Definitivamente, Patrick no era lo que me esperaba. Imaginaba algo mas serio, o mas ordenado.... En realidad no se bien que imaginaba.
Estaba allí, parado, apoyado contra la isla de su cocina observándome, claramente le habían avisado de mi llegada y había esperado a verme. El cabello castaño le rozaba los hombros pero con ambos lados de la cabeza mas cortos, y muy desordenado, sus ojos también eran castaños, pero mas claros, casi anaranjados y con una mirada penetrante, aparentemente llevaba un tiempo sin afeitarse. Mediría 1.74 mas o menos, prácticamente mi altura, tampoco era muy ancho, en su piel, la cual era blanca, había una pequeña cicatriz sobre su ceja izquierda. Vestía una camiseta negra con bordes rojos y unos jeans y zapatillas comunes. Tomo un sorbo de su tazón, tenia una expresión de perplejidad.
Cerré la puerta y seguí observándolo, también perplejo. Casi no me podía creer lo que estaba viendo, ese sujeto no parecía un Cazador, ni parecía alguien con responsabilidades. Lucia tan relajado, tan... Normal. No parecía desquiciado, ni peligroso, casi podía parecer algo adorable si ladeaba la cabeza o sonreía, de hecho, al verlo ni siquiera me daba la sensación de que supiera pelear.
Mire la puerta, me habría equivocado de habitación?.
No se que clase de expresión yo tendría, pero el lanzo una risita que me hizo volver a centrar mi atención en el.
-Bueno, no eres exactamente lo que imaginaba- dijo tomando otro sorbo de lo que creo que era café.
Alce una ceja -Eso debería decir yo....Tu... Eres...- Me sentía muy inseguro, y esa mirada penetrante no ayudaba en absoluto.
-Patrick Shay Elgart- Se presento, sonrió y camino hacia mi extendiendo la mano, me pareció cordial, esperaba alguien mas brusco, creo.
Correspondí el gesto y logre esbozar una sonrisa, cuando conozco a alguien, y hablo por primera vez con esa persona, me fijo mucho en como se siente su presencia y su mano al estrecharla. Mi impresión con el? Un tipo enérgico, pero amable. Muy humano. También me fijo mucho en la voz, el tono puede decir muchas cosas, la de el era naturalmente algo picara, cautivadora y llena de carisma. Me pareció que le gustaba contar chistes, quizás fue su sonrisa.
-James Lee Anderson- respondí, agregando mi segundo apellido, el cual insistí en que no saliera en mis archivos, básicamente por que fui un hijo ilegitimo y nunca use mucho ese apellido. Muy pocas personas lo saben, y si el había leído mis archivos entonces tampoco lo sabría. Descubrirlo de mi propia voz debería darme un punto de confianza a sus ojos.
-Huh- Sonrió mas ampliamente, me pareció que también me agradaba, solté su mano dándome cuenta tarde que el contacto se había prolongado demasiado, no sabia que me pasaba, seguía perplejo. -Me parece que mi aspecto te ha impactado demasiado- Dijo de repente.
-Eh.. Si, disculpa- me sentí algo avergonzado, aveces llegaba a ser demasiado transparente.
El estallo en carcajadas.
Quede aun mas impactado y perplejo.
-Ñe, tranquilo, no muerdo- Me sentí algo mas tranquilo, iba a decir algo pero el se me adelanto -Bueno, al menos la mayor parte del tiempo- y se dio vuelta mirándome de reojo, obviamente esperando mi reacción.
-Que?- Se me escapo, me enfade de inmediato.
Pero el ya se había alejado hacia la cocina, al parecer se le había acabado el café.
-Disculpa el desorden, no tuve tiempo de ordenar, acababa de llegar de una misión y solo me apetecía quitarme ese traje y tomar café- Recién ahí examine el apartamento.
Era un desastre.
Haytham se habría vuelto loco al entrar allí.
Yo me estaba volviendo loco.
