Me había dormido demasiadas horas, de eso no tenía duda, luego del dolor y coraje que sentía por las nalgadas que me había proporcionado Erick, dormir ayudó poco, solo un poco. No quería montar más espectáculos, ahora más que nunca sabía que Erick se enojaba rápido y no quería más golpes, a este punto el sentimiento de secuestro era más presente, estoy comenzando a darme cuenta que estoy a su completa disposición.
Me levanté para revisar la puerta, está cerrada todavía, fui al baño para ver el resultado de su rabia, todavía esta algo colorado, tengo más de un morado, es horrible ver mi piel ultrajada de esa manera, y eso que en su maldito contrato era una de los más leves, uno de los castigos que yo probablemente prefería.
Salí y me encontré con la puerta medio abierta, tenía que estar lista, pero ni siquiera quería verlo. Me metí al closet, busque un vestido, no quería ponerme algo apretado, todavía tenía escozor, busque el vestido más suelto que había, y me encontré con el que mejor me viniera, ya que fácilmente ahí había más de 20. Escogí uno de flores rosas y detalles en blanco.
Me puse zapatos bajos porque no sabía si iba a aguantar el tacón. Salí al tocador, quería ocultar parte de las lágrimas que trate de no derramar, al acercarme me encontré con una nota escrita por él.
"Hoy espero tengas un día con una actitud mucho más obediente, así que te espero en la cocina, hoy sacarás tus dotes culinarios porque quiero algo delicioso para desayunar"
Erick Covarrubias.
Leer eso me daba coraje, aunque por como escribió era más que obvio que él tenía más coraje que yo, a pesar de eso y ver que firmaba con su nombre y no con "Señor" me hacía suponer que había algo bueno.
Me terminé de arreglar, y abrí la puerta, Efrén estaba ahí esperándome, me pidió que me diera vuelta y me esposó las manos en la espalda; ahora confirmaba que seguía enojado, me llevó para mi sorpresa al estudio, tocó la puerta, Erick le dio paso, me dejó en la entrada y cerró la puerta. Él me miró detenidamente, no sabía qué hacer, si tenía permiso o no de hablar
— Buenos días, Señor —finalmente dije.
—Buenos días Nicole, ¿tuviste buena noche? —yo suspiré—. Quiero que seas sincera.
—No. Si dormí mucho, pero no bien.
—¿Por qué?
—Me dolió el trasero.
—¿Por qué razón? —me miraba fijamente, no hubo ni un segundo que apartara su vista de mí, como diciéndome con la mirada que siguiera la frase, aunque no tenía mucha idea de que podía decir, más que lo que él quería escuchar.
—¿Porque no debí de haber abierto mi boca?
—No me gustan las preguntas, trata con una afirmación.
—No debí de haberle respondido de esa manera. Discúlpeme, Señor.
—Voy a pensar tu disculpa, aún sigo indignado, y es que no te pido mucho Nicole, solo que acates las órdenes que se te dan, es tan sencillo y resultará todo bien para ti y mejor para mí.
Se levantó de su silla y se acercó hasta estar frente a mí, yo no sé porque pero agache la mirada, él reviso mi ropa, subió un poco la falda del vestido, que para ser sincera y a mi criterio estaba algo corta al estar a media pierna y no a la rodilla como yo solía usarlas, pero al parecer a él le hacía feliz.
—Te verías mucho mejor sin esas panties estorbosas, tal vez un día desaparezcan de tu vestidor. Pero por ahora no, no te preocupes, no quiero ver ese color rojizo de tu trasero, que me recuerda a tu desobediencia. Pero luego veo tu pulsera, y el coraje se me pasa.
ESTÁS LEYENDO
Atrapada ||Completa||
Mystery / ThrillerNOVELA EN EDICIÓN. Soy Nicole Soza, una graduada hace 1 año de Doctorado, tengo 30 años y mi nuevo jefe me tiene prisionera, y yo, solo tengo una opción, seguirle el juego, es mi única arma de defensa si quiero salir de aquí, comportarme de acuerdo...