24 de Diciembre de 2013

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Hoy dormí mejor que anoche, la tranquilidad del día anterior me permitió hacerlo, de hecho es muy tarde, pasan más de las 11 de la mañana, y es noche buena, no sé qué pasa por la mente de Erick pero ya estoy vestida y esperándolo.

—¡Nicole!– dijo abriendo la puerta y entrando a mi camarote —. Tenemos algunas cosas que hacer, va a venir personal a hacer los arreglos que pedí para esta noche, tú y yo iremos a pasear por la isla, ponte un vestido y zapatos cómodos, cambia lo que traes, te veo en 15 minutos en cubierta.

Lo hice en un momento, me puse el vestido más playero que metí en aquella maleta, así como unas sandalias, y unos lentes y me fui a dónde estaba Erick.

Al salir encontré a Erick hablando con Gerardo y con otra persona, al verme dejó de platicar con los dos y fue hasta mí, me rodeó por la cintura y me besó. Otra vez me había besado sin previo consentimiento y tomándome por sorpresa.

—Él es Peter, se hará cargo arreglar todo para esta noche, vendrán unas cuantas personas, nada grande como ya te había dicho.

—Señora Covarrubias, le prometo que todo quedará como se planeó desde un inicio, pierda cuidado, están en buenas manos.

Escuchar eso me provocó un enorme escalofrío, ¿señora Covarrubias? ¿Cree que Erick es mi esposo? ¿Se lo dijo él?

—Sí, gracias —le respondí no porque de verdad quisiera darle las gracias, sino porque ya estaba acostumbrada a agradecer por algo que no sentía, por más pesar corporal o emocionar que las palabras me causaran.

—Nicole, amor, ¿te parece si los dejamos trabajar mientras nosotros vamos a desayunar?

—Sí, claro —me llamó amor, sé que algo planea, ahora estoy segura—. Los dejamos trabajar, con su permiso.

Dejé que Erick me guiara a dónde me planeaba que desayunáramos, no tenía mayores intensiones para ese momento, al final de cuentas él a había logrado su intención. Estaba a su completo dominio, haciendo lo que él quería, una parte por miedo, otra parte porque ya no sabía en quien confiar y otra porque lamentablemente ya me había acostumbrado a esto. Lo peor es que me sigo preguntado ¿Quién se puede acostumbrar a vivir a base de malos tratos, de ofensas? Aparentemente yo, gracias a Erick.

Salimos a caminar como dijo Erick. En todo el trayecto solo habló de la dichosa reunión y de lo que yo debía de hacer y decir. Me lo repetí y yo le decía lo que él esperaba. Casi había superado el shock de que me pronunciara el organizador de la fiesta como esposa de Erick, cuando él mismo lo mencionó de nuevo.

—Hoy todos creen, piensan que tú y yo estamos casados, uno de mis colegas lo supuso y yo no lo desmentí, así que tú tampoco lo harás, cualquier cosa que pregunten lo responderás como si fueras la Señora Covarrubias, y no quiero errores Nicole, que te permita llevar mi apellido es demasiado honor y tienes que comportarte a la altura.

—Sí, Señor.

En automático respondí, no sabía que decirle, nunca pensé, a pesar de toda esta agonía que Erick pudiera siquiera presentarme como "pareja" mucho menos como su esposa, y no es porque sea mi ideal, mi sueño, o porque esperara que de esa manera me dejara ir o por lo menos tratarme de una manera más humana, más como mujer, sino porque eso me hace pensar en cariño, y a este punto, después de 6 meses, no puedo ver a Erick queriendo a nadie, creo que no lo veo queriendo ni al supuesto hijo que quiere que tengamos. No sé si él sepa lo que significa el amor.

 No sé si él sepa lo que significa el amor

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Atrapada ||Completa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora