【XII: El Retorno de la Bestia】 Primera Parte<

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Temprano en la mañana, los niños comenzaron a jugar por el apartamento. Elgart lucia algo triste y tenso, sin embargo, no permitió que sus hijos lo notasen.

Mientras limpiaba, note las mochilas de Hayligh y su hermano sobre el sillón. Allí recordé que la ex esposa de Patrick, venía a buscarlos hoy.

-¿Elgart, a que hora viene a buscarlos su madre?- Le pregunté a la vez que le daba su taza de café.
El suspiró. -No lo sé. Ojalá tarde- Los niños pasaron corriendo hacia la habitación de su padre entre risas. El sonrió. -Siempre los extraño mucho, pero ella no me los deja con facilidad. Pero esta bien. Es una madre, y no es mala.- Tenía cierta nostalgia en sus ojos.
Allí creí captar algo.
-Aún la amas. ¿Ella no a ti?-
El pareció dar un respingo en su asiento. Sin decir nada miró hacia la ventana durante un minuto.
Comencé a pensar que no iba a responder y bebí un poco de mi taza soltando un suspiro.
Pero entonces el respondió.
-Hay un punto esencial en el que somos diferentes. Como aceite y agua. Ella conocía mi....lado....- Respiró hondo. -Ella...-
Puse una mano en su hombro. Sentí una profunda lástima por él. Me parecía muy fuerte lo que tenía que vivir cada día.
-No tienes que hablar de eso si no quieres. Entiendo que sea difícil-
- No. Tienes derecho a saber. Después de todo, viste esa tonta discusión, y eres mi compañero. Lo que me afecte podría causar problemas, y en ese caso debes saberlo. - Tomó un sorbo de café.
Lo observé un momento y sonreí. No me había equivocado con él.

Me miró sin sonreír. Pude ver que miles de pensamientos se agolpaban en su cabeza y lo hacían dudar y enredarse. Quise poder leer su mente y saber en qué tanto pensaba.
En eso, oímos una exclamación y montón de gritos emocionados por parte de los niños. Elgart pareció quedarse en blanco por un momento, y miró hacia el pasillo con el ceño fruncido.
-¿Qué demonios estarán haciendo?- Se preguntó, y se levantó con su mayor cara de padre preocupado, encaminandose a su habitación, de donde provenían los gritos. Fui tras el.

Entramos a la habitación y el fue directamente a el balcón que allí había, donde los niños estaban. Yo me detuve a analizar la estancia.
Estaba bastante ordenada, al menos en un grado decente. Había una cama de dos plazas, un enorme armario, y un gran cofre cerrado a un lado. Sobre la mesita de noche había una luz y una fotografía que tome en mis manos para observarla de cerca.

Jessica rodeaba con sus brazos el cuello de Patrick con su frente pegada a la de el. Parecía ser invierno. Ambos tenían sonrisas resplandecientes, y se miraban con un amor y alegría que nunca había visto en otra pareja. La deje en su sitio y mire a mi compañero.

Estaba junto a sus hijos en el balcón, tratando de ver algo que el jovencito le señalaba. Lo había visto reír y llorar. Pero en ningún momento sonreír como en aquella foto. Estaba claro que amaba a sus hijos. Y también a Jessica. Era triste.

Fui con ellos y trate de entender la situación.

-¡Allí está, papá! ¿No lo ves?- Decía el niño. Elgart lucia confundido.
-No se de que me hablan. Perdón-
Me acerqué, parecía que mi compañero necesitaba ayuda.
-¿Qué han visto, niños?-
Mini-Patrick me miró con las pupilas totalmente dilatadas.
-¡Hay un halcón en ese edificio!- Exclamó, y señaló el edificio de enfrente.
Alce la vista hacia el punto señalado y busque con la mirada. No veía la gran cosa.
-Yo no veo nada, hermano, estas loco- Hayligh lucia molesta. Quizás cuanto tiempo llevaban discutiendo sobre el ave.
Yo seguí observando. Efectivamente como decía la pequeña, no había nada.
-Me temo que tampoco puedo verlo, muchachito-
Elgart seguía en su escrutinio, con el ceño fruncido.
-Hmm....-

El pequeño Elgart puso mala cara.
-¿Cómo no lo ven? ¡Esta allí mismo!-

Iba a decirle que no había nada y dejara de imaginar cosas pero Elgart me tocó el hombro de repente.
-Mira-
Mini-Patrick lanzó una risa triunfal y Hayligh una fuerte exclamación de sorpresa.

Patrick Elgart, el Cazador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora