20 de Marzo de 2013.

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Me encuentro en mi oficina, revisando algunos correos de mis alumnos, y sus exámenes, les suelo realizar un examen semanal y eso era algo que siento que funciona con ellos, tienen mejores resultados y mejores notas. Aunque para mí era difícil calificarlos, me sacrificaba, era algo que había decidido como parte de mi programación y que estaba dando buenos resultados, así que si funcionaba, no lo iba a dejar de hacer.

—Doctora, le mandan esto.

—¿Qué es? —le pregunté a Sarahí.

—Alguien de correos lo dejó.

—¿Otro paquete? —dije levantándome rápido—. ¿Tiene tarjeta?

—Un sobre.

Me levanté para ver que era, salí corriendo a buscar al cartero, pero no me supo decir nada que no supiera ya, de nuevo el remitente solo decía University of London. Él no sabía nada, nadie sabía nada, y yo no podía permitir que otro regalo así llegara como si nada, necesitaba investigar, lo iba a hacer poco a poco, lo necesitaba ¿Quién me podría decir quien dentro de la Universidad mandaba esto?

—Sarahí, ¿me puedes hacer un favor? —ella asintió—. Necesito que llames a correos y averigües de dónde salió esto, es el segundo paquete y no me siento tranquila con eso.

—Lo haré Doctora, ahora me pondré a eso. Usted tranquila.

—No puedo estarlo. ¿Tengo horas libres verdad? —ella asintió—. Voy a rectoría, tal vez Olivia sepa de donde son estos regalos.

Salí mientras ella hacía las llamadas, no podía dejar que un segundo paquete no tuviera explicación lógica, no lo podía dejar pasar como si nada, esto no podía ser una broma solo porque si, debería de tener algo detrás, ¿será?

—¡Hola Olivia! Perdón por molestarte, pero necesito que me ayudes en algo, por favor.

—¿Pasa algo doctora?

—Alguien me envió un paquete, y la semana pasada otro, tiene remitente de la Universidad, pero no sé de quién. La primera vez creí que era una broma, pero ahora no estoy tan segura. Quería saber si tú tienes registro de los paquetes que se mandan de aquí, de las oficinas.

—Si los tengo, de hecho la mayoría yo las mando, pero no tengo nada que fuera para ti, y menos para que llegara a tu oficina.

—¿Podría revisar los papeles? Créeme que me estoy poniendo un poco nerviosa al respecto. No sé si es de algún alumno o de alguien más, no sé por dónde empezar, y creí que empezar por aquí sería lo adecuado.

—Si, tienes razón, aquí encontrarás algo, o eso espero si es que algún directivo lo mando, como tú dices, de aquí de la Universidad, tiene que haber registro, algunos los tengo en archivo PDF, esos ahorita te los envió a tu correo, los demás, deja voy por ellos.

—Gracias Olivia me estás haciendo un enorme favor.

Sabía que por rectoría pasaban muchas cosas, pero necesitaba que me ayudaran, necesitaba hablar con las demás secretarías. Y ahora que lo pienso ni siquiera había abierto esa segunda caja, ni siquiera para poder descartar que las cajas tienen conexión. Marqué a mi extensión y le di el derecho a Sarahí de abrir la caja, ella me dijo que había muchos libros, libros clásicos, algunos se veían antiguos, otros nuevos, las nuevas versiones en tapas duras de los clásicos. Volvíamos a lo mismo, regalos caros. ¿Quién estaba haciendo esto?

—Le dejo los registros Doctora, y en un segundo le mandó los que tengo en mi computadora, espero averigüe algo.

—Gracias Olivia, iré a ver y a checar esto, tendré que seguir preguntando.

—Suerte Doctora.

Suerte, creo que sí, eso necesito, suerte. Necesito encontrar al responsable.

**********

Luego de preguntar a las diferentes secretarías de los departamentos, de hablar a correos y de checar todos los registros lo que había encontrado era nada. No había pista o indicio, algo que pudiera llevarme al responsable. Pero no lo iba a dejar así como así, necesitaba una respuesta y así me tardara la encontraría. ¿Cómo pudo mandar eso sin que nadie supiera lo que hizo? ¿Sin dejar una pista? Que ni siquiera los de correos supieran con exactitud de donde lo habían mandado. ¿Cómo sucedió esto?

********************

Tardé días para olvidarme de lo sucedido, un tercer paquete con otro par de zapatos llegó, unos beige, de la misma marca que los anteriores, esto llegaba a mi límite. Pensé en preguntarle a Frank, pero al final no lo hice, no quería preocuparlo si es que él tampoco sabía de dónde venían esos regalos. Necesitaba hacerlo por mí, y aunque el cartero esta vez logró proporcionarnos detalles de quien dio el paquete para entregar, estos no fueron los que esperaba. Alguien fue, entregó un sobre de a dónde mandarlo, dió el paquete y no sabía más, habíamos preocupado a los encargados de correos, pero ellos se quedaron igual de asombrados al saber que la persona que fue a llevar el regalo, lo habían contratado, y él no sabía quién, solo que le pagó 20 euros por hacerlo. Volvíamos a lo mismo, esto era demasiado, encerré todo en dos cajones del escritorio, ya no lo iba a ver y Sarahí sabía que si llegaba a otro lo iba a regresar al remitente, a lo mejor así descubriríamos al susodicho, aunque en realidad no sabíamos a qué remitente lo iban a hacer, pero tenía esperanza, lo necesitaba. Tenía que averiguar quién los mandaba.

Atrapada ||Completa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora