CAPÍTULO 23

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ACLARACIONES:

Los diálogos están con - y se cierran también con -

Los pensamientos están con " " y en cursiva

Los cambios de escena se verán con….*******…

Si no se ven ninguno de estos signos y aun así continua, es solo la narración de los hechos.

DECLAIMER: Como saben ninguno de los personajes del magnífico anime y manga INUYASHA me pertenecen, pero la historia es completamente mía, así que cualquier tipo de plagio está prohibido.

********AMANE2306********

LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS

CAPITULO 23

Abrió los ojos asustada y miro de un lado a otro, se dio cuenta de que se encontraba aun en el onsen, estaba desnuda y se sentía mareada, se toco así misma para verificar que estuviera intacta, y no noto nada extraño, se pregunto si tal vez todo había sido un sueño, no parecía que nada hubiera pasado ahí, aunque aun así sentía los resquicios de un sentimiento extraño en ella.

-¿Kagome sama? –Pregunto Hotaru a las afueras del onsen, y colándose en el lugar Hotaru exclamo un "por kami" e ingreso para ayudarla a incorporarse. –¿Que ocurrió? Sabía que no debía dejarla sola.

-No te preocupes, solo perdí la conciencia por falta de energía, ya estoy mejor. –Contesto Kagome, aunque no mentía del todo, se encontraba más recuperada que antes, pero alarmada por lo que posiblemente había pasado en ese lugar.

Hotaru la ayudo a llegar hasta las aguas nuevamente y tomando entre sus manos los recipientes que había traído y dejado caer cuando vio a su señora en el piso, las acerco hasta ella, y comenzó a pasar las fragancias por los cabellos azabaches. –Mi señora, sus cabellos del color de las motas de sus ojos se han expandido. –Comento Hotaru, mostrándole los ahora más gruesos mechones rosas.

Kagome los tomo entre sus manos y deslizo sus dedos entre ellos, estaba preocupada, primero sus ojos y ahora su cabello.

Hotaru termino de enjuagar su cabello y ayudo a deslizar unos aceites sobre la espalda de Kagome que ahora se veía impecable y sin rastro de sangre, cuando hubieron terminado salieron del onsen y la neko ayudo a secar el cabello húmedo de su señora.

El sonido de la puerta al abrirse las hizo prestar atención a la figura de Irasue que venía acompañada de una youkai inu que cargaba consigo varias telas de ropaje. –Deja eso en uno de los estantes. –Ordeno Irasue, la inu asintió y los dejo reposar con elegancia en el mueble y después de una larga reverencia a ambas damas salió de ahí.

-Traje tus trajes para la ceremonia de la tarde. –Comento Irasue sonriendo.

-Madre ¿qué paso con Inuyasha? –Pregunto la azabache sin contemplar siquiera las ropas que le habían traído.

-Cachorra curiosa, pues veras…

…..**************…

Irasue se encamino por los pasillos, hasta que encontró la presencia de Inuyasha en el patio junto a la del lord del Norte y un poco más lejos la de alguien que conocía muy bien, sonrió.

-Sesshomaru. –Lo llamo y este la miro molesto. –¿Sigues resentido con tu madre? –Pregunto ella con más seriedad de lo que es natural en ella.

-Este te culpa de muchas cosas. –Gruño con rencor.

-Oh… Yakko sama. –Contesto ella despertando a su propia bestia de su sueño, tenía la fortuna de ser la otra mitad de Kimira, su bestia pocas veces estaba de buen humor para despertar, desde que Touga se había marchado apenas y se había hecho presente un par de veces, molesta con el mundo por la pérdida de su compañero, Irasue lo sabía y por eso nunca le había exigido su presencia a Kimira, pero a pesar de esto ella sentía a Kimira mirar por el rabillo del ojo a su cachorro y a su protegida, siempre fue una bestia seria, racional y con poco humor, muy diferente a ella misma, por eso podría llamarla orgullosamente su conciencia.

LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora