16 de Enero de 2014.

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—Nicole —un beso en la frente—. Nicole —otro beso en la mejilla—, debemos levantarnos, ya es tarde.

Apenas soy consciente de lo que está pasando, pero es la primera vez en muchos meses que me siento tranquila al despertar.

—Podrías no ir hoy a la Universidad, y quedarte conmigo.

—Aunque suene muy tentador, tengo que ir —dijo besándome nuevamente, pero esta vez en los labios—, necesito ir a la Universidad, tengo algunos pendientes y necesito ir a algunos lugares.

—¿Me dejarás sola entonces? —creo que eso me regresó un poco a la realidad, no cambiaba nada de lo que sucedía, solo... solo fue sexo.

Erick vio que mi expresión cambió al instante, y regresó a la cama conmigo.

—Pequeña, es miércoles, apenas es mitad de semana.

—Te has quedado otros días.

Pensé que me diría algo, pero no lo hizo, se fue a la puerta dejándome en la cama, sola, y desnuda.

Pasé posiblemente unos 5 minutos sentada en la cana, antes de que decidiera levantarme e ir a la ducha, una parte de mi no quería quedarse sucia de sexo y con su olor, sabiendo que después de esa noche, me iba a dejar. Estaba saliendo de la cama cuando él entró, desnudo y con su teléfono en la mano. Sonriendo.

–¿A dónde ibas?

—Al baño, necesitaba a limpiarme un poco.

—No será necesario.

Lo mire extrañada, ¿no quiere que me limpie? ¿O no quiere que me pare?

—¿Porqué lo dices? —yo seguía sentada en la cama, esperando, respuesta de Erick, pero no lo hizo , en dos zancadas ya estaba conmigo, en la cama, encima de mi.

—Porque me quedaré aquí contigo.

Negar que en ese momento me emocioné, seria absurdo, por alguna extraña razón, saber que hizo algo para quedarse, y sobretodo porque yo se lo pedí, me hace sentir feliz y se que suena a un absurdo olvidar todo el dolor que este hombre me ha hecho sufrir en los últimos meses, por la felicidad que me ha dado en los últimos días, pero me sentía feliz, no sé si porque no he podido pensar mucho, ya que me he adaptado a este Erick de la misma manera que lo hice con su otra versión. Así como mi cerebro reaccionó a sus malos tratos, ahora que me ha traído a este lado, no quiero retroceder.

—Y ¿qué dijiste en la universidad?

—No tengo mucho que decir, y ellos nada que preguntar, mi trabajo por uno o dos días lo puedo hacer aquí, solo si hay emergencia saldré, pero no me separaré de ti en ninguna manera.

Se en que sentido lo dice, se que habla en tema sexual. ¿Espera que nos quedemos todo el día teniendo sexo?

Como siempre adivinó mis pensamientos y habló primero.

—No solo habló de sexo pequeña, habló de que podemos hacer varias cosas juntos hoy.

Acto seguido, comenzó a besarme y provocarme, no era tan difícil dado que ambos estábamos desnudos y se permitía que nuestros cuerpos interactuen sin problemas. Lo sentía muy cerca de mi y creo que a este punto me estaba volviendo adicta a los orgasmos que Erick me proporciona, creo que al final del día hace que todo esto de convivir con él se vuelva más sencillo.

—No hemos desayunado, deberíamos de preparar algo.

—¿Tienes antojo de algo? ¿Quieres que te prepare algo en especial?

—¿Vas a cocinar tú? —dije sorprendida.

—De vez en cuando lo puedo hacer, pero no te malacostumbres, porque no sucederá seguido —y me dio un beso.

—Me lo imaginé —dije sonriendo un poco—, ¿podrías hacer desayuno inglés?

—¿Tan pesado vas a desayunar?

Sonreí y asentí tenia antojo e iba a aprovechar que el quería cocinar para que hiciera todo aquello.

Duramos en la cama unos momentos más, provocándonos mutuamente, no sabia quien iba a ceder antes, pero parecía que ninguno. Al final solo fue un beso largo y bañarnos juntos, por ese momento no hubo sexo aunque ambos lo necesitábamos, no entendía la razón, pero me sentía bien, el gran cambio de Erick estaba haciendo que olvidara todo, mi situación en esta casa, lo que el quería de mi y lo que yo esperaba de él. Nada estaba importando en este momento, solo él y yo.

Permanecimos todo el día juntos, yo apenas con unas bragas y una camisa de Erick, él en pantaloncillos, hemos hecho el amor por casi toda la casa, desde la cocina, hasta su despacho

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Permanecimos todo el día juntos, yo apenas con unas bragas y una camisa de Erick, él en pantaloncillos, hemos hecho el amor por casi toda la casa, desde la cocina, hasta su despacho. Al principio parecía un reto, quien le daría mas placer al otro, pero luego de 3 encuentros, lo único que queríamos era al otro y no seguir jugando. Sin querer terminé en las escaleras, "escapando" de él, me paré en seco, no sabía si el quería que fuera a ese piso.

—¿Porqué te detienes? —dijo Erick, serio y tranquilo—. ¿No quieres subir?

—Si quiero, pero no sé si debo, tu aún no me haz llevado —dije agachando la mirada, estaba algo confusa, preferí bajar de la escalera—, tal vez debería de ir a...

Erick me interrumpió y sonrió, estaba muy tranquilo, bastante.

—¡Vamos! —dijo enlazando nuestras manos, como cualquier pareja.

—¿Estás seguro que quieres subir?

—Si, te voy a mostrar lo qué hay arriba, sé que te gustará.

Subimos con cuidado, mi curiosidad era mayor que el miedo que estaba sintiendo, tanto por la actitud relajada de Erick como de que por fin decidiera que subiera.

No soltó mi mano en ningún momento, mientas subíamos y me mostraba las habitaciones.

La planta alta era hermosa, estaba muy bien decorada y llena de arte, había una terraza y una pequeña sala de estar en los mismos tonos que la de abajo, esta tenía una barra para bebidas, así como copas y varias botellas. 5 cuartos estaban en la planta, a uno no entramos porque dijo que era como su despacho de abajo, pero este tenía computadoras y demás cosas electrónicas, yo acepté que no entráramos, solo pidiéndole que me llevara a la terraza, a pesar de todo necesito salir, respirar un poco de aire, no me sentía tan prisionera, pero añoraba ver el exterior.

Nos faltaba una habitación al parecer la que el usaba mientras estaba en esta planta, pero primer me llevó a la terraza.

—Sería muy rico desayunar aquí —dije sentándome en una de las sillas que había allá—, si tu quieres claro.

—Si haces puntos puede ser posible, hasta podríamos dormir aquí arriba.

Escuchar eso me anim, con efusividad lo abracé fuerte y le di algunos besos, él me abrazó y me llevó a la habitación que faltaba. La suya.

—Es mi lugar favorito, mi espacio, el personal, y quiero compartirlo por fin contigo.

Tomé su cara en mis manos y lo volví a besar.

—Gracias, significa mucho Erick.

    —Te quiero —y me besó inmediatamente, no pude responderle, me calló con sus besos, con sus caricias, esas palabras fueron la cima de todos estos días, algo que posiblemente e inconscientemente necesitaba, algo que deseaba escuchar.

    Esa noche me hizo el amor como ningún otro día, llegamos a orgasmo juntos y dormimos abrazados, en ese momento él era a quien necesitaba, y no quería soltarlo.

Atrapada ||Completa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora