Después de la batalla, Jones se enteró de todo lo referente a Weaver. Conjeturaron que el ataque de los bichos se inició cuando esas criaturas detectaron la muerte de la cría que salió de dentro de Weaver, a manos del Cazador.
Lo que les llevó a otra conclusión aún más aterradora. Cada uno de esos seres que les habían atacado, había salido de un anfitrión...
Todavía no sabían cómo se infestaban las víctimas, pero ya habían averiguado qué había sido de los tripulantes de las naves del cementerio espacial.
Al menos, ahora disponían del destornillador sónico como repelente ultrasónico de bichos.
El Doctor hizo la prueba de apagar el destornillador. Los bichos no volvieron, ya escarmentados. El Doctor decidió mantenerlo apagado de momento. No quería agotar la batería de su herramienta. Puede que vuelva a ser necesario utilizarlo más adelante.
–Ha sido una suerte que no le hayan atacado, Doctor –comentó Jones, contento de seguir con vida.
–No, no fue suerte –respondió el Doctor–. De los cuatro, soy el único que no va armado. Esas serpientes son listas. Han priorizado el ataque sobres los seres que estaban armados.
Ante lo cual, el Cazador aplaudió la estrategia no beligerante del Doctor, aunque supusiera usar a sus compañeros de viaje como señuelos.
Jones volvió al obelisco. Fue retirando la vegetación poco a poco, para evitar dañar el monumento. Pretendía descifrar esos símbolos, por si les conducían a alguna parte.
Por su banda, el Cazador se afanó en despedazar los cuerpos de los bichos. Una vez muertos, la sangre de esos monstruos se neutralizaba. Ya no era ácida y se podía manipular los cadáveres con las manos desnudas, sin correr el peligro de sufrir quemaduras ácidas.
Karin observó las evoluciones del Cazador. Al principio, creyó que el depredador pretendía alimentarse de las carnes amarillas de los monstruos. Pero no tardó en comprobar que el cazador estaba desperdiciándola, apropiándose de piezas de sus exoesqueletos negros, que luego iba probándolas, ajustándolas a partes de sus propio cuerpo. También se estaba construyendo dagas con las afiladas puntas de las colas. Incluso llegó a reponer los extremos fundidos de la lanza telescópica con dos de esas dagas de aspecto orgánico.
El comportamiento del Cazador fue tan extraño para Karin, que tuvo que preguntarle al Doctor, que también estaba examinando algunos de los cadáveres de bichos que sembraban el campamento:
–¿Qué está haciendo?
–¿No es evidente? –contestó el Doctor–. Está fabricándose una armadura anti-ácido con partes del exoesqueleto de las serpientes caídas. Así podrá luchar cuerpo a cuerpo contra esos seres, por si vuelven a atacarnos y mi destornillador no está disponible.
–¿Cree que nosotros deberíamos hacernos una armadura? –preguntó Karin.
–Si así lo quieres, sí –replicó el Doctor.
–¿Y es lo que estás haciendo? ¿Examinas los cuerpos para ver por dónde vas a empezar a cortar?
–No, mis intereses son más bien taxonómicos. ¿No te has dado cuenta de que casi todas las serpientes que nos atacaron corrían a cuatro patas? Y fíjate. Parece que son todos iguales, pero presentan diferencias. Algunos tienen las extremidades superiores liberadas. Otros poseen una mandíbula accesoria. Incluso los hay con seis pares de patas, o con la cola más corta, o con los tubos de la espalda modificados con forma de esbozos de alas. Estas diferencias me sugieren que estos seres hibridan con el anfitrión que les tocó parasitar.
–¿Los has visto antes?
–No, no existen en mi universo, al igual que el pueblo del Cazador. Creo que estos seres también fueron exterminados por las daleks. Incluso creo que los daleks se volvieron más agresivos después de haber exterminado a esta especie.
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Doctor Who. Crossover.
Fanfic¿Quién podría viajar al japón del anime ciberpunk, a la Tierra Media o a una galaxia lejana, muy lejana? La respuesta está aquí. El Doctor (el de la prestigiosa serie de TV de la BBC), realiza en esta serie de aventuras durante un gran viaje . Tras...