6-I. El vuelo del Halcón.

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Los cañones del destructor imperial no tardaron en abrir fuego, tratando de alcanzar al Halcón Milenario, que comenzó a realizar piruetas y maniobras evasivas, con la intención de eludir las miras de los artilleros imperiales.

En la cabina, Chewbacca realizaba las acrobacias espaciales a la vez que Han Solo introducía las coordenadas del salto hiperespacial en el ordenador de a bordo. El Doctor y Karin se encontraban sentados detrás de ellos. Mientras tanto, el Cazador se quedó en el sillón del recinto central, dejando que el senador Grebleips curase su malogrado brazo con su dedo luminoso.

El Halcón Milenario ya había sufrido un par de impactos cuando Solo terminó de introducir las coordenadas del viaje por el hiperespacio. Accionó la pertinente palanca, los motores se calentaron...

Y se calaron, emitiendo un zumbido repetitivo y descendente.

–¡¿Qué pasa?! –exclamó Karin–. ¡¿Por qué no estamos en el hiperespacio?!

Justo entonces, recibieron otro impacto, sacudiendo toda la nave. Chewbacca reaccionó rugiendo con rabia, golpeando el panel de mandos. Y sonó la alarma de interceptación, porque un escuadrón de cazas acababa de despegar desde el destructor imperial más cercano.

–¡Qué no cunda el pánico! ¡Todavía podemos salvar el día! –exclamó Han Solo para después dar las pertinentes órdenes–. Chewie, pilota el Halcón y aléjanos todo lo que puedas de los destructores imperiales. Niña, tú te vienes conmigo para ayudarme a derribar esos Tie-fighters. Y Doctor, arregle la nave o moriremos todos.

Así se repartieron las tareas a bordo del Halcón Milenario. Chewbacca permaneció en la cabina, realizando más maniobras evasivas. Han y Karin tomaron el control de sendas torretas de a bordo, con la intención de derribar a los cazas atacantes. Y el Doctor se retiró a la sala principal para levantar los paneles del piso y así poder reparar el impulsor hiperespacial. Contó con la ayuda del senador y del Cazador.

La escaramuza espacial se desarrollaba. Los veloces cazas imperiales, estabilizados por sus característicos paneles hexagonales, se lanzaron al ataque sobre el Halcón Milenario. La nave agredida soportó los impactos sufridos gracias a su campo reflector. En cada una de las torretas, Han y Karin hacían girar sus asientos para apuntar mejor e interceptar a los atacantes con la artillería de a bordo. La chica no tuvo dificultades a la hora de poder manejar esos cañones. Se parecía mucho a uno de los videojuegos del salón recreativo de New Port City. No tardó en destruir uno de los cazas imperiales, acertando de lleno en el esférico cuerpo central.

Sin embargo, por cada vehículo enemigo que conseguían derribar, otro más despegaba para sustituirlo. Ese batalla se estaba eternizando y lo reflectores del Halcón Milenario no iban a aguantar para siempre.

De pronto, uno de los cazas estalló después de haber chocado aparatosamente contra un objeto de procedencia incierta que flotaba en el espacio. Han fue testigo de ese suceso. Se preguntó de dónde había salido esa chatarra espacial.

Fue justo después cuando oyó el bramido radiofónico de Chewbacca, anunciando que ya disponían de impulso hiperespacial.

–¡¿A qué esperas?! –exclamó Han–. ¡Sácanos de aquí!

El wookie tiró de la palanca y el Halcón Milenario se internó en la lejanía sideral, dejando atrás a sus hostigadores imperiales.

Una vez en el hiperespacio, el interior de la nave se llenó de gritos de júbilo y de aplausos. Cuando vio al Doctor, visiblemente agotado por haber hecho la reparación a toda prisa, Han Solo tuvo que darle un abrazo de camaradas. Estaba agradecido por haber escapado con vida de los imperiales.

Durante el trayecto de vuelta a Tatooine, Karin tuvo la oportunidad de charlar largamente con Grebleips. Era cierto, cuando el senador sanaba, adquiría una conexión empática con el paciente. Por esta razón, el bueno de Grebleips se sentía algo agresivo después de haber sanado el brazo del cazador, y este último se había vuelto un poco más dócil.

Doctor Who. Crossover.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora