【XVII El Cambio】

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El ruido de los gritos, los juguetes y la televisión con un videojuego encendido termino de saturar mi cerebro causándome un breve lapso de pánico. Sali del salón y me fui a una sala de estar que había en la casa de Jessica, sentándome en el sillón y tomando un respiro.

— Cielos... — Estos cumpleaños eran una pesadilla. Me sobe las sienes mientras me relajaba.

Patrick entro a la sala de estar, cerrando.

— El único problema de los cumpleaños es que vienen todas las mamas también — Se sentó a mi lado con un suspiro. — Esperaba que viniera Rhod. Es papá soltero, ¿sabes? Pero resulta que esta saliendo ahora con la mamá de Penny, y se enfermo, así que no vino — Sonaba derrotado.

Lo mire extrañado escuchando todo eso. ¿Me contaba chisme?.

— Ya veo, ¿Rhod es tu amigo? — Le pregunté.

— Puede decirse que si. Es un tipo simpático — Asintió — Me cae muy bien, y reconozco su increíble esfuerzo cuidando a su hija.—

— ¿Que paso con su madre? — Alce una ceja, curioso de la historia.

— Lo dejo por un tipo. Rhod lo estaba llevando bien, pero luego un auto la arrolló y eso fue lo trágico — Me contó, suspirando.

Abrí mucho los ojos al oír eso.

— Que terrible situación —

— Así es, la niña no entendió mucho, pero ahora tendrá ese vacío. Es realmente triste — Tomó su celular, y la puerta se abrió a la vez.

— ¡Tío James! ¡Ven a jugar con nosotros! — El pequeño Patrick me llamó desde la puerta. Levanté la vista hacia el, a mi pesar viendo su expresión emocionada

— Ve, te hará bien — Elgart se rió mirándome. Le lance la mirada más fea que pude y me levante sin más remedio que seguir al niño, que me tomó de la mano y me arrastro con el hacia la puerta del jardín.

Suspire con pesar, mientras todos los niños iban tras mio y Patrick.

En el salón, las madres de varios hablaban entre sí tomando té y comiendo bocados. Algunos pequeños ya parecían cansados y se quedaban entre ellas.

Me pareció una visión curiosa, nunca había visto algo así. Me recordaba a una junta de Capitanes en las salas de descanso de la Corporación.

Al salir, una brisa nos recibió en un patio que me sorprendió lo amplio que era. Sonreí viendo a los niños dispersarse y reí un poco, buscando luego con la vista a William.

Lo encontré riendo con otros pequeños.

— Que bien — Suspire con alivio. Me había preocupado que no se pudiera integrar cómodamente, o en absoluto. Ahora me podía quedar tranquilo.

Me senté a un lado apoyando los brazos en las rodillas y los miré correr y saltar jugando entre sí. Por suerte cuando Patrick había dicho que debía ir a jugar con ellos, no era literalmente jugar con ellos.

Con vigilarlos bastaba.

Alce la vista, mirando el cielo azul y suspire. De nuevo, tenía una tremenda sensación de irrealidad... Un llanto rompió ese estado y bajó la vista rápidamente, descubriendo a una niña en el suelo.

— Oh, cielos — Me levanté rápido y fui con ella. Los demás niños la miraban extrañados o seguían jugando — Tranquila, hola — Sonreí agachándome a su lado, y ella levantó la vista apenada.

Suspire. Era bastante pequeña entre esos niños...

— ¿Estás bien? ¿Cómo te caíste? — Le pregunté ofreciéndole mis manos. Ella se agarró a mí chaqueta.

Patrick Elgart, el Cazador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora