda entraron. Al ver a sus hermanos caídos, no dudaron en desenfundar sus cimitarras.
–¡Basta! ¡No sigáis luchando!
Pero los dos guardias de Harad hicieron oídos sordos a las súplicas de Karin. También se lanzaron al ataque, dispuestos a morir por su se...
–¡¡¡ALTO!!!
Esta vez, los dos hombres obedecieron la enérgica orden dada por el embajador de Harad. El Cazador mantuvo una postura defensiva, quedándose con ganas de más. Karin aprovechó la pausa para interponerse entre su amigo y los guardaespaldas de Ahmed. Por su parte, el embajador de Harad enunció con tono más clamado:
–Este ser no es nuestro enemigo. No lo matéis.
–Pero... Si ha matado a nuestros herma...
La iracunda voz de Ahmed interrumpió la frase de su subordinado:
–¡¿Osas contradecir la voluntad de tu señor?! Obedéceme, o mandaré que tu hermano te decapite.
Los dos guardias inclinaron la cabeza y enfundaron las espadas. Ahmed aprovechó para hablar con un tono más diplomático:
–Lo único que pretende este ser es rescatar a su amiga. Dejemos que se la lleve. Y es una lástima, querida Karin. Ya pensaba en convertirla en una de mis esposas.
–Muy alagada –replicó Karin, tragándose las náuseas que le producía saber que ese hombre tan inteligente y piadoso era polígamo-. Gracias por salvarme la vida. Le estaré eternamente agradecida.
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Doctor Who. Crossover.
Fanfiction¿Quién podría viajar al japón del anime ciberpunk, a la Tierra Media o a una galaxia lejana, muy lejana? La respuesta está aquí. El Doctor (el de la prestigiosa serie de TV de la BBC), realiza en esta serie de aventuras durante un gran viaje . Tras...