CAPÍTULO 33

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ACLARACIONES: Los diálogos están con - y se cierran también con -Los pensamientos están con " " y en cursivaLos cambios de escena se verán con….*…Si no se ven ninguno de estos signos y aun así continua, es solo la narración de los hechos.DECLAIMER: Como saben ninguno de los personajes del magnífico anime y manga INUYASHA me pertenecen, pero la historia es completamente mía, así que cualquier tipo de plagio está prohibido.

*AMANE2306*

LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS

CAPITULO 33

Pudo escuchar el eco de una vocecilla aguda, el viento silbaba con fuerza haciéndole casi imposible abrir los ojos, el sonido del kimono golpeándose contra el aire la hacía ser consciente de lo que estaba ocurriendo.

La kekkai involuntaria volvió a surgir, envolviéndola protectoramente y permitiéndole divisar su situación actual, muchos metros mas allá pudo divisar la figura de Hotaru cayendo a toda velocidad y perdiéndose en la espesura del bosque, vio una ráfaga de rojo perderse en el mismo lugar, supo que era Inuyasha.

Miro su pronto destino, y pudo ver el mar azul debajo de ella, faltaba tan poco para el impacto, pero aun así su cerebro trabajaba a mil por hora, se volteo a mirar hacia el cielo aun cayendo sin poder hacer nada y vio aun los resquicios de la explosión, la carrosa de las sombras ardía en llamas y la mirada celeste agua de Hotaka se dejaba entrever entre las llamas, se veía preocupado, aun cuando el mismo se hallaba en peligro.

Unos ojos rojos que ella conocía perfectamente se voltearon a mirarla desde la carroza, la sonrisa siniestra de Naraku mientras tenía a Hotaka del cuello en donde el fuerte miasma se incrustaba, le hizo recordar su última batalla. El no había cambiado en nada, a excepción claro, de que ahora participaba protagónicamente un ataque.

-¡NARAKU! –Lo llamo la azabache, sin saber si su voz le llagaría por la considerable distancia que los separaba.

Pero el si la miro y sonrió aun más con suficiencia. Kagome lo maldijo mil veces, trato de arquear su espalda para encontrar una postura adecuada mientras caía y concentrando su reiki creó un arco y una flecha iridiscente, vio el interés en los ojos rojos de Naraku, que empezó a incrementar el agarre en el cuello de Hotaka que seguía peleando para liberarse.

Kagome respiro una vez y lanzo la flecha imbuida de su reiki, fue tan rápido que él apenas pudo alejarse unos centímetros, la flecha quemaba todo lo que tocaba y aunque apenas le roso una mejilla esta comenzó a abrirse en la piel pálida de Naraku, como si fuera una enfermedad corrosiva, quemándole prácticamente medio rostro, el grito fue ensordecedor, al instante él soltó a Hotaka y desapareció en una oleada de miasma.

Kagome sonrió al ver que al menos había logrado darle una lección a Naraku, vio como Hotaka se reponía y se lanzaba en pos de alcanzarla, pero ya era demasiado tarde.

El agua se sintió como mil puñaladas en su espalda, estaba tan fría que sintió que su corazón había dado un brinco y ahora se agitaba a punto de reventar en su pecho.

Se hundió inevitablemente pero aun no perdía la conciencia, intento subir a la superficie pero las ropas eran realmente pesadas, sabía que perdía el tiempo pensando en unas cuantas maldiciones para su compañero que la cubrió todo lo posible, pero realmente se lo merecía.

La kekkai a su alrededor comenzó a aplacarse por su falta de control de poderes, el dolor del impacto había sido demasiado para dejarla concentrarse adecuadamente. Aspiro el aire que aun quedaba dentro de su campo de energía, y este desapareció.

LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora