CAPÍTULO 25

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ACLARACIONES:

Los diálogos están con - y se cierran también con -

Los pensamientos están con " " y en cursiva

Los cambios de escena se verán con….*******…

Si no se ven ninguno de estos signos y aun así continua, es solo la narración de los hechos.

DECLAIMER: Como saben ninguno de los personajes del magnífico anime y manga INUYASHA me pertenecen, pero la historia es completamente mía, así que cualquier tipo de plagio está prohibido.

********AMANE2306********

LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS

CAPITULO 25

-Hana. –La voz gruesa y masculina la llamo, ella volteo con una sonrisa en sus labios, de esas que le encantaban a él.

Los ojos violetas de él refulgieron con un brillo especial ante su adorada pareja, hasta que de pronto pudo verlo, aquel hilo rojo que los unía a ambos había ido perdiendo el color y haciéndose más delgado, su cara de consternación fue única.

Hana sonrió con tristeza conocedora de lo que pasaba por la mente de su señor y pareja. –¿Cuidaras de Tsuki? –Pregunto la ningen con sus ojos almendrados resplandecientes del brillo de las lágrimas retenidas.

Tsukuyugomi asintió aun en silencio no sabiendo que hacer ante la casi poca vida de su pareja humana.

-¡Mamá! –La voz de una pequeña niña corto aquel tormentoso momento, Hana abrió los brazos en espera de su pequeña que corrió hacia sus brazos con una sonrisa en su rostro celestial.

La pequeña había heredado los cabellos azabaches de su madre y él hermoso tez y color de ojos de su padre, su apariencia inmaculada y etérea siempre le encanto a su madre que vivía por y para su familia.

Ambas mujeres fueron rodeadas por los brazos enormes del Kami de la luna.

-Hana. –El kami la miraba desde una esquina del enorme futon, la siempre sonriente mujer abría sus ojos almendrados mirando detenidamente al imponente kami.

-¿Donde está Tsuki? –Pregunto la ningen con su voz apagada y cansada.

-Ella está molestando a Yakko y a Yasha. –Contesto el kami animándose a acercarse más a su convaleciente compañera.

Hana con la poca fuerza que le quedaba rió ante la idea de su pequeña hija molestando nuevamente a las bestias sagradas que se encontraban recluidas en palacio magenta en donde en esos momentos vivían ellos.

-Ella es tan valiente y terca como tú. –Explico él kami con una voz apaciguada tratando de que su compañera se sintiera tranquila a pesar de que él no podía hacerlo.

-Pero si tu eres el valiente y terco. –Reprocho ella.

El negó con la cabeza. –Tu Hana, tu eres la orgullosa ningen que tiene a sus pies a un kami. –Dijo con una sonrisa en su rostro.

Hana pareció pensarlo y asintió complacida con su enorme sonrisa. –Muy cierto.

-La pequeña Tsuki quiere mucho a las bestias sagradas. –Comento Tsukuyomi.

LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora