Doctor Who. Crossover.

5-I. La firma energética.

Fue Tauriel la que se identificó, evitando la legítima agresión de los guardias de Rivendel. Hizo las presentaciones, introduciendo al Doctor y a Karin en la sociedad élfica de ese enclave. El Cazador permaneció dentro de la TARDIS, sin interesarse por congeniar con los oriundos. Al parecer, prefería luchar contra orcos que confraternizar con elfos.

Elrond, el señor de Rivendel,  no tardó en acudir a la terraza en la que apareció la TARDIS, acompañado por su hija Arwen. Se ocuparon personalmente de asegurarse de que unas visitas tan imprevistas estuvieran bien atendidas. Proporcionaron aseo a los tres aliados, más vestidos nuevos para Karin y Tauriel. Y como estaba amaneciendo, Elrond mandó servir el desayuno.

Tauriel se echó enseguida sobre la comida de origen vegetal. Se notaba que hacía meses que no comía unos bocados tan exquisitos para el paladar de un elfo. La pobre hambrienta llegó a comer igual que un cerdo. El Doctor tuvo más éxito a la hora de saciar su hambre. Cuando recordó que no había cenado la noche anterior, no desaprovechó la invitación de desayunar con los elfos. Echaba de menos poder comer unos cuantos caracoles, pero se contentó con el pan y la verdura. Y por su parte, Karin aceptó esas viandas, a pesar de que le parecía que se iba a quedar con hambre al desayunar una sencilla ensalada de hojas variadas.

Durante el desayuno, Elrond aprovechó la relajación de los invitados, que se produjo al llenar sus estómagos. Interrogó sobre los asuntos que los traía por Rivendel.

Tauriel se encargó de resumir su viaje. Contó cómo fue enviada a Mordor para comprobar si el país oscuro seguía estando deshabitado, cómo fue capturada por dos jinetes oscuros en la frontera norte, cómo la encerraron durante meses, cómo el propio Sauron la interrogó para averiguar cuáles eran las defensas del Bosque Negro, cómo se encontró con el Doctor en la noche anterior y cómo el Señor del Tiempo improvisó un plan de fuga después de su exitoso enfrentamiento con Sauron.

Tauriel también contó todo lo que había visto y oído en Mordor. Sauron estaba reuniendo un terrible ejército de orcos, extrayéndolos de la tierra con perversas artes mágicas. Las máquinas industriales trabajaban día y noche, fabricando nuevas armas y armaduras. En este punto, Karin participó en la conversación. Habló de la alianza que Harad había establecido con Mordor; ofrecer combustible, soldados y animales de guerra, a cambio de parte de los territorios conquistados.

El Doctor también intervino. Al haber visto lo que Sauron tenía en su cabeza, pudo avistar parte de sus planes de invasión. Pretendía recuperar un extraño artefacto que le permitiría ganar la guerra que estaba preparando. De hecho, tenía en reserva un plan para atacar Gondor, el reino vecino que defendía al resto de ese mundo de la amenaza de Mordor.

Fue entonces cuando Tauriel se acordó de la criatura Gollum, la que traicionó a los prisioneros fugados para poder escaparse en solitario. En ese momento, el Doctor pudo unir hilos. ¿Y si esa criatura conocía el paradero del artefacto que Sauron estaba buscando?

Elrond se hizo cargo de la situación. Iba a ordenar que preparasen un caballo para Tauriel. Tenía que partir enseguida para informar a sus superiores del Bosque Negro. También planeó el envío de algunos mensajeros por los cuatro vientos. Había que capturar a la criatura Gollum cuanto antes. También era necesario organizar una futura reunión de aliados. Había que prepararse para una inminente guerra que estallaría en cualquier momento.

Antes de partir de Rivendel, Tauriel fue asaltada por el Doctor en las caballerizas. La apartó a un lado para preguntar:

–¿Qué es el Concilio Blanco?

–¿El Concilio Blanco? –repitió Tauriel–. Es una reunión en el que participó el señor Elrond entre otros. Sucedió hace décadas. Tengo entendido que se enfrentaron a un nigromante que resultó ser el propio Sauron resucitado. ¿Por qué me preguntas por él?