Deje mi maleta pegada a la pared y me remangue. Si iba a vivir con ese tipo esto debía estar limpio. Empece a ordenar y limpiar todo, como un hombre podía ser tan desordenado?! Había ropa tirada, por suerte nada intimo, lapices, un par de cuadernos, zapatos, unas pistolas y cajetillas de munición, en la mesa de centro habían algunos platos y una computadora. En un rincón una caja nada ordenada llena de cables y cosas electrónicas, habían varios silloncitos puestos y amontonados contra la pared, solo un sillón largo frente a la televisión plasma en la pared, sillón que por cierto estaba chueco, también habían algunas frazadas tiradas en un revoltijo a los pies del sillón.
-Cielos...- Empece a llevar todo a su lugar, incluso moví los silloncitos, ordene los cables en su caja, doble las frazadas y las coloque en su armario, platos a la cocina, lapices y cuadernos junto a la computadora sobre la mesa de centro, la ropa y los zapatos los puse a un lado, luego le diría a Elgart que los pusiera en su habitación, lo mismo las pistolas y municiones.
Enderece uno de los cuadros y llame a Sam si podía conseguir algunos ramos de flores, habían floreros en este lugar. Ordene los adornos y me di cuenta de que era un departamento precioso, detrás de unas cortinas descubrí un ventanal con puerta, que llevaba a un amplio balcón en el cual había una silla. Salí y observe Nueva York de noche, el aire era fresco.
Sentí una infantil emoción, la ciudad seguía bullendo en actividad a medianoche, me sentía algo mas calmado, no solo porque estaba todo mas limpio, ordenar también me tranquiliza, y no soporto ver algo fuera de su lugar, soy algo perfeccionista.
Cerre los ojos y sentí la brisa en mi rostro, deje que me desordenara el cabello y calmara mis emociones. Este día lo recordaría para siempre.
En eso, sentí una presencia a mi lado, era Elgart tendiéndome una taza de té.
-Ten, gracias por ordenar- Sonrió tímidamente ante mi expresión de severo reproche.
-No hay de que- Cogí la taza y tome un sorbo, era té ingles. Ese detalle me saco una sonrisa, y supe que esa fue una pequeña victoria para mi nuevo compañero. -Deberías ser mas ordenado, Elgart, ese desorden trae incomodidades y mala salud-
-Uff! Si tanto te preocupas, te invito a ordenar el resto del apartamento- Dijo con una maldita sonrisa.
-Imbécil- Al fin, dije la palabra que había tenido en la punta de la lengua todo el rato.
El solo rió a carcajadas y volvió a entrar, fui tras el y cerré la puerta.
-¿Sabes, James? Pensé que te iba a odiar, detesto que me impongan cosas y tu fuiste un compañero impuesto- Dijo una vez adentro.
-¿No me odias?-
-Nah, si quito que al salir de la ducha casi me causa un paro cardíaco ver todo ordenado, me caes bastante bien hasta ahora- Dijo sonriente, note que la ropa y las armas ya no estaban donde las había dejado -Y si, ya deje esas cosas en mi habitación-
-Que bien, me has ahorrado el pedírtelo- Seguí bebiendo mi té.
-Pfff- De dirigió a su habitación -Demonios, me recuerdas a mi ex, ¡buenas noches James! ¡Esta es la tuya!- Dijo señalando una de las puertas que habían en ese pasillo. Y entro en su pieza.
Suspire y eche el pestillo a las puertas de entrada y el balcón, cerré las cortinas y busque mi maleta. Ahí caí en cuenta de que no estaba donde yo la había dejado, había desaparecido. Buscando, llegue a mi nueva habitación.
-Oh....Vaya- Ahí estaba mi maleta, justo al lado de la cama -ammm... ¿Gracias Elgart?- murmure.
Vacié y ordene el contenido, la habitación era sencilla y bonita. Me gustaba.
Me estire en la cama luego de haberme duchado y puesto la ropa de dormir. Que día mas diferente. Generalmente no me gusta lo diferente, intento mantener una estructura en mis días, tengo mis hábitos. Pero no tarde en descubrir que eso iba a cambiar.
Toda mi vida iba a cambiar, y el causante era Patrick.
Pero me caía bien.
Solo esperaba no tener que matarlo.....
ESTÁS LEYENDO
Patrick Elgart, el Cazador.
Action"Si la Corporación lo ordena, debes cumplir. Rectitud, obediencia, control... Estos son los valores que son necesarios para que el gran Objetivo sea cumplido" James Lee ha nacido dentro de la Corporación como parte de una poderosa familia de Cazador...