DECLAIMER: Como saben ninguno de los personajes del magnífico anime y manga INUYASHA me pertenecen, pero la historia es completamente mía, así que cualquier tipo de plagio está prohibido.
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LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS
CAPITULO 36
Vio pasar frente a ella una pequeña calderilla que despedía un humo opaco de la boquilla, tenía un olor amargo y picante, pero mientras más lo respiraba mas se sentía relajada. Aun sentía varias manos, algunas con garras otras no, tocarla en varios sectores, en sus brazos, sus piernas, su pecho, su vientre… ¿Estaba en shock? No podía pensar bien, ni siquiera le importaba quienes la tocaban, solo recordaba una y otra vez el momento en el que Hotaru con su rostro consternado le había dicho que estaba preñada. ¿Cómo había pasado eso?... la respuesta era lógica. La pregunta original que estaba martirizando a la azabache era ¿Cómo ella no se dio cuenta de nada? ¿Ella que podía sentir el reiki o youki a kilómetros de distancia, no se había percatado que llevaba una vida dentro?
¿Tal vez era una falsa alarma, y por ende no existía un embarazo ni tampoco un aborto? Las veces que se había acostado con Sesshomaru ella estaba segura que no estaba en días fértiles, entonces ¿por qué? Ella no podía embarazarse en momentos como esos, era imprudente y estúpido, aunque ahora probablemente ya no…
La idea la abatió y el estrés volvió, hizo un esfuerzo en prestar atención a su entorno, desvió sus adormilados ojos por la estancia y vio a la anciana okami que la había confundido con Tsuki limpiarle las heridas de los brazos con una tela blanca ya bastante manchada de sangre. La mujer se veía preocupada mientras frotaba las costras de las heridas que ya casi ni se notaban, solo había unos rasguños amoratados en donde antes podía verse la piel abierta y sangrante.
Miro al otro lado y vio a Hotaru, su pequeña dama de compañía hacer lo mismo con sus piernas mientras algunas lágrimas se le resbalaban por las mejillas.
-Hotaru. –Susurro, y se sorprendió a si misma cuando la voz salió rasposa y tan leve que dudo que alguien pudiera escucharla, pero la pequeña lo hizo, alzo sus enormes y lagrimosos ojos y sonrió aliviada.
-Me alegra tanto que este despierta Kagome sama. –Dijo la pequeña dejando su labor de limpiar las heridas para acercarse hasta quedar sentada al lado de su rostro. –Ha estado en trance por algunas horas, estaba despierta pero no parecía responder cuando le hablábamos. –Conto preocupada. –Inuyasha casi derrumba la cabaña cuando le dijimos que no podía entrar. –Sonrió con un brillo ansioso en sus ojos.
Kagome quiso preguntarle muchas cosas pero su lengua parecía entumida. -¿Qu…e?
-¿Qué paso? –Le ayudo a complementar Hotaru, la azabache asintió una vez de forma torpe.
-La invasión termino, al menos por ahora, los exterminadores están barriendo la zona y el ejercito del Norte se está movilizando, este ataque fue sorpresivo nadie lo esperaba, hay rumores de que también hubieron en otros puntos, pero aun no está confirmado. El líder del clan de exterminadores aun esta aquí, quiere hablar con usted pero le dije que tendría que esperar a que se recuperase, al parecer hay algunos asuntos confidenciales que tienen que discutirse, al menos eso le oí decir al ningen cuando Inuyasha le exigió que le dijera todo lo que sabía.
Kagome sabía que todo aquello era de suma importancia, porque además estaba ligado con su misión, pero oyendo hablar a la nerviosa Hotaru se dio cuenta que solo quería saber algo, la miro a los ojos esperando su comprensión que no tardo en llegar cuando la pequeña volvió a derramar algunas lagrimas.
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LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS #PGP2018
FanfictionGanadora del tercer lugar en la categoría fanfic de los Blue Awards 2017 Cuando Kagome le pide a la perla que se destruya todo resplandece, aturdida como estaba es transportada lejos, despertara sola, cambiada y como el arma más poderosa, codiciada...