13 de Marzo de 2013.

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Comenzaba a estar más tiempo de lo normal en la Universidad, este semestre me tocó organizar un congreso fuera de la ciudad, además de que me anexaron una clase más; en conclusión comenzaba a tener cada día más trabajo, pero estaba feliz, aunado a que me estaban preparando para mi nuevo puesto de jefe de departamento para el siguiente semestre, tendría menos trabajo, o eso me habían dicho, y esperaba que fuera cierto, suponía que a medida que las responsabilidades administrativas aumentaran las académicas estarían igual o hasta disminuyendo.

Llegué a mi oficina con algunos papeles y la computadora, Sarahí mi secretaria me ayudó y dejamos todo en mi escritorio.

—Debería de dejarles que me envíen los ensayos por correo y no en físico —Sarahí sonrió—. ¿Hay novedades?

—Todavía no, no creo que tarden Doctora, siempre le tienen algo.

Ambas sonreímos, Sarahí era la mejor asistente que podía tener, era joven tenía 23 años y estaba haciendo su servicio social y lo solicito conmigo, era un poco alta, de cabello largo, negro y liso, era muy blanca y de ojos negros, era una buena combinación con ella, además era demasiado agradable y servicial y en lo que yo podía ayudarle lo hacía, es una muy buena alumna.

—Bueno entonces aprovechemos el tiempo, ¿tienes algo de alguna clase en lo que te pueda ayudar?

—No Doctora, por ahora no, pero estoy terminando mi tesis y mi asesor no regresa hasta la semana que viene, ¿usted la podría revisar?

—Claro, mándamela a mi correo y te doy mi opinión, no tengo clase hasta dentro de 2 horas así que puedo darle un vistazo.

Sarahí lo hizo y comencé a checarlo, no había mucho que hacer, solo probablemente unas pequeñas correcciones, se las anote y después ella entró.

—Doctora, le mandaron algo, ¿podría firmarlo?

Yo le asentí y salí, estaba un cartero de FedEx con una caja y rosas esperándome.

—¡Buenas tardes! ¿Quién manda eso?

—No tiene un remitente como tal señorita, si usted quiere checar.

Tomé la tabla de recibos y cheque, venían de la propia Universidad sin nada en específico, tal vez algo de mis alumnos, pero ¿tulipanes?

—¿Podría firmar? —me dijo el cartero.

Lo hice y metí todo para poder analizarlo, era sorprendente que alguien me mandara algo, y flores mucho más.

—¿Quien se las manda doctora?

—No lo sé, ¿me las detienes?

Le di el ramo de tulipanes para abrir el paquete, era una caja blanca con un gran moño, adentro había un par de tacones bellísimos, color rosa, fuera de su caja, claramente se les veía la suela y supe luego que eran tacones exclusivos, unos Louboutin.

—¿Quién manda esto?

—¿Pasa algo Doctora?

—No, no, sorpresas solamente. ¿Me podrías dejar sola? Voy a ver qué hago con esto, aunque creo que es una broma más que nada.

—Por supuesto Doctora, yo le digo cuando tenga que irse a clase.

Me quedé observando lo que pasaba, alguien me había mandado en paquete unos tacones carísimos y un ramo de tulipanes, tenía dirección dentro de la Universidad, ¿qué pasaba?

—No voy a hacer nada con ellos, los guardo y averiguo que pasa.

Metí los zapatos con todo y caja en un cajón que casi nunca uso, para poder olvidar que alguien me los dio, pero sobretodo necesitaba averiguar de quién eran. Tomé las flores y las iba a poner un florero cuando una nota cayó, dejé las flores y leí la nota.

"La vida hay que vivirla de color rosa y con pasos imponentes. Hazlo."

Debería de ser una broma, realmente tenía que ser, ¿qué debía de significar esto? Dejé todo en un lugar oculto y seguí con lo que tenía que hacer, además había más cosas por las cuales preocuparme ese día. Agarré mis cosas y me fui a mi siguiente clase. No estuve tan concentrada, pero sí lo más que pude, nadie notó mi preocupación por ese regalo. Nadie, o eso esperaba.    

Atrapada ||Completa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora