DECLAIMER: Como saben ninguno de los personajes del magnífico anime y manga INUYASHA me pertenecen, pero la historia es completamente mía, así que cualquier tipo de plagio está prohibido.
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LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS
CAPITULO FINAL (ultima parte)
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Habían regresado al camino principal, sus manos nunca se soltaron y conforme más pasos daban más poco iluminado estaba el lugar, incluso para ella. Kagome se detuvo y con ella él también. -Aquí la tierra parece diferente. -Comento al ver la franja lineal que separaba un terreno de otro, el terroso suelo rojo que estaba bajo sus pies era completamente diferente que el liso y negro suelo que estaba un paso más allá, ella presentía que si daba un paso en aquel lugar pasaría algo malo.
-¿Vamos? -Pregunto ella dudosa.
El asintió y ella dio el paso.
Una enorme ráfaga de viento golpeo contra su cuerpo, era frio crudo y afilado y de pronto la mano que había estado sosteniendo se separó de ella. -¡SESSHOMARU! -Grito cuando ya no lo sintió a su lado, cayó sobre sus rodillas y la desesperación la embargo al instante, su visión comenzó a oscurecerse y de pronto ya no podía ver nada más que su propio cuerpo que brillaba tenuemente.
Tenía miedo, miedo de dar, aunque sea solo un paso, no había nada más que ella y un vacío oscuro a su alrededor. Se mantuvo quieta sin mover un musculo y su respiración se atoraba en su diafragma hasta que empezó a doler. Se miro las manos y noto que temblaban con rudeza.
Una risilla resonó a su alrededor, como si viniera de todos lados. "¿Estás sola? ¿Estás perdida?" pregunto una voz infantil, un dulce tono inocente, "¿Todos te abandonaron igual que a mí?" Lloro la voz, su llanto dulce era tan sobrecogedor que Kagome sintió su corazón oprimirse.
-No puedo verte. -Contesto Kagome y de pronto el llanto se detuvo frente a ella. -¿Si me ves me ayudaras? -Pregunto esperanzada.
-Si puedo hacerlo, lo hare. -Contesto Kagome.
Después de varios segundos de silencio una forma infantil se acercó hasta quedar frente a ella, la pequeña niña brillaba con luz propia, su piel era pálida y tersa y sus ojos grandes tenían el color de la obsidiana, su cabello al igual que sus ojos eran absolutamente negros y caía largo por su espalda, su kimono era blanco con bordados de flores de color rosa y tallos cafés con pequeñas hojas verde claro. Era completamente hermosa y no parecía tener más de seis años.
-¿Me ayudaras a encontrar a mi hermano? -Pregunto, un ligero puchero surcando sus pequeños labios rosas.
Kagome estaba hipnotizada, era demasiado dulce y se sintió atraída magnéticamente a la pequeña. -Te ayudare. -Dijo olvidando por completo porque estaba ahí, que estaba haciendo antes de conocer a este pequeño ángel.
-Es por ahí. -Le indico con su pequeña mano extendida y de pronto un camino se ilumino, era un camino de tierra oscura rodeada de nieve perfecta y clara. -Alla, dentro de aquel bosque perdí a mi hermano. -Indico.
Kagome miro el inicio de un bosque, eran cientos y cientos de árboles, pero todos eran troncos oscuros sin hojas y de ramas torcidas y secas. "Bosque oscuro" resonó en su cabeza como si ya hubiera hablado de ello antes.
-¡Vamos Kagome! -La llamo la pequeña que ya había comenzado a avanzar.
¿Le dije mi nombre? Se pregunto mientras seguía a la niña que parecía contenta con tener compañía.
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LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS #PGP2018
FanfictionGanadora del tercer lugar en la categoría fanfic de los Blue Awards 2017 Cuando Kagome le pide a la perla que se destruya todo resplandece, aturdida como estaba es transportada lejos, despertara sola, cambiada y como el arma más poderosa, codiciada...