25 de Junio de 2013.

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Me subí al taxi luego de asegurarme que hubiera metido todas maletas en la cajuela, estaba emocionada, sabía que hoy sería un buen día y que esos nervios en algún momento se irían, de eso estaba segura.

¿Dove va? —me preguntó en Italiano.

—A la Vía deí Laterani, en San Giovanni —dije emocionada, y lo estaba, no tenía por qué negarlo.

—¿Viene a visitar a la familia? —dijo arrancando el automóvil.

—No, vengo a trabajar.

—Entonces su trabajo le gustará demasiado si está así de contenta.

—Completamente señor, completamente.

El coche anduvo por algunas calles y todo normal, él me decía que fuera a visitar algunos de los lugares más importantes de la ciudad, yo tomé nota mental, algunos ya los conocía, aunque no me hacía mal regresar a ellos, creo que tenía tiempo de hacerlo.

Cuando el coche dio vuelta en una calle que no conocía del todo me preocupé, me asomé a la ventanilla.

—Creo que no es por aquí.

—Por aquí es señorita.

No estaba segura, no conocía la perfección la ciudad, pero por ahí no se llegaba, yo había visto el mapa de las calles antes de subirme al avión, necesitaba estar segura. Ese no era el camino. De pronto alguien se subió al coche y me cubrió con un trapo, estaba tratando de forcejear, de hacerme a un lado, pero no podía, era más fuerte que yo. Traté de mirarlo. Sus ojos, su mirada. Es él, es Erick, ¿por qué me está haciendo esto? ¿Por qué? Mis ojos comenzaron a cerrarse, tenía sueño, el cuerpo me pesaba, quería dormir. No podía, no debía. Sacó algo de su saco y lo clavó en mi brazo, tardó en hacerlo y yo terminé de ver todo negro. ¿Por qué me estaba haciendo esto? ¿Por qué él? ¿Qué quería? Dios no, ayúdame.

Atrapada ||Completa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora