28 de Junio de 2013.

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Desde el momento en el que me dejó sola, el tiempo ha pasado muy despacio, aunque no tengo completa noción de lo que ha sucedido, mucho menos del tiempo que ha transcurrido. La habitación sigue oscura, y yo sigo atada a esta silla sin poder hacer nada en contra de eso.

La persona que viene a verme es con la única que mido el tiempo, porque es solo es lo que hace, no habla, no puedo ni siquiera saber quién es el responsable de todo esto y mucho menos saber que quiere. Por mi cabeza pasan muchas hipótesis, posiblemente un secuestro, o una broma, aunque siendo una ciudad con esta reputación, tal vez podrían hacer algo para prostituirme, pero solo puedo suponer y es que mi cabeza solamente imagina cosas terribles por no saber exactamente qué hago aquí, ¿quién puede tener interés en mí? Una simple maestra de universidad, no tengo dinero para un rescate, con mi familia apenas y tengo contacto desde que mis padres murieron, no los veo, no sé cuántas cosas han pasado con exactitud en sus vidas, probablemente muchas y todas han pasado sin que yo me enterase de eso, tal vez no sea el momento, pero me arrepiento y quisiera poder cambiarlo, en este instante sí que lo deseo.

Esta espera me está poniendo peor, el hambre me traiciona y no tengo idea si es que han pasado semanas, días, no sé si tengo minutos aquí o tal vez horas, pero la pregunta más importante es; ¿por qué estoy aquí? ¿Quién quiere algo de mí?

Por lo menos puedo ver esta habitación, agradezco por un segundo ver dónde estoy, tengo dudas de todavía seguir en Roma, si es que de verdad llegué a Roma, ni cuenta me di, no hablé con nadie después de salir de mi casa con rumbo al aeropuerto y en el resto del avión solamente había hablado con la asistente de vuelo. Sí, estoy consciente que me bajé del avión, que recogí mis maletas, que salí de ahí, que tomé un taxi, pero la realidad es que no recuerdo haberme bajado de ese taxi, recuerdo ligeramente la cara del conductor, uno de esos señores mayores que te da mucha confianza al subirte y que te lleven a tu destino, le dije la dirección de mi apartamento, reconozco habérsela dicho emocionada porque ese día podría ir a visitar el Coliseo Romano y no como estudiante, sino como cualquier persona que simplemente viene a conocer el mundo, pero mi realidad en este momento, es que estoy en una habitación oscura y con un hombre que viene y me da alimentos en contra de mi voluntad, porque quiere que coma.

La habitación parece ser grande, de hecho, es la primera vez que la miro fijamente desde la última vez que me trajo comida, el hombre me quitó el cabello de la cara y así ahora puedo observar más cosas; veo una puerta a lo lejos, que por más que intente llegar y quitarme estos amarres, sé que probablemente no lo lograré, por el propio cansancio que mi mente está provocando y que cuando intente correr, si mi captor está más descansado, me atrapará muy rápido.

Agacho la mirada, y veo algo que me hace pensar en mi situación, ¡sólo traigo ropa interior! Qué raro, no lo había notado, supongo que, porque no hace aire frío, solo siento calor, pero, un segundo, esta no es la ropa interior que yo me puse, es un coordinado rosa y tiene encaje muy sutil de color café, tengo zapatos de tacón negros, aunque estoy segura que yo no me los puse, ¡claro! Esto es lo que quieren ellos, porque supongo que son más de uno, pero... ¿con qué intenciones me tendrán aquí? Eso es lo que únicamente he pensad, lo que ronda por mi cabeza, ¿me querrán por sexo? Supongo que es lo único que puedo darles, sí seguro, si no tendría otra ropa. No me gusta estar así vestida, no me siento cómoda, no me siento muy feliz con mi desnudez, ¿por qué alguien me tendría así? Ya no sé ni en qué estoy pensando, estoy demasiado asustada, nerviosa, preocupada. ¿Por qué estoy aquí?

Dejo mis pensamientos de lado cuando un hombre aparece por la puerta y las luces se encienden dejándome encandilada ante el destello de luz. ¡No puede ser posible! Creo que a él lo conozco, pero no sé de dónde, sigue demasiado lejos de mí, comienzo a obsérvalo mientras se acerca; lleva un traje de un color azul marino con una corbata negra a juego, camina muy despacio, es muy alto. Cuando termina de llegar, puedo comprender quién es, su rostro es más claro y ahora todo también, ¡yo lo conozco, por supuesto que lo conozco!

Atrapada ||Completa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora