1 de Enero de 2014

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Es tarde, la gente se está comenzando a ir, los coches llegan a la entrada, ahora sí puedo ser partícipe de lo que está sucediendo, tengo que poner cara de felicidad y de amor para mi captor. Estoy afuera, respirando el aire de lo que ahora sé que es Londres, mi tan amado país, tengo un abrigo, mi ropa favorita en el mundo, cubriéndome del frío del nuevo año... 2014, antes, aunque no las celebraba como todas las personas, en fiestas como estas que organizó Erick, sí que eran de mis fechas favoritas, un nuevo año, nuevas oportunidades, propósitos, deseos de un mejor año, cosas buenas que te pueden llegar en la vida. Hoy solo tengo algo claro, pronto estaré embarazada, porque Erick se lo propuso, y porque este año... no tengo propósitos, deseos de un año mejor, no hay nuevas oportunidades, o por lo menos lo las vislumbro en mi futuro próximo.

La luna es preciosa, me engañé a mí misma diciendo que era la luz de mis padres alumbrando mi camino, hace tiempo que no la veía. La extrañaba, pero creo que más a lo que para mí representaba, que lo que en sí era la luna. Y no hablo de esa parte científica como solo un pedazo de roca, sino, lo que nos hace suspirar de amor en las noches.

—Entra a la casa y espérame en la sala.

Lo escuché, lo asimilé, y lo obedecí.

—Sí, Señor.

Entré despacio, era tarde, iban a dar 4 de la mañana, y a pesar de que varios de sus amigos querían seguir la velada, al final terminaron retirándose. Me senté en el sillón de la sala y tomé una copa, ya estaba algo bebida a estas alturas, no llegaba a estar borracha, pero sí para tener la cabeza en otro lugar.

Me recosté y me terminé la copa, Erick llegó por detrás de mí.

—Hiciste bien esta noche, estoy contento por tu comportamiento, fue a la altura.

Me quedé congelada al sentir su mano recorrer por mi espalda desnuda.

—Gracias, Señor —solo pude decir.

—Vamos a estar aquí juntos los siguientes días, por lo menos tres, después me tengo que retirar —yo solo asentí, en ese instante, lo poco que el alcohol se me había subido, bajó casi hasta desvanecerse—. Deja esa copa —dijo a modo de petición no de orden—, va a existir una regla en los siguientes días que esté yo aquí contigo —la tensión crecía en mi vientre, ese extraño suceso que ocurre en mi cuerpo cuando estoy demasiado nerviosa.

—¿Cuál, Señor?

Erick vino y se paró a un lado de mí.

—Levántate del sillón y arrodíllate a mis pies —lo observé un momento y lo obedecí casi al instante, esa sensación de estar a solas con él, provoca todas estas emociones en mí, miedo, dolor, tristeza y decir que me provoca miedo, es poco.

Me arrodillé frente a él, me vio, tomó una copa y después se sentó en el sillón, este no tiene reposabrazos de ese lado, así que no había una barrera que nos dividiera, me quedé muy firme, esperando cualquier indicación, cualquier cosa que pudiera decirme.

—Nicole, Nicole, te has convertido en la mujer ideal, en el mejor proyecto que he tenido en la vida, eres obediente y educada, ya no cometes tantas imprudencias y por fin me haces enojar en contadas ocasiones, y sé que cada día te costará menos, porque sé que por fin entendiste que eres mía.

El corazón se me contrajo al escuchar eso, mi mente tenía razón, Erick escogió ese momento para tener relaciones conmigo, porque según su "razonamiento", yo ya he llegado al punto que él desea, el que yo odiaba, pero que él necesita.

—¿No vas a decir nada?

—No tengo nada que decir, Señor.

—A veces me sorprende que puedas decir esas palabras, pero en momentos como este, agradezco que no tengas nada que decir —Erick me comenzó a acariciar el cabello—. Yo sí tengo algo que decir Nicole —su mano se fijó en mi nuca, me sujetó del cabello y me forzó a voltearlo a ver—, quítate el vestido y regresa a tu posición —lo hice casi al instante, aunque tarde unos minutos por los broches de la espalda, Erick estaba algo tomado y ya sabía de lo que tomado era capaz—. La regla de estos días —dijo contestando a la pregunta de hace rato—, es muy sencilla Nicole, no usarás ropa. Nadie va a estar aquí, solo tú y yo, así que no tiene caso que uses ropa si voy a quitártela en un instante, así que para evitar que pueda rompértela o que termine en malas condiciones, no la usarás.

Atrapada ||Completa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora