7-M. Bye, bye, Doctor.

137 6 18
                                    

–Enterprises llamando a la TARDIS. El doctor McCoy solicita permiso para ser teletransportado a bordo.

Fue entonces, al oír la solicitud de Ohura, cuando el Doctor lo vio de golpe.

Retiró el dedo del gatillo, tiró la pistola lejos y exclamó:

–¡Oh! ¡Pero qué tonto soy! ¡¿Por qué no lo habré visto antes?! –y volviéndose a los romulanos, añadió–. Vosotros me lo podíais haber sugerido, idiotas.

–¿Idiotas? –se extrañó Kasius.

–¿Qué pasa, Doctor? –se sorprendía Karin.

–Pasa que Ohura es una genio –respondió el Doctor a la vez que se aproximaba a la consola para tomar un micrófono de los años 50 y contestar a través de él–.  Al habla el Doctor. Petición de teletransporte denegada. Será la TARDIS la que se presente en la sala de teletransporte. Así que se aparten a un lado los tripulantes que estén allí.

–¿Qué va hacer, Doctor?

La respuesta a la pregunta de Matrix estuvo cargada de una radiante euforia:

–¡Voy a salvar la vida de mi amiga!

La TARDIS no tardó en materializarse. El Doctor le hizo una señal a la Cazadora para que cogiera a Karin en brazos. Por su parte, Matrix pidió al Doctor:

–Si le parece, de momento me quedaré a bordo de la TARDIS. No quiero que mis niños me vean sin cara.

–Me parece bien. Quédate a bordo y ayuda a Kasius a cuidar del inútil de Blizzo.

–¡Insolente! –protestó Blizzo ante el comentario despectivo del Doctor.

La puerta de la TARDIS se abrió y el Doctor fue el primero en salir de la cabina azul. En efecto, se hallaba en la sala de teletransporte del Enterprise. Se encontró con McCoy y Spock, que estaban dispuestos a subir a la TARDIS para intentar salvar a Karin con una arriesgada operación quirúrgica. Scotty estaba detrás de la consola. Y la Cazadora fue la última en salir de la caja azul, portando a la paciente en brazos.

–¿Doctor, qué está haciendo? –se sorprendió Spock.

–¡Silencio! –pidió el Doctor. Se tomó unos segundos para orientarse en la sala y empezó a dar órdenes–. Cazadora, deja a Karin encima de la plataforma de teletransporte. Scotty, tendrás que dejarme la consola. Voy a tener que desarmarla un poco.

Los tres tripulantes del Enterprises miraban asombrados. Karin tendida en la plataforma y el Doctor manipulando la consola. Spock tuvo que volver a preguntar:

–¿Qué está haciendo?

–¿No es evidente? –replicó el Doctor–. Voy a usar la plataforma de teletransporte para operar a Karin.

–Doctor, no se puede hacer –contestó Scotty–. Sería igual que arrancarle un brazo a una persona. Estos dispositivos cuentan con protocolos de seguridad.

Y mientras aplicaba el destornillador sónico en la consola, el Doctor respondió:

–Lo sé, por esa razón, voy a saltarme estos protocolos.

De pronto, saltó un chispazo y la consola se apagó. El Doctor apretó el interruptor pertinente para reactivar el aparato. Y al ver que no se encendía, golpeó la consola con el puño. Entonces sí se encendió el artefacto.

–¡Doctor, es una locura! –protestó McCoy–. Si manipula mal la consola, en el mejor de los casos, su amiga se quedarán sin epitelio en el esófago. Y en el peor, la paciente se podría volver del revés.

–O fusionada con el embrión –añadió Spock.

–Creo que prefiero el tiro en la cabeza, Doctor –pidió Karin, horrorizada por lo que oía.

Doctor Who. Crossover.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora