【XIV: Los Ojos de la Bestia】

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Recosté la espalda en las almohadas, tomando la taza de té que Patrick me había traído, soplando suave la superficie y tomando un sorbo. Estaba delicioso, y caliente mis manos con la taza, observando atentamente su expresión, que parecía llenarse y vaciarse por momentos, indeciso de cómo contar todo lo que se había guardado.

Podía verle la pelea en los iris.

— Ame mucho a mis padres, eran buenos — Dijo calmo mirándome, y se acomodo sentado en la cama, para hablar mejor conmigo, suspirando. — Cielos... Es muy difícil hablar de ellos — Rió un poco, algo nervioso. — Si no fuera por las fotos, no podría recordar más sus rostros... Y no que yo tenga mala memoria, si no que... Duele —

Su voz se rompió ligeramente al decir eso.

Inspiró hondo de nuevo.

— Yo era el menor. Mi papá se llamaba Shay. Era un hombre increíble, aunque ahora cuestiono mucho de él. Tenía dos hermanas mayores, eran gemelas. Bianca era muy dulce — Sonrió recordando, su mirada perdida en los patrones de la alfombra. — Ella siempre me cuido como otra mamá, era atenta, era la sonrisa de la familia... Ellie era más salvaje e intensa. Nunca estaba sin un cuchillo en la mano — Rió divertido. — Le tenían miedo, era fácil ser intimidado por ella, tenía mucho carácter y nunca se guardaba las cosas, no con demasiado tacto, pero si alguien estaba en problemas ella era sin duda la primera en pararse en frente. Siempre me protegió, y siempre cubrió mis espaldas. Podías confiar en que ella estaría allí, sin importar que, aunque hubiera fuego, o metros de nieve. Se abría paso y se quedaba a tu lado... — Sus ojos comenzaban a brillar mientras hablaba, sonriendo algo más, pero también pude ver como se humedecian, lágrimas amenazando en salir.

Inspire hondo sintiendo la intensidad de sus palabras y sus emociones... Patrick era muy vivo. El ser más vivo que conocía. Ni siquiera Henry y su viveza me causaban esos escalofríos de tantas emociones, la voz de Elgart transmitía todo.

— En Alaska ocurría antes algo muy curioso — Cambió un poco el sujeto entonces — Habían varias familias, y todas eran parte del proyecto Cazador. Pero la Corporación de algún modo, los animaba a todos a pelear entre ellos, y la rivalidad creció muchísimo — Suspiro — Creo que era para ir comprobando la efectividad de las generaciones del Proyecto. Todos éramos ratas de laboratorio en un campo controlado en medio de la nada — Frunció el ceño con evidente enfado.

Yo estaba de piedra.

— ¿Hicieron eso en Alaska?... — Como... Bueno. Parpadeé y negué. No había porqué preguntar eso. La Corporación hacía lo necesario para conseguir lo que necesitaba....

Apriete ligeramente los labios y corrí todos pensamientos. O iba darle más vueltas.

Patrick se limitó a asentir.

— El proyecto Cazador tuvo muchas fases, y por lo que se, aunque Carraway revivió y llevó al éxito el proyecto, ha existido desde hace muchos años. Una vez oí entre mi abuelo y mi padre que las primeras pruebas fueron al comienzo de la Primera Guerra Mundial. La búsqueda del soldado perfecto ha existido desde siempre, pero la Corporación ha manejado algo que el resto de la humanidad no — Suspiro y me miró. — La clave está en la herencia —

Mire sus ojos, entendiendo y a la vez no.

Sentía que conocía lo que realmente me quería decir Elgart, pero no me aventuré a decir nada.

El miró la pared de nuevo, pensando, y siguió hablando.

— Las familias de Alaska fueron sujetos que se fueron preparando poco a poco. La combinación genética... —

— Que.- — Salte en ese momento mirándolo. — ¿Combinación genética? — No podía ser....

Patrick lanzó una risita.

Patrick Elgart, el Cazador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora