CAPÍTULO 24

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ACLARACIONES:

Los diálogos están con - y se cierran también con -

Los pensamientos están con " " y en cursiva

Los cambios de escena se verán con….*******…

Si no se ven ninguno de estos signos y aun así continua, es solo la narración de los hechos.

DECLAIMER: Como saben ninguno de los personajes del magnífico anime y manga INUYASHA me pertenecen, pero la historia es completamente mía, así que cualquier tipo de plagio está prohibido.

ADVERTENCIA. ESTE CAPÍTULO CONTIENE LEMON (ESCENAS DE SEXO), LEA BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD.

********AMANE2306********

LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS

CAPITULO 24

-¡Espera! ¡Espera! –Pidió ella haciéndose a un lado y enfrentando directamente a los ojos rojos de Yakko que parecía crispado ante sus palabras.

-¡Este te reclamo y aceptaste! –Gruño.

-Lo sé, lo sé… solo espera por favor… yo quiero estar mas cómoda. –Pidió ella indicándole sus ropajes.

-¡A este no le importan! –Volvió a gruñir la bestia impaciente.

-¡Pero a esta sí! –Alzo la voz ella y aunque estaba esperando que el Daiyoukai se molestara, fue una gran sorpresa que sonriera, aunque de una forma algo peligrosa.

Kagome respiro hondo y se acerco a una de las esquinas de la enorme habitación, antes de que él se impacientara comenzó a retirar capa por capa el kimono y a desatar los lazos que lo mantenían firme, sus manos temblaban hasta que llego a la única prenda que la separaban de su desnudez, no se atrevió a quitarla, sintió pánico y unas terribles ganas de huir al sentirlo acercarse.

No fue un pensamiento racional, fue puro instinto de supervivencia y una porción de imprudencia y estupidez cuando intento alejarse de la presencia asfixiante de su pareja, antes de ser tomada de la cintura y levantaba del piso para luego ser apresada contra la pared y el duro cuerpo del señor del Oeste tras de ella. –¿Que intentabas hacer cachorra?

-¿Sesshomaru? –Pregunto ella más aliviada de escucharlo.

-Yakko y yo somos lo mismo, él es solo la parte más irracional de mí, así que aun así no deberías dejar de temer, puesto que los dos queremos hacerte lo mismo. –Gruño Sesshomaru acercando su lengua al hueco de su cuello y su hombro, donde reposaba la vieja marca.

Kagome tenía miedo, pero más allá de eso un inusitado calor en su bajo vientre la embargo como una corriente eléctrica que la llenaba de placer y adrenalina.

-Mía. –Le susurro Sesshomaru mientras que con sus manos delineaba el cuerpo femenino hasta tomarla de las caderas y empujarla contra la pared y su propio cuerpo en una danza tan sensual que la azabache juraría que iba a perder la conciencia.

Ella logro voltearse hasta quedar de frente, harta de sentir el frio muro contra su mejilla y ni bien lo hizo sintió la boca de él hundirse en la suya propia con tanta fuerza que estuvo segura de que tendría una herida en los labios.

Ella correspondió posando sus brazos en el cuello del ambarino y este la levanto y la hizo enroscar sus piernas en su cuerpo.

Kagome gimió en una mezcla de dolor y placer cuando este la mordió incrustando sus colmillos en su labio inferior. Era demasiado brusco y no parecía estar en sus planes relajarse.

LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